Un nuevo artículo, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, describe cómo en aquellas 'justas' entre artrópodos ganaba
el contendiente que volteaba a su rival.
De confirmarse, podría tratarse de una de las pruebas más
antiguas de competencia sexual y selección sexual jamás descubiertas.
El profesor Richard Fortey, coautor del estudio y asociado
científico del Natural History Museum, afirma en un comunicado: "El
extraordinario trilobite del Devónico Walliserops llevaba en la cabeza un
tridente gigante único, cuya finalidad ha sido durante mucho tiempo un
misterio".
"Ahora creemos que se utilizaba para justas entre
machos que luchaban por la dominación. La evolución de la competición por motivos
sexuales en los animales es cientos de millones de años más antigua de lo que
pensábamos".
El artículo también especula con la posibilidad de que estos
trilobites fueran sexualmente dimórficos, es decir, que machos y hembras
tuvieran un aspecto diferente. Sin embargo, los autores señalan que se
necesitarán más pruebas para concluir si éste es el caso.
Desde que se describió el Walliserops en 2001, ha sido
igualmente difícil comprender la función de los tridentes de los trilobites.
Aunque se ha considerado que desempeñan un papel en la selección sexual,
también es posible que desempeñen otras funciones de defensa, excavación o
detección de alimentos.
Para hacer la extraordinaria afirmación de que los tridentes
desempeñan un papel en la selección sexual, los investigadores necesitaban
pruebas extraordinarias. Creen haberlas encontrado en las colecciones del Museo
de Historia Natural de Houston.
El trilobite objeto de este estudio se distingue de muchos
otros especímenes de Walliserops conservados en museos por su singular
tridente. En lugar de tener tres puntas, o púas, es el único ejemplar conocido
con cuatro. Las púas son todas de tamaño equivalente y no hay signos de lesión,
lo que sugiere que nació con cuatro como resultado de una mutación genética.
Aún más importante que el tridente de cuatro púas en sí es
el hecho de que el espécimen haya alcanzado la edad adulta. Al llegar a la edad
adulta, demuestra que la característica que lo diferencia de otros trilobites
no tuvo un impacto significativo en sus posibilidades de supervivencia.
Esto sugiere que es improbable que desempeñara un papel en
la alimentación o la excavación, ya que los cambios que el cuarto diente
provoca en la forma general del tridente habrían dificultado su uso para estos
fines, limitando las posibilidades de supervivencia del individuo.
También puede haber influido en la probabilidad de que el
trilobite compitiera por pareja, pero el éxito del apareamiento del individuo,
o la falta del mismo, no habría afectado a sus posibilidades de supervivencia.
Los ciervos con cuernos anormales, por ejemplo, pueden sobrevivir hasta que
crecen.
Aunque no existen características de los animales vivos que
puedan compararse directamente con los tridentes de estos trilobites, las
llamativas armas de los escarabajos rinoceronte son muy similares. Éstos tienen
grandes cuernos que pueden llegar a medir la mitad de la longitud de su cuerpo
y se utilizan en las peleas entre machos durante la época de apareamiento.
Los investigadores analizaron la forma de los tridentes de
Walliserops y los compararon con las armas de los escarabajos para intentar
comprender cómo podrían haber sido utilizados. Descubrieron que la forma del
tridente era muy similar a la de los escarabajos que intentan volcar a sus
oponentes con armas parecidas a palas.
Cuando los trilobites vivían hace 400 millones de años, se
cree que utilizaban sus tridentes para pincharse unos a otros antes de intentar
meterse debajo de su rival y voltearlo. Aunque los trilobites que se volteaban
no quedaban necesariamente atrapados, el tiempo que podían tardar en
enderezarse habría dado a los machos victoriosos la oportunidad de aparearse
con las hembras.
Es posible que estas hembras no tuvieran tridente si el
tridente es una característica seleccionada sexualmente. En este caso, las
hembras podrían haber sido colocadas inadvertidamente en un grupo de especies
totalmente diferente, pero esto sería difícil de probar.
Si se acepta que los tridentes son ejemplos de caracteres
seleccionados sexualmente, se sumarán a un creciente conjunto de pruebas, como
el reciente descubrimiento de los claspers masculinos, que demuestran que al
menos algunas especies de trilobites podrían ser sexualmente dimórficas.
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