ESP. FITUR 2023: BURGOS
Tras los pasos de gigantes en la sierra de la Demanda, por
el camino de la evolución entre Atapuerca y Burgos, la riqueza monumental de la
provincia ofrece rutas experienciales únicas, algunas dedicadas especialmente a
los niños
El espectacular Salto del Nervión se vuelve aún más potente tras las nevadas y lluvias de este inicio del año. / ECB |
Vamos a dar un repaso en estas líneas en una sucesión de
paseos cargados de historia, naturaleza y el pasado más remoto de Burgos. El
viaje arranca entre los gigantes que hicieron suya la sierra de la Demanda, por
los lugares que pisaron los primeros humanos, por esa devoción esculpida en
piedra y esa naturaleza que ha acompañado a todos ellos y que en algunos puntos
como el Salto del Nervión, estarán estos días en su máximo apogeo tras las
pasadas nevadas.
Tras el rastro de gigantes
Hace más de 145 millones de años, los habitantes de la
Sierra de la Demanda tenían diez metros de largo y hasta cinco toneladas de
peso. Demandasaurus darwini, Europatitan eastwodi y otros gigantes dejaron su
rastro en esta tierra de dinosaurios que cuenta con un coqueto museo, Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, pequeño para todo su potencial, en
pleno centro de la localidad. Y desde ahí se pueden iniciar rutas por aquellos
lugares por donde pasearon los gigantes. La rutas se distribuyen por la
localidad de Mambrillas de Lara, donde se ubica el yacimiento de La Pedraja,
Salas para visitar el museo y el yacimiento de Costalomo, en Regumiel de la
Sierra, el yacimiento El Frontal, y en Quintanilla de las Viñas, donde se
ubican Las Sereas.
Atapuerca, primeros pasos
Rastrear el pasado más remoto del hombre en Europa se puede hacer desde Burgos. Desde hace 1,5 millones de años hay rastro de presencia de homínidos en Atapuerca. Antes que el Homo sapiens por estas tierras pasearon el homo antecessor, una pequeña tribu de preneandertales de 28 individuos aún sin nombre, antes conocidos como heidelbergensis, y neandertales. El pasado más remoto del hombre se conoce, se palpa, se practica y se siente en los yacimientos de Atapuerca, que tienen abiertas las visitas guiadas desde el Centro de Acceso a los Yacimientos, ubicado en Ibeas de Juarros. Se practica en el Centro de Arqueología Experimental (Carex) de Atapuerca donde está resumida la vida de la prehistoria en el exterior y en el interior una muestra explica el desarrollo tecnológico de aquellos primeros grupos de homínidos. Los fósiles de Atapuerca que han definido la prehistoria del hombre en el continente se pueden ver en el Museo de la Evolución, en la planta-1 de su exposición permanente. Para quien quiera conocer aquellos animales con los que convivían los primeros sapiens en la prehistoria, qué mejor que un safari entre bisontes, caballos prewalski y uros o conocer cómo era la vida en el neolítico. Vivir la prehistoria es posible en Paleolítico Vivo.
Fe tallada en piedra
Hay un Burgos monumental tallado en piedra en nombre de
Dios, pero también de los hombres. A la Catedral Gótica, elemento icónico de la
ciudad de Burgos y gran iman del turista, se le unen otros espacios esculpidos
en piedra como el Monasterio de las Huelgas. Construido entre los siglo XII y
XIII por orden de Alfonso VIII y Leonor de Plantagent es un panteón real, pero
también un monasterio cuya abadesa ostentaba un gran poder.
A las afueras de Burgos, la Cartuja de Miraflores. Engarzada
en el pulmón verde de Fuentes Blancas es un monasterio donde destaca la portada
de la iglesia pero sobretodo la maravilla que supone el retablo mayor, obra de
Gil de Siloé que llega a cortar la respiración con su grandiosidad. Más allá de
Burgos, se levanta otro templo esculpido por la fe. El monasterio de San Pedro
de Cardeña. En sus sótanos está una de las bodegas románicas más antiguas que
aún se conservan. A quien le gusta la historia conocerá la vinculación de este
monasterio con Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, Doña Jimena y sus hijas.
Entre cascadas
Tras las últimas nieves y lluvias es un buen momento para
disfrutar de las cascadas y saltos de agua de Burgos. El más espectacular, el
salto del Nervión se encuentra en la frontera entre Burgos y Álava, en pleno
corazón del espacio natural Monte Santiago. Es el salto de agua más grande de
la península con una caída a plomo de 300 metros de altura, con un espectacular
mirador situado en frente al que se llega desde la Casa del Parque de Monte
Santiago atravesando un majestuoso hayedo.
