Las imágenes multiespectrales por satélite ya son capaces de servir a los paleontólogos para detectar yacimientos fósiles prometedores antes de adentrarse en lugares remotos.
Sus hallazgos se publicaron en la revista GeologicalMagazine.
"Organizar el trabajo de campo es muy caro y conlleva
muchos riesgos de seguridad", explica en un comunicado Elena Ghezzo, que
dirigió el trabajo como investigadora postdoctoral en el laboratorio de Davis.
"Así que cualquier información adicional que se pueda obtener sobre el
terreno antes de ir es útil. Mi método parece ser muy bueno para descartar
regiones que no tienen fósiles".
El equipo analizó imágenes de satélite multiespectrales, que
incluyen no sólo la luz visible, sino también otras longitudes de onda como la
ultravioleta y la infrarroja. Al observar cómo el paisaje absorbe o refleja
todos estos tipos de luz, los investigadores pueden distinguir características
concretas, como los fósiles, del fondo.
Este tipo de datos por satélite se utiliza a menudo para
realizar estudios aéreos de las ciudades y seguir las pautas de uso del suelo.
Pero hasta ahora no se había utilizado para buscar fósiles concretos, explica
Ghezzo.
Los investigadores probaron su idea con datos del Parque
Nacional del Bosque Petrificado de Arizona.
Hace más de 200 millones de años, este paisaje era un
frondoso bosque de coníferas. Hoy es un colorido desierto salpicado de troncos
fosilizados. Basándose en un mapa de referencia que crearon a mano, los
investigadores pudieron identificar las firmas en los datos de satélite que distinguían
un fósil del fondo o de otras características del paisaje.
Para ser detectado por satélite, un fósil debe ser mayor que
un solo píxel de la imagen. Y su composición mineral debe responder a la luz de
forma diferente a la del material circundante. Es más fácil cuando el paisaje
es llano y abierto, con relativamente pocos obstáculos, como ocurre en el
Bosque Petrificado. Pero también se pueden tener en cuenta otros datos sobre la
geología y la topografía de la región, para ayudar a los investigadores a distinguir
un fósil de, por ejemplo, un árbol o una gran roca.
Ghezzo colaboró con el laboratorio de Davis gracias a una
beca mundial Marie Sklodowska-Curie, un premio que financia a investigadores
noveles de instituciones europeas para que lleven a cabo proyectos de
investigación independientes en el extranjero. Ahora está probando la técnica
en diversos yacimientos fósiles de todo el mundo, desde Perú a Egipto y
Mongolia.
Y más cerca de casa, Davis está especialmente interesado en
aplicar el método a algunos de los yacimientos de su equipo en el este de
Oregón.
En gran parte del este de Oregón, los fósiles se encuentran
dispersos en vastas extensiones remotas. Algunas zonas, como John Day Fossil
Beds, están declaradas espacios naturales. Los vehículos motorizados están
prohibidos, por lo que los fósiles deben encontrarse a pie.
"Hay muchos lugares en el interior de Oregón a los que
es muy difícil acceder incluso hoy en día", dijo Davis. "Tener la
capacidad de utilizar la fotografía aérea para encontrar fósiles podría
ayudarnos a asignar nuestros recursos".
A mayor escala, una técnica de este tipo podría formar parte
de un cambio dentro del campo de la paleontología. Las prácticas del pasado,
que incluían la voladura de laderas con dinamita, han dañado irreparablemente
el paisaje en algunos casos. Una nueva generación de paleontólogos trabaja para
hacer más sostenible este campo y preservar el contexto en el que se encuentran
los fósiles.
"Ya no excavamos mucho", afirma Davis. En su
lugar, los investigadores suelen esperar a que los fósiles queden al
descubierto por la erosión y luego excavan de forma más selectiva. Y los datos
por satélite pueden ayudarles.
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