Un equipo de especialistas del CONICET y de la UBA identificó 23 huellas que corresponden a pisadas de saurópodos, unos de los vertebrados terrestres más grandes de los que se tenga registro. El hallazgo ocurrió en Neuquén
Científicos descubren patinadas fosilizadas en Neuquén, que tuvieron lugar hace 130 millones de años (Conicet) |
Estos dinosaurios fueron un grupo muy diverso de herbívoros
que llegaron a ser de los vertebrados terrestres más grandes que hayan existido
y dominaron los ecosistemas terrestres durante un lapso mayor a 140 millones de
años (casi toda la Era Mesozoica). El hallazgo ocurrido al noroeste de la
provincia de Neuquén, en el Cerro Rayoso, ubicado al este de la Ruta 40 entre
las ciudades de Chos Malal y Las Lajas, y próximo al Río Neuquén, se describe
en la revista Geological Society of London Special Publication.
Los saurópodos vivían en la Patagonia y se adaptaron bien al clima en ese entonces (JORGE GONZALES) |
En total se identificaron 23 huellas, muchas de las cuales son elongadas con una relación entre largo y ancho de la huella mayor a dos (considerablemente más largas que anchas) y las que son de mayor tamaño tienen unos 42 centímetros (cm) de longitud y 18 cm de ancho.
“La mayoría de las huellas desarrollaron ‘rebabas’ que son
los rebordes que se forman cuando se desplaza el sedimento hacia los costados
del pie del productor de la huella, de manera similar a los rebordes que se
forman cuando caminamos sobre el barro”, detalló Heredia quien es licenciado en
Paleontología y doctor en Ciencias Geológicas por la UBA.
Los saurópodos presentaban un característico cuello largo
con una cabeza pequeña, cola larga y patas columnares como las de un elefante.
Los representantes más grandes de este grupo de dinosaurios se estima que
podrían haber alcanzado los 40 metros de longitud y un peso de unas 70
toneladas. Sin embargo, las dimensiones de las huellas descubiertas en Neuquén
se corresponden con las de saurópodos de pequeño tamaño.
Una instantánea del pasado
Imagen del ilustrador científico Emiliano Troco la cual representa a un Brontosaurio, probablemente el dinosaurio saurópodo más famoso (EFE) |
Pazos, quien es doctor en Geología por la UBA, también
indica que en la zona estudiada se detectaron muchos registros de actividad
microbiana tanto dentro como fuera del canal de marea, una característica
frecuente de climas cálidos.
“Estas superficies son resistentes gracias a la cobertura
microbiana que permiten soportar muy bien el peso de animales que de otra
manera dejarían huellas más profundas y son las responsables de generar las
patinadas. Todas estas evidencias son una ventana que nos permite captar un
instante preciso de la vida de esos animales y de su entorno”, puntualizó el
investigador quien agrega que también encontraron en la zona registros de polen
de coníferas araucariáceas y otras plantas, además de esporas de helechos y
marcas fosilizadas de bivalvos (antepasados de mejillones, almejas y otros
organismos marinos).
Comparación entre un saurópodo medio y un hombre (REUTERS) |
“Tanto en el caso de las huellas de los xifosúridos como en
las de los saurópodos, la presencia de matas microbianas habría sido un factor
importante que facilitó la muy buena preservación y nos permitió revelar
información novedosa sobre la fauna y hábitat de ese pasado tan remoto”,
destacó.
Para Pazos, lo importante del estudio es la integración de
información de campo, de microscopía electrónica y otros análisis que brindan
una idea de cómo era la costa de la Cuenca Neuquina en ese lugar y en ese
tiempo. “En particular, con respecto a las huellas fósiles de saurópodos
encontradas, no solo refuerza el valor de las mismas para reconocer la fauna
existente, sino además para preservar un comportamiento inusual como es una
patinada, que está condicionada a las modificaciones producidas en el sustrato
producto de las matas microbianas, algo absolutamente novedoso en el registro
de huellas de dinosaurios”, concluyó el científico.
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