Os recordamos el horario de estas fechas navideñas. Esta tarde el Museo de Dinosaurios permanecerá abierto, en su horario habitual de los miércoles (entrada gratuita), y mañana jueves y pasado viernes, estará cerrado. Volveremos el sábado día 2 de enero del nuevo año 2016.
Los días 24, 25 y 31 de diciembre de 2015 y, el 1 y 6 de enero de 2016, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes permanecerá cerrado (así como los lunes y los domingos por la tarde).
¡Os deseamos unas Felices Fiestas y un Próspero Año Nuevo!
miércoles, 30 de diciembre de 2015
EL HOMBRE DE ORCE (GRANADA), LA VERDADERA POLÉMICA DE LA PALEONTOLOGÍA
En 1982, José Gibert encontró en la localidad granadina de
Orce un fragmento de cráneo que desataría una tormenta en la comunidad
científica
Fragmento craneal perteneciente al Hombre de Orce. |
Orce, un pueblo de la provincia de Granada, fue testigo en 1982 de
un descubrimiento que puede cambiar el mapa de la evolución humana. El fósil
denominado como el "Hombre de Orce" saltó a la luz pública y pronto
se convirtió en una molesta "piedra en el zapato" para la comunidad
científica.
José Gibert, paleontólogo y descubridor de los restos, se
trasladó a la localidad granadina en los años 70, donde descubrió en 1976 el
yacimiento de Venta Micena (en el propio pueblo de Orce) con muy pocos medios
debido al poco desarrollo tecnológico que le rodeaba. Pero la escasez de medios
no fue obstáculo para el doctor Gibert, que en 1982 realizó el descubrimiento
de su vida en esa misma zona. Un descubrimiento que le iba a traer graves
problemas en el futuro.
Gibert encontró un fragmento de cráneo humano que recibió el
nombre de "Venta Micena Cero", que fue datado en 1'5 millones de
años. El fragmento pertenecía a la zona parietal y occipital de un niño de 5
años y el hallazgo suponía que la presencia humana en Europa se adelantaba
espectacularmente casi en 1 millón de años, planteando un dilema científico de
gran calado. Gibert sugirió que el homínido encontrado en Venta Micena habría
llegado a la Península Ibérica desde África cruzando por el estrecho de
Gibraltar.
A los pocos meses del descubrimiento, unos prestigiosos
investigadores franceses del Instituto de Paleontología Humana de París
afirmaron que los restos del Hombre de Orce pertenecían a un équido y que los
fragmentos pertenecían a un asno y no a un humano.
En aquella época existía gran dificultad para admitir que
existieran en Europa restos humanos tan antiguos, estableciéndose en 500.000
años, desatándose una gran tormenta en la comunidad científica. Yves Coppens,
descubridor del australopithecus afarensis, explicó que si alguien intenta
aportar nuevas teorías relacionadas con la evolución humana, tiene muy pocas
posibilidades de ganarse apoyos.
Gibert fue acusado de realizar un montaje y de ser un
heterodoxo en los medios de comunicación, sobre todo en la prensa generalista
científica. Sus detractores le criticaban por no haber publicado su tesis en
revistas de divulgación científica, medida obligada para que sus teorías fueran
aceptadas. En realidad, José Gibert publicó 140 artículos de los cuales muchos están
publicados en revistas internacionales de gran prestigio como Science Citation
Index o Journal of Organic Evolution.
El doctor Gibert encontró al Hombre de Orce en el lugar y
momento equivocados, como sucedió a tantos otros que realizaron grandes hallazgos
que cambiarían la concepción humana y que no tuvieron el reconocimiento
merecido en vida.
Encuentran un caparazón gigante que podría ser de un gliptodonte en Ezeiza
El hallazgo ocurrió en la ciudad de Carlos Spegazzini;
vecinos lo habían confundido con una piedra; lo tocaron bastante e incluso un
joven metió una mano adentro
En la ciudad de Carlos Spegazzini, partido de Ezeiza, una
familia encontró lo que parecía "una piedra" o "una cubierta de
vehículo" al lado de un arroyo. Se trataba, en realidad, de los restos
fósiles de un mamífero extinto hace alrededor de 10 mil años.
"Sería el caparazón de un gliptodonte", contó la
paleontóloga Laura Cruz, consultada por el canal de noticias TN, que cubrió el
hallazgo.
El gliptodonte era nativo de América del Sur y se extinguió
en el período Cuaternario, aproximadamente hace 10 mil años. El mamífero medía
dos metros de largo y pesaba 1,4 toneladas. Está relacionado con los actuales
armadillos.
Fósil de gliptodonte. Foto: Archivo. |
"Al principio pensé que era una piedra o una cubierta
de un vehículo", relató José, vecino de la zona y el primero en ver lo que
sería el caparazón del animal.
José encontró el caparazón cuando caminaba por el arroyo,
que pasa por su propiedad. El arroyo había sido dragado por autoridades locales
para evitar inundaciones. Vio algo que parecía una piedra o un "huevo de
dinosaurio" como comentó después a su familia en broma. Cavó alrededor de
la parte que sobresalía y descubrió el enorme fósil.
Autoridades de la provincia se trasladan ahora hacia el
lugar para estudiar los fósiles y analizar si hay otros restos en la zona.
"Lo prudente sería que no se toque más el caparazón. Y ahora habría que
analizar si vale realizar excavaciones en la zona", dijo la paleontóloga
Cruz.
martes, 29 de diciembre de 2015
¿Hay fósiles en Bariloche que atestigüen la conexión con otros continentes?
En esta
región, así como en muchos otros lugares de la Patagonia, existen indicios
marinos y terrestres que avalan la teoría de la deriva continental. Ari
Iglesias, paleontólogo del INBIOMA, los revela en esta columna.