En Puentedey, en el corazón de las Merindades, se encuentra
la Cascada de la Mea, ubicada al final de un estrecho cañón precedido de un
bosque de quejigos. Antes de llegar a la cascada se puede disfrutar de un
capricho de la naturaleza como es el famoso puente natural que el Nela ha ido
perfilando a lo largo de miles de años.
Entre cascadas la más conocida Orbaneja del Castillo. Una
cascada de postal, o de imagen de instagram, que es de las más visitadas de la
provincia. Entre Valderredible y Escalada, es conocido por este torrente que
nace, corre y salta en un visto y no visto. Mana de la Cueva del Agua, en
Orbaneja, y atraviesa el pueblo a toda velocidad precipitándose al Ebro en
forma de cascada con 25 metros de altura.
Entre cuevas
El subsuelo de Burgos no sólo está lleno de sedimentos.
Cuenta con grandes cavidades. Una catedral bajo el suelo se puede considerar
Ojo Guareña. Desde la Casa del Parque se pueden orquestar rutas por la zona.
Entre ellas destaca Cueva Palomera, un conjunto calizo-dolomítico de más de 100
kilómetros de recorrido subterráneo de los que 2,4 kilómetros están abiertos al
público. Las minas como Puras de Villafranca o Mina Esperanza, visitables,
pueden ser una posibilidad para vivir una jornada de aventura. Algo que no está
reñido con la Catedral de Burgos si se acercan a las Galería Catedral y Galería
del Pozo de Patrimonio de la luz en Hontoria del Pinar. De allí surgió la
materia prima que pulida y esculpida por maestros canteros y escultores se
erige imponente en la Catedral de Burgos. Una ruta que conecta el ámbito más
urbanita con el rural. Un ejemplo del potencial y la diversidad de la capital y
la provincia de Burgos para disfrutar de un plan diferente por cada día del
Puente de Diciembre.
Merindad de Río Ubierna
Es una extensa comarca burgalesa y una de las más variadas
de la provincia, en la que se unen el valle y el páramo, dos de los espacios
naturales más característicos de la provincia, en los que también la montaña
cobra un especial protagonismo. El río Ubierna es el hilo conductor de una
comarca que llega hasta los pies de la cordillera Cantábrica. La merindad se
extiende por 275 kilómetros cuadrados y engloba a 21 localidades: Sotopalacios,
Castrillo de Rucios, Celadilla Sotobrín, Cernégula, Cobos Junto A la Molina, Gredilla
la Polera, Hontomín, La Molina de Ubierna, Lermilla, Masa, Mata, Peñahorada,
Quintanarrío, Quintanarruz, Quintanilla Sobresierra, Robredo Sobresierra, San
Martín de Ubierna, Ubierna, Villalbilla Sobresierra, Villanueva Río Ubierna y
Villaverde Peñahorada. Una comarca en la que viven cerca de 1.500 personas.
La comarca es un rico espacio natural en el que hay numerosos
vestigios prehistóricos, con yacimientos del neolítico. También es un
territorio al que están vinculados personajes como el Cid Campeador, el conde
Diego Porcelos o Diego Laínez. Al ser
una comarca que suma más de una veintena de localidades, su patrimonio
histórico y artístico es muy rico y variado. Estilos como el románico, el
gótico, el renacimiento, el barroco y el neoclásico tienen presencia en
monumentos religiosos y civiles. Entre esos monumentos se puede destacar el
castillo de Sotopalacios, conocido también como el Palacio del Cid. O la
iglesia de San Julián Mártir, en Mata, y la iglesia de San Lorenzo, en
Hontomín.
Parque Multiaventura Valterria
El Parque Multiaventura Valterria es un lugar repleto de
posibilidades en el que niños y mayores podrán disfrutar rodeados de un entorno
natural envidiable. Este parque ubicado
en Pedrosa de Valdeporres ofrece desde circuitos de puentes de retos, escalada,
rapel, pasando por tirolinas y rutas en bicicleta y hasta saltos al vacío:
Valterria es un lugar en el que, desde luego, es imposible aburrirse. Sin
olvidarnos del bosque encantado, la cafetería para que los mayores se relajen
un rato y la magia de disfrutar de las actividades nocturnas. ¡El parque entero
se ilumina y hay un ambiente mágico!
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