Llankibatrachus
truebae, fósiles de ranas Pipidae halladas en un yacimiento fósil de
Bariloche de 54 millones de años. Imagen: Asociación Paleontológica Bariloche |
Por Ari
Iglesias (*)
Hoy en día
estudiamos los movimientos de las placas tectónicas desde nuestros primeros
inicios en la escuela primaria. Numerosas son las evidencias irrefutables de
que la Tierra se encuentra constituida de fragmentos de corteza sólida que se
mueven unas respecto de otras, gracias a la fluidez de roca en estado fundido
que se encuentra en capas profundas de El Manto. Como prueba solo hace falta
ver la generación de grandes cordones montañosos en los sectores de choque de
placas (como es la Cordillera de los Andes, desde Tierra del Fuego hasta
Colombia), o como surge el magma (o lava) en los bordes divergentes de placas
en el fondo del Océano Atlántico, o donde es que se ubican la mayoría de los
terremotos (entre bordes de placas).
A principio
del 1900, Alfred Wegener (astrónomo y meteorólogo alemán) no tenía las
herramientas ni la tecnología con la que
contamos en nuestros días, como para poder probar que es lo que ocurría por
debajo de la superficie de la Tierra, ni por debajo de los océanos. No se
conocía como era la base de un volcán, ni como era el fondo bajo el agua de los
mares. Sin embargo la presencia de fósiles muy similares (o casi los mismos) en
rocas de los continentes Sudamericano y Africano le llamó muchísimo la
atención, ya que no existían en otros lados del mundo. En aquel momento se
pensaba en la existencia de puentes entre los continentes, por donde la fauna y
flora habría podido conectarse, y que luego quedaban bajo agua. Pero para
Wegener, ocurrían formas de animales y plantas netamente terrestres que no
podrían sortear un Océano Atlántico tan extenso entre regiones tan distantes,
como para haber existido tal puente.
En 1915,
Alfred Wegener, basado en la silueta de los bordes de los continentes y en la
presencia de fósiles de reptiles y plantas, publicó la teoría de que todos los
continentes se encontraban unidos en un supercontinente denominado Pangea. Fue
muy criticado, ya que nunca pudo explicar como es que esos continentes se
movieron a la posición actual. Hoy sabemos que la respuesta es por Tectónica de
Placas y la propia estructura interna de la Tierra.
Pero ¿cuáles
eran esos fósiles tan importantes para explicar la conexión entre los
continentes?
Wegener
utilizó la presencia de reptiles terrestres y marinos, así como la presencia de
fósiles de un grupo de plantas extinto (las Glossopteridales). Uno de esos
reptiles fue Cynognathus, cuyo nombre quiere decir mandíbula de perro y fue
hallado en rocas de 240 millones de años en Argentina (Provincia de Mendoza),
en África y en Antártida. La particularidad de ese reptil es que la morfología
de su cráneo, mandíbula y dientes los acerca al origen de los mamíferos. Eran
reptiles muy raros, de un metro de largo, cuadrúpedos, carnívoros con
mandíbulas muy fuertes y poderosos músculos masticatorios. Otro de los reptiles
fósiles que utilizó fue Mesosaurus, una especie de apariencia cocodriliforme,
adaptada a la vida acuática en zonas costeras durante el periodo de tiempo
Pérmico y Triásico (270-250 millones de años). Para Wegener, no había
explicación para que un animal de aguas someras pudiera nadar a través de tan
extenso océano. Restos de Mesosaurus fueron hallados en Argentina, Uruguay,
Brasil y en Sudáfrica.
Las
Glossopteridales son un grupo de plantas arbóreas con conos o piñas
(Gimnospermas) que son conocidas por la abundancia en la producción de hojas
durante el tiempo del Pérmico (300-250 millones de años). Por ellas, es que se
denomina la "Flora Fósil de Glossopteris", que se encuentra en
América del Sur, África, India, Australia y Antártida. Poseían hojas muy
particulares con patrones de venas parecidas al de los helechos, pero se
hallaron vinculadas con semillas y conos (a diferencia de los helechos que
poseen solo esporas). El grupo que contiene a las Glossopteridales se denomina
Pteridospermas, y corresponde al grupo de transición entre los helechos y que
luego diera origen a las araucarias, pinos y cipreses (coníferas) e inclusive,
se piensa, habría dado origen a las plantas con flores (Angiospermas).
Luego de la
publicación original de Wegener, numerosas otras investigaciones en el campo de
la geología, paleontología y la física (incluyendo geología tectónica y
acústica de los fondos oceánicos) siguieron produciendo importantísima
información sobre la deriva de los continentes. Gracias a esta información
sabemos que hacer durante los sismos y donde se generan, cómo actuar si cae
ceniza volcánica y ¿por qué?, qué afección tiene en la vida de los animales y
como cambia el clima en el tiempo. Esta información nos da las herramientas
para entender sucesos del pasado y cómo predecir situaciones en el futuro.
¿Hay fósiles
en Bariloche que atestigüen la conexión con otros continentes?
En la región
de Bariloche, así como en muchos otros lugares de nuestra Patagonia, ocurren
muy importantes fósiles tanto marinos como terrestres. En el MuseoPaleontológico Bariloche se exponen varios de estos interesantes fósiles.
Uno de los
registros más interesantes y únicos que pueden verse, son varias ranas en estado
de desarrollo desde renacuajos a grandes adultos, que corresponden a un grupo
particular denominado pípidos. Los pípidos son ranas de aspecto plano,
totalmente adaptadas a vivir en el agua, con largos dedos con membranas y que
carecen de dientes y una larga lengua. Con sus dedos realizan una corriente de
agua que al pasar por su boca, filtran pequeños organismos para la
alimentación. Estas extrañas ranas, curiosamente, hoy viven en el norte del
Amazonas y en el centro y sur África. No existe posibilidad alguna de que estas
ranas adaptadas a condiciones de agua dulce en climas tropicales hallan podido
atravesar un gigantesco océano de agua tan salada para poder estar presentes en
un continente y en otro. Tampoco existen posibilidades de conexión por medio de
otros "puentes continentales". La presencia de pípidos fósiles en
Bariloche de 50 millones de años es la evidencia de que este grupo de ranas
vivió hace muchísimo tiempo atrás, lo suficiente como para que 1° el clima en el pasado de Bariloche halla sido muy
cálido y húmedo (subtropical calido) y 2° que los continentes de Sudamérica y
África hallan estado conectados por ambientes acuáticos de agua dulce.
Otro ejemplo
pero esta vez con otra placa tectónica y también expuesto en el Museo
Paleontológico Bariloche, corresponde al Megatherium americanum, hallado en las
costas del Lago Nahuel Huapi. Fue un perezoso gigante que existió hasta hace
15.000 años. El grupo de los perezosos (conocido científicamente como Pilosa)
evolucionó y se desarrolló en el Continente Sudamericano. Como muchos otros
mamíferos solo existió en este continente, no obstante cuando la placa
tectónica de América del Norte se puso en contacto con varias microplacas de
Centro América se estableció un puente continental por donde estos perezosos
migraron hacia el norte avanzando hasta el sur de los Estados Unidos. Por ese
mismo pasaje en Centro América, invadieron América del Sur varios otros
animales incluyendo pumas, tigres, zorros, ciervos, caballos, guanacos, conejos
y hasta elefantes -que llegaron de América del Norte y no de África- y ahora
son extintos. Todos los perezosos gigantes se extinguieron, pero sus
"primos" arborícolas aún existen en las selvas amazónicas.
Muchas
historias como esta son capaces de ser explicadas a partir de los fragmentos de
madera fósil, marcas o huesos petrificados de animales prehistóricos en
sedimentos y rocas de Argentina, solo aguardan ser encontrados. Las suerte de
llegar a manos del investigador indicado que se encargue de desentrañar esa
información, muchas veces depende de la voluntad de mostrarlo por parte de los
descubridores de los fósiles (que no siempre son paleontólogos).
La Argentina
tiene un reconocimiento internacional muy importante a nivel de la
Paleontología; no solo por los importantes materiales fósiles que en ella se
descubren y publican sino también por el importante desarrollo científico que
ha tenido y tiene la Paleontología desde sus comienzos en el país. Argentina ha
tenido y tiene muy prestigiosos paleontólogos con relevancia internacional y
muchos estudiantes e investigadores han sido formado con ellos.
Evidencias de vida microbiana en un hábitat de 3.430 millones de años
-PROSPERARON EN EL SUBSUELO-
Investigadores de Alemania y Suiza han encontrado ejemplos de vida microbiana de hace más de 3.000 millones de años, que parecen haber eludido la radiación UV escondiéndose en las cavidades del subsuelo.
En su artículo publicado en la revista Geology, el equipo describe donde se encuentran las células fosilizadas, sus técnicas de prueba y por qué su hallazgo es importante.
Investigadores de Alemania y Suiza han encontrado ejemplos de vida microbiana de hace más de 3.000 millones de años, que parecen haber eludido la radiación UV escondiéndose en las cavidades del subsuelo.
En su artículo publicado en la revista Geology, el equipo describe donde se encuentran las células fosilizadas, sus técnicas de prueba y por qué su hallazgo es importante.
Los
científicos creen que la vida llegó a existir en el planeta Tierra hace
aproximadamente 3.500 a 4.000 millones de años en primer lugar, un tiempo
llamado el eón Arcáico, cuando no había aún una capa de ozono que filtrase la
radiación UV, u oxígeno en la atmósfera para respirar. Esto significaba que los
microbios habrían tenido que prosperar en un lugar protegido. En este nuevo
esfuerzo, los investigadores informan que creen haber encontrado un paraíso
tal.
Fósiles
encontrados en el cinturón de piedra verde Baberton de Sudáfrica que microbios
antiguos encontraron refugio en cavidades en sedimentos de las mareas, formados
por burbujas de aire. Las células fosilizadas han sido datadas hace 3.200
millones de años y se encuentran bajo un tapete microbiano que se cree fue
empujado a la superficie por la actividad volcánica. El equipo realizó varias
pruebas con microespectroscopia Raman y descubrió que los microbios tenían
forma de varillas, creciendo en filamentos en forma de tren, de forma similar a
muchas bacterias modernas.
Señalan
también que los microbios eran bastante uniformes en forma y que eran capaces
de controlar su diámetro y longitud. Los fósiles son también aproximadamente
500 millones de años más antiguos que cualquier otro fósil anterior encontrado
en un hábitat, y por lo tanto representan algunas de las primeras formas de
vida que se ha encontrado (el más antiguo se remonta a hace unos 3.430 millones
años).
Curiosamente,
los investigadores también señalan que en la época en que la vida surgió en la
Tierra, el planeta era muy parecido a Marte es hoy en día, lo que sugiere que
el nuevo hallazgo podría ofrecer algunas pistas sobre la mejor manera de buscar
la vida en el planeta rojo.
El estudio ha sido dirigido por Martin Hofmann de la Ludwig Maximilian Universitat Munchen.
El estudio ha sido dirigido por Martin Hofmann de la Ludwig Maximilian Universitat Munchen.
sábado, 26 de diciembre de 2015
Cómo se gestó Quique y el pequeño Demandasaurio
Quique viaja con sus compañeros de campamento a conocer los yacimientos de la Sierra de la Demanda, donde hace millones de años vivieron grandes dinosaurios.
Una vez allí, cae a una cueva y cuando consigue salir se encuentra en el mismo lugar pero 65 millones de años antes. Un juego de espacio y tiempo en el que el pequeño se sumerge entre el miedo a lo desconocido y la aventura que es consciente que va a empezar a vivir. De repente se encuentra con Plot, un pequeño demandasaurio que le ayudará a regresar a casa. Y en ese camino de regreso conocerá a los amigos -y algunos no tanto- de su nuevo compañero de aventuras adentrándose en el conocimiento del mundo de los dinosaurios que habitaron la tierra en el Cretácico. Entre ellos, dos especies únicas de la zona, el lagarto Arcanosaurio Ibérico y la tortuga Laraquelus Morla. Otros dinosaurios que se pasean por el cuento son los Estegosaurios, los Baryonyx, el Polacantos o los Iguanodontes... y el temido Allosaurio.
Podéis adquirir el cuento en la tienda del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes o en la web de la Fundación Dinosaurios CyL (aquí). También podéis hacerlo en la página Web de Caballo de Cartón Editores o, en las librerías que dispongan de él.
Podéis adquirir el cuento en la tienda del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes o en la web de la Fundación Dinosaurios CyL (aquí). También podéis hacerlo en la página Web de Caballo de Cartón Editores o, en las librerías que dispongan de él.
martes, 22 de diciembre de 2015
El CAS sitúa a la comarca en la cima de la paleontología tras 40 años de labor
Los años pasan y el trabajo del CAS no pierde interés mundial. Todos los meses, al menos un par de veces, la prensa les sigue pidiendo información sobre los dinosaurios.
Cuando siendo niños, Fidel Torcida, director del Museo de
Dinosaurios de Salas, y Alberto Bengoechea salieron, animados por el párroco
Francisco Pérez, en una fría mañana de enero de 1975 en busca de restos
arqueológicos a El Castro, paraje cercano a Castrovido, no eran conscientes de
lo que se estaba iniciando. Hoy, 40 años después de aquella salida, que supuso
el origen del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (CAS), se puede
hablar de un grupo de personas que se dedican en cuerpo y alma a la investigación
y a la difusión de la riqueza paleontológica de Salas y su comarca.
Excavaciones realizadas en 2004 en el yacimiento de El Oterillo, ubicado a 5 km de Salas de los Infantes por la carretera que va a Barbadillo. / Foto: CAS. |
El colectivo salense culmina 2015 sin dejar de investigar y difundir el patrimonio de la Sierra de la Demanda. Su trabajo altruista ha convertido a esta zona en referente mundial en el ámbito del estudio de los dinosaurios
El nombre de esta zona burgalesa, gracias a su trabajo, ha
aparecido en prestigiosas revistas científicas, donde han publicado importantes
hallazgos, como las huellas de Costalomo, únicas en el mundo, o donde han
descrito nuevas especies. Y todo ello de forma altruista, cediendo su tiempo
libre para estudiar, divulgar y poner en valor un patrimonio que dinamice la
economía salense y del territorio del sureste burgalés.
El CAS, formado hoy en día por 12 socios activos, aunque en
los libros de socios aparecen varias decenas, y presidido por Diego Montero
Huerta, que llegó a él en 1984 con apenas 10 años, se centró en sus orígenes en
la arqueología. En 1977 encontraron, por casualidad, el primer hueso de
dinosaurio fosilizado. Ya por aquel año comenzó a aparecer la idea de crear un
museo con todo el material recogido, que se exponía en su sede. «A partir de
1986 fue cuando nos volcamos en los dinosaurios, tras la publicación en 1983 de
una espina ósea de Polacantus, cuya réplica se expone en el Museo Nacional de
Ciencias Naturales de Madrid. Al obtener los permisos, excavamos en el
yacimiento de icnitas de Regumiel y en el de Costalomo de Salas. La gente
conocía este último pero no se le daba importancia. Sabíamos que era especial,
pero hasta el 2003 no supimos cómo se había formado», explica Montero, quien
recuerda que el yacimiento está compuesto por más de 200 huellas únicas, que en
la actualidad está cubierto para que no se deteriore y que desde 2005 formó
parte de una candidatura formada por seis comunidades autónomas y Portugal para
que fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que, finalmente,
se desestimó más por razones administrativas que de importancia científica.
Durante los últimos años de la década de los ochenta y toda
la década de los noventa, los miembros del CAS centraron su trabajo en buscar
yacimientos de huellas y de restos fósiles, en catalogar piezas descubiertas y
en la creación del actual Museo de Dinosaurios. Una vez que este abrió sus
puertas en 2001, comenzó a preparase la primera excavación más en serio. Esta
fue en el verano del 2002 en el yacimiento Tenadas de los Vallejos II y dio
como resultado el descubrimiento de importantes restos que permitieron la
descripción de una nueva especie: Demandasaurus darwini. «Durante los
siguientes seis años hicimos campañas de prospección para localizar
yacimientos. En la actualidad tenemos controlados más de 300, y más de 200
contienen restos fósiles de dinosaurios», afirma. Algunas de las especies
descubiertas sirven para denominar rutas o etapas de la marcha deportiva
homónima, que se celebra en Salas en octubre.
A lo largo de sus 40 años de historia, los miembros del CAS
han realizado una importante labor de estudio y difusión a través de diferentes
vías: han excavado y consolidado yacimientos de icnitas, como el de Mambrillas
de Lara o Quintanilla de las Viñas, haciéndolos accesibles a las visitas; han
participado en excavaciones internacionales; han impulsado la creación de la
Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León; han publicado
más de 100 artículos en revistas científicas; y han facilitado piezas para
muestras temporales en importantes museos.
Además, el colectivo organiza durante todo el año charlas,
talleres, monólogos, concursos, rutas guiadas o semanas de la ciencia. Desde
septiembre de 1999 organiza el único congreso internacional monográfico sobre
dinosaurios que se celebra en España. «Lo mejor de la paleontología mundial ha
estado en Salas de los Infantes. Los británicos que hacen los programas de la
BBC, los que trabajan en universidades americanas y asesoran a Spielberg y
muchos expertos de todos los continentes, además de los españoles más
reconocidos», señala Montero.
Este 2015, con motivo de la celebración de su 40
aniversario, el CAS ha tenido una actividad más frenética que la habitual en
cuanto a la organización de actividades culturales, algunas de ellas en torno a
la ciencia y a la paleontología, pero otras relacionadas con la música,
mediante la programación de conciertos ofrecidos por reputados músicos. Todo
ello, como recuerda su presidente, subsistiendo a base de subvenciones y
gracias al reparto de las tareas y a la buena disposición de todos sus
miembros. Ya casi finalizado el 2015, el CAS se encuentra también de lleno, en
colaboración con la Asociación Sad Hill, en la preparación de los actos de
conmemoración del 50 aniversario del rodaje de la película El bueno, el feo y
el malo.
En cuanto al futuro, desde el CAS señalan que queda mucho
trabajo por hacer. «Al menos un par de veces por mes la prensa solicita
información sobre los dinosaurios de Salas, así que seguiremos en la brecha,
independientemente de quiénes ocupen las administraciones, trabajando por
difundir el nombre de Salas a nivel nacional e internacional y contribuyendo, con
nuestro granito de arena, a mejorar la calidad de vida y a generar riqueza que
repercuta en nuestro territorio rural».
El Museo que no llega
El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes cobija en
su almacén impresionantes piezas que importantes museos pagarían por exhibir en
sus salas, una escápula de dos metros o un fémur de 1,5 son solo algunos de los
ejemplos. El motivo de que se encuentren en el almacén, sin exponerse, no es
que esos ‘tesoros’ se quieran mantener en secreto, sino única y exclusivamente
la falta de espacio para exponerlos. Por esta misma causa, miles de restos
fósiles de dinosaurios duermen aún en más de 200 yacimientos de la comarca
localizados, pero no excavados.
Desde el CAS lo tienen claro: no se excavarán más
yacimientos hasta que no haya espacio para poder trabajar con los restos
obtenidos y para mostrarlos. La construcción del nuevo museo de dinosaurios en
Salas no es ningún capricho, es una necesidad que supondría un importante
desarrollo para toda la comarca y es también una constante pelea del CAS.
«Pedimos un museo acorde con la riqueza paleontológica que
hay en Salas y su comarca. Con un taller de restauración en condiciones,
almacén y un amplio espacio para exponer. Algunas propuestas que la Junta de
Castilla y León nos ha hecho llegar se quedarían pequeñas nada más
inaugurarlas», explica Diego Montero, que recuerda por qué durante los últimos
ocho años las campañas de verano se han centrado en localizar, destapar y
consolidar yacimientos de huellas. «Año tras año nos tenemos que centrar en las
icnitas, por falta de espacio no podemos custodiar como se debe los huesos y
restos fósiles que esperan su turno en el monte. La competencia en materia del
patrimonio cultural corresponde a la Junta de Castilla y León, que no ha
realizado ninguna inversión acorde a la riqueza paleontológica de la zona, lo
que está impidiendo generar una importante cuantía económica en torno a este
recurso», señala.
En el año 2001 se abrieron las puertas del Museo de
Dinosaurios de Salas de los Infantes, ubicado en un bajo propiedad del
Ayuntamiento y donde se exhibe la colección que el CAS ha donado al municipio.
Sus estancias han sido recorridas por más de 165.000 personas, con una media
anual que multiplica por seis la población de Salas. Entre otras, sus vitrinas
albergan holotipos (piezas únicas en el mundo que han servido para describir
especies) de dinosaurios como el Demandasaurus darwini; lagartos como
Arcanosaurus ibericus; o tortugas como Larachelus morla, y nuevas especies que
se describirán en los próximos meses.
diariodeburgos.es
diariodeburgos.es
sábado, 19 de diciembre de 2015
Se publica el número 8 del Diario de los Dinosaurios
La Fundación Dinosaurios de Castilla y León acaba de publicar el número 8 del Diario de los Dinosaurios, que recoge las actividades y noticias generadas por los investigadores que trabajan con el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes durante el año 2015.
El artículo principal de este número trata del reto
científico que supone el megayacimiento de huellas de dinosaurios “Las Sereas”,
ubicado en Lara. En él se ha trabajado durante 6 años seguidos y a la
información conseguida sobre la presencia de un millar de icnitas hay que sumar
las intervenciones para protegerlo y difundirlo.
Las colaboraciones las firman Juan Luis Arsuaga (Codirector
de los yacimientos de Atapuerca), José Ignacio Canudo (Universidad de Zaragoza)
y José Carlos García Ramos (Museo del Jurásico de Asturias). Se publica una
entrevista con Jeff Wilson (Universidad de Chicago) uno de los mayores expertos
en dinosaurios saurópodos y que ha afirmado la notable importancia del
dinosaurio serrano Demandasaurus en la fauna europea.
Otro apartado resaltable del Diario es el cómic elaborado
por el prestigioso dibujante burgalés Eloy Luna que exprime su talento en una
magnífica recreación histórica sobre los descubrimientos paleontológicos en
Tengaduru (Tanzania).
Desde la página web de la Fundación los interesados se
pueden descargar la versión en pdf del Diario:
http://fundaciondinosaurioscyl.com/docftp/fi11801diario-de-los-dinosaurios-8.pdf
Esta publicación en papel se completará con la que se hará
en una aplicación digital, tal como se realizó con el número 7 del Diario
gracias al apoyo de Fundación Caja Rural Burgos.
Una publicación decana en la divulgación científica.
El Diario de los Dinosaurios es una publicación gratuita,
única en España sobre dinosaurios, que sirve de puente entre la ciencia y la
sociedad de una forma amena y rigurosa. Utiliza un lenguaje periodístico,
accesible a todas las edades y sectores sociales donde se informa tanto de los
recientes hallazgos científicos localizados en las campañas de excavación de
Salas de los Infantes como de las últimas noticias relacionadas con el
patrimonio paleontológico en otros lugares del mundo.
En la elaboración de sus artículos participan científicos de
gran prestigio nacional e internacional. El primer ejemplar vio la luz en el
año 2006 y desde entonces se han lanzado 8 ediciones del mismo, esta última con
10.000 ejemplares.
Está dirigido tanto a especialistas en la materia como a
todos los sectores de la sociedad pues se ha constituido en un medio asequible
y accesible de dar a conocer la importancia de nuestro patrimonio
paleontológico. El diario utiliza un lenguaje sencillo pero riguroso, cuenta
además con una página dedicada al público infantil y de un apartado en inglés
que resume los contenidos más importantes. Además Es importante destacar que el
Diario de los dinosaurios ha sido primera publicación de sus características
que incorpora un “logo de lectura fácil” en el que las noticias más destacadas
se adaptan para que puedan ser comprendidas por personas con discapacidad
intelectual.
La población receptora es fundamentalmente del ámbito
geográfico de Castilla y León aunque también se distribuye a otras comunidades
a través de oficinas de turismo, museos de ciencias naturales, instituciones
paleontológicas, bibliotecas, etc.
La Fundación para el estudio de los dinosaurios de Castilla
y León tiene como patronos al Ayuntamiento de Salas de los Infantes, Diputación
de Burgos, Museo de Dinosaurios y Colectivo Arqueológico y Paleontológico de
Salas.
canal54.es
FALLADOS LOS PREMIOS DEL X CONCURSO DE TARJETAS NAVIDEÑAS “LOS DINOSAURIOS Y LA NAVIDAD”
Javier Díez y Rodrigo García, ganadores del primer y segundo premio del certamen navideño para personas con discapacidad
La entrega de premios tendrá lugar hoy sábado en el
Festival de Navidad de Aspanias
Primer premio. Javier Diez. |
Segundo premio. Rodrigo García. |
La entrega de premios tendrá lugar este sábado 19 de
diciembre, en el transcurso del Festival de Navidad de Aspanias, en el Centro
Cultural Caja de Burgos Avenida de Cantabria, nº 3. Burgos.
El primer y segundo premio (de la modalidad individual) se
convertirán en las tarjetas institucionales con las que las fundaciones
Dinosaurios de Castilla y León y Aspanias Burgos feliciten la Navidad.
Hallan un dinosaurio que vivió en la Antártida cuando había bosques
Descubrimiento de científicos y estudiantes de paleontología argentinos
El animal habitó allí hace 70 millones de años. Además, los
científicos, incluyendo a Fernando Novas, identificaron los restos de un
plesiosaurio, un gran reptil depredador que habitaba los mares prehistóricos.
Los restos fósiles se exhiben en el Museo Argentino de Ciencias Naturales en
Capital.
Científicos argentinos descubrieron un dinosaurio que vivió
en la Antártida cuando el continente tenía bosques parecidos a los de Bariloche
en la actualidad. El animal estuvo allí hace 70 millones de años: sus restos
fósiles estaban escondidos en en la península de El Morro, en la Isla James
Ross, en el Sector Antártico Argentino. En alusión al lugar, los científicos lo
llamaron Morrosaurus antarcticus. Su hallazgo permite configurar la fauna
prehistórica del ahora helado continente.
El animal recorrió la Antártida en la última época de los
dinosaurios, ya que gran parte de esas especies desaparecieron hace 65 millones
de años. Morrosaurus antarcticus era un dinosaurio herbívoro y del grupo de los
ornitisquios. "Es un hallazgo importante que nos permite armar mejor el
rompecabezas de la fauna de la Antártida cuando estaba unida a otros
continentes como Oceanía y parcialmente al actual territorio de la Argentina.
La Antártida empezó a tener grandes masas de hielo hace 40 millones de
años", contó hoy a Clarín uno de los investigadores Federico Agnolin, que
publicaron el descubrimiento en la revista especializada Cretaceous Research.
En el descubrimiento y el análisis de los fósiles,
participaron investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino
Rivadavia, que depende del Conicet, y el Instituto Antártico Argentino, junto
con estudiantes de paleontología de la Universidad Nacional de La Plata. Además
de Agnolín, en el grupo estuvieron Fernando Novas, Julia D’Angelo, José P.
O’Gorman, Juan Manuel Lirio, Marcelo Isasi, Sebastián Rozadilla, Alexis M.
Aranciaga Rolando y Matías Motta.
El dinosaurio encontrado podía comer plantas duras. Medía
más de 4 metros de largo, incluyendo la cola, y podía correr con patas
esbeltas. Además de ese animal, los científicos identificaron un plesiosaurio
de cuello corto, que era un reptil marino y tenía un hocico largo, y aletas.
"Encontramos los restos de la columna vertebral, la cadera y las patas de
atrás. Es el primer hallazgo de ese tipo de plesiosaurio, que usaba el olfato
cuando cazaba. Es una rareza, porque la mayoría de los plesiosaurios tienen
cuellos largos, y el que descubrimos en la Antártida tiene cuello corto. Esta
especie también desapareció en la misma época que los grandes
dinosaurios", señaló Agnolín.
"Este hallazgo
del plesiosaurio es muy importante porque es el primer espécimen de la familia
Polycotylidae descubierto en la Antártida y nuevamente se muestra una conexión
con la fauna patagónica, ya que en esta región si se habían encontrado un cráneo
de esta familia de plesiosaurios", comentó el paleontólogo Fernando Novas.
jueves, 17 de diciembre de 2015
Jeffrey A. Willson dedica un obituario dedicado a Jack McIntosh
Wilson en Fraserburg. South Africa. Roger Smith. |
Jeff Wilson, paleontólogo. Conservador del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan y profesor asociado de la misma Universidad ha colaborado en el número 8 del Diario de los Dinosaurios.
Podéis echar un vistazo a su Web:
Pincha aquí.
Jack McIntosh
Jack en su sanctasanctórum en Middletown, Connecticut, 3 de abril de 2004 |
El fin de semana nos enteramos de que uno de los grandes
pasaron: John Stanton "Jack" McIntosh (1923-2015).
Jack tuvo una larga y distinguida carrera en la
paleontología de vertebrados que se inició en la década de 1940 y ...
DESCUBREN UNA NUEVA ESPECIE DE DINOSAURIO EN MORELLA QUE VIVIÓ HACE 125 MILLONES DE AÑOS
MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Científicos del Grupo de Biología Evolutiva de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de la Universidad
Autónoma de Madrid (UAM) han descubierto una nueva especie de dinosaurio
desconocida hasta la fecha en la localidad castellonense de Morella. Se trata
de 'Morelladon Beltranis', un ornitópodo que habitó la Península Ibérica hace
unos 125 millones de años.
El nombre del nuevo dinosaurio rinde homenaje a Vicente
Beltrán, dueño de la mina en que se hallaron los restos, por la importancia que
este ha concedido en todo momento al correcto tratamiento de los fósiles que
encontraban en su cantera.
Publicados en la revista 'Plos One', los resultados de este
trabajo se apoyan en restos de las regiones dorsal, sacra y pélvica y de la
extremidad posterior de un único ejemplar.
Una de las características más destacadas de esta nueva
especie es la presencia de espinas neurales muy altas en las vértebras dorsales
del animal. Según los investigadores, dichas espinas podrían sustentar una
especie de vela en la región dorsal del dinosaurio, que podría albergar
procesos de termorregulación corporal o servir de lugar de almacenamiento de
grasa para soportar procesos de escasez de alimentos. Otra posibilidad que no
se debe descartar es que esta estructura desempeñase algún tipo de función
comunicativa para los miembros de la manada.
El descubrimiento de 'Morelladon Beltrani' en los mismos
niveles de la corteza terrestre en los que ya se localizaron otras especies
como el 'Iguanodon' demuestra un interesante aumento en la diversidad de
ornitópodos de tamaño medio o grande en la región sur de Europa hace 125
millones de años.
CANTERA DE FÓSILES
Las arcillas rojas de Morella son pioneras en la
dinosauriología española y una de las referencias más frecuentes en la historia
nacional de los vertebrados fósiles. De ellas proceden parte de los primeros
restos de dinosaurios identificados en España en el último tercio del siglo
XIX.
Probablemente el dinosaurio más abundante de estas arcillas
sea 'Iguanodon', descrito en Morella tan solo 50 años después de que el médico
inglés Gideon A. Mantell diese nombre a este emblemático dinosaurio en 1825.
Desde entonces, la actividad paleontológica en Morella se ha
mantenido de forma ininterrumpida, si bien desde hace un par de décadas las
colecciones de fósiles procedentes de estas arcillas han sufrido un
espectacular incremento debido, en gran parte, a los controles paleontológicos
rutinarios de algunas actividades, como los que se realizan en las canteras de
extracción de arcilla de Vega del Moll, así como al apoyo de los responsables
de la zona.
(SERVIMEDIA) 16-DIC-15 AGQ/gja/caa
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Diario de los Dinosaurios. Nuevo número.
Ya ha sido publicado el número 8 del Diario de los Dinosaurios que edita nuestra Fundación para el Estudios de los Dinosaurios en Castilla y León.
Puedes verlo y descargarlo aquí. O llevártelo en papel en el nMuseo de Dinosaurios o, en los distintos puntos distribución. Ejemplar gratuito.
Puedes verlo y descargarlo aquí. O llevártelo en papel en el nMuseo de Dinosaurios o, en los distintos puntos distribución. Ejemplar gratuito.
Dibujar lo nunca visto
Los descubrimientos en paleontología, independientemente de su relevancia, pueden causar terremotos en la manera en que los ilustradores ven a las especies del pasado.
Reportaje publicado en El Español donde se hace referencia, entre otros, al paleoartista Raúl Martín, que participa en el jurado del Concurso de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios y, es el autor de la ilustración más conocida de nuestro Demandasaurus. Su trabajo, además ha aparecido en Science o National Geographic.
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Lucha entre dinosaurios / Raúl Martín |
La semana pasada, el paleontólogo Israel Sánchez, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, publicó en PLOS ONE el descubrimiento del Xenokeryx amidalae, una nueva especie de rumiante hallado hace dos décadas en el yacimiento de la Retama, Cuenca. Este ancestro de la actual jirafa vivió hace más de 15 millones de años.
Sánchez, como otros muchos paleontólogos, realizó él mismo
la ilustración que acompañaba al trabajo científico. La imagen, reproducida en
medios nacionales e internacionales, es la única referencia gráfica al aspecto
que debía tener este paleomericido. Ocurre lo mismo con muchas especies de
dinosaurios, o con especies míticas como el mamut.
Ilustración del X. amidalae. / Israel Sánchez |
La disciplina que nos permite imaginar el aspecto de estas criaturas a partir de apenas unos restos fósiles se denomina paleoilustración. Los ilustradores actuales siguen la estela del artista estadounidense Charles R. Knight (1874-1953), cuyos vívidos cuadros y esculturas de animales prehistóricos dieron forma a cómo imaginamos a estas criaturas en todo el mundo.
DE DENTRO A FUERA
Para dibujar un animal que nunca ha sido visto, dice
Sánchez, es necesario "construir de dentro a fuera, tienes que montar el
esqueleto del animal, reconstruir la musculatura y luego las capas más internas
hasta llegar a una representación del animal". Si algo no ha cambiado en
los últimos millones de años es que los músculos funcionan de la misma manera:
surgen de un sitio y se insertan en otro. Basándose en la anatomía comparada,
es factible construir a partir de los huesos la musculatura de un animal
extinto. "Mucho más fielmente cuanto más se parezca a uno actual; si
tienes representantes vivos más o menos cercanos puedes basarte en su aspecto
externo", dice el paleontólogo.
Desde hace décadas, los ilustradores del pasado remoto se
han visto obligados a trabajar con los científicos para dotar a sus creaciones
de precisión y realismo. "Ya entonces era fundamental que el artista
tuviese un conocimiento cabal de los aspectos científicos de la
reconstrucción", dice a EL ESPAÑOL el bilbaíno Mauricio Antón, uno de los
paleoilustradores más reconocidos del panorama actual. "El gran Charles
Knight, por ejemplo, siempre trabajó en estrecha colaboración con los
paleontólogos, observando el material de primera mano y estudiando la
documentación relevante".
Para paleoartistas como él, dice Antón, acudir a
conferencias y leer artículos científicos "no sólo es un requisito
profesional, sino que satisface una curiosidad insaciable por el avance de la
paleontología".
Recosntrucción de una escena del pasado. / Raúl Martín |
Los ilustradores no son ajenos a las nuevas herramientas digitales, que permiten visualizar en tres dimensiones cada parte de la anatomía de especies extintas, aunque estas decisiones son personales. "Ahora mismo está evolucionando hacia el arte digital con el uso de 3D y el fotomontaje, aunque yo no uso ninguna de las dos cosas", dice Raúl Martín, paleoartista español cuyo trabajo ha aparecido, entre otros, en Science o National Geographic. "Creo que con ello se está perdiendo el estilo personal del artista ya que el resultado final es muy similar en casi todos los casos", dice el ilustrador, que reconoce apoyarse en la literatura científica para su trabajo artístico.
DINOSAURIOS CON PLUMAS
En los años 90, un grupo de paleontólogos reconoció en unos
fósiles de velocirraptor hallados en Liaoning, China, restos de cromatóforos.
Esto indicaba la existencia de plumas sobre su piel, algo que contradecía la
larga tradición de ver a estos seres con aspecto de lagarto. "Es algo muy
excepcional", reconoce Sánchez, "las condiciones de preservación nos
permitieron saber cómo eran los colores de las plumas".
Normalmente, lo único que uno puede hacer es fijarse en los
parientes contemporáneos de esas especies. Eso hizo el paleontólogo del MNCN
con el Xenokeryx amidalae, darle unos colores parecidos a los del okapi.
"No puedes coger a un rumiante y pintarlo de verde o rosa, tienes que
basarte en patrones que sepas que tienen sus representantes actuales".
¿Y si no hay representantes actuales? "Pues la parte
final, el aspecto externo, va un poco a gusto del autor porque no lo puedes
saber, es imposible", dice Sánchez.
Reconstrucción de un grupo de neandertales. / Mauricio Antón |
Algunos descubrimientos científicos, independedientemente de su trascendencia para comprender la historia de la evolución, pueden suponer un auténtico terremoto para la paleoilustración. Por ejemplo, los estudios genéticos aplicados a nuestros ancestros, los homínidos. "Ahora tenemos indicios de que las poblaciones paleolíticas de nuestra propia especie en Europa, conocidos popularmente como cromañones, tenían la piel oscura y los ojos azules", recuerda Antón, "mientras que al menos algunas poblaciones de neandertales eran pelirrojos y de piel clara". Hace unos años, nociones así eran calificadas de especulaciones sin fundamento, pero poco a poco van imponiéndose como evidencia, también para los artistas.
RETOS ARTÍSTICOS
Del mismo modo, y como sucede con otros tipos de pintores,
cada uno tiene su reto personal. Para Raúl Martín, por ejemplo, las especies
extinguidas más complicadas de representar "son, sin duda, los
dinosaurios, sobre todo si quieres darle un aspecto realista".
Antón, por otro lado, tiene un reto personal en la
reconstrucción de los félidos de dientes de sable. "Es un grupo que me
resulta especialmente fascinante, porque combinan la cercanía con los felinos
actuales con el misterio y la espectacularidad de sus adaptaciones", afirma.
Portada del libro. / Mauricio Antón |
Durante más de cien años, las reconstrucciones que se hacían de estos Smilodon los representaban como copias de los felinos actuales pero añadiéndoles unos colmillos enormes. El desafío para Antón estuvo en estudiar la evidencia científica "con plena atención al detalle, hasta acercarme lo más posible a la que pudo ser su apariencia real". En esta tarea lleva inmerso más de dos décadas, y varios libros. "Pero mi trabajo en este tema continúa, considero que, en la reconstrucción de la vida del pasado, los resultados son siempre provisionales".
martes, 15 de diciembre de 2015
Els Ports, tierra de dinosaurios
- El hallazgo de los huesos más antiguos de la provincia de Castellón llega con la petición de un gran museo que refuerce el turismo paleontológico y la investigación
- El último titanosaurio era catalán
- Hallados restos de sangre de un dinosaurio de hace 75millones de años
(Al hilo de la noticia anterior...)
Resto de saurópodo |
La importancia de este descubrimiento radica, de una parte,
en la previsión de encontrar nuevos huesos que aporten información mucho más
representativa. Para Andrés Santos, paleontólogo del Grupo Guix, responsable
del hallazgo, “los 200 huesos localizados en Portell estaban en superficie.
Esto es un muy buen indicio. Si excavamos es muy posible que recuperemos nuevas
muestras para ampliar información”.
El descubrimiento permitirá estudiar especies de un período
mucho más antiguo. Según Santos, “en Els Ports siempre se han analizado fósiles
de hace 125 millones de años, pero estos restos pertenecen a una época de la
que se conoce muy poco, por lo que nos aportarán datos hasta ahora
desconocidos”. Se han documentado restos de cinco dinosaurios; entre ellos, un
saurópodo, herbívoro caracterizado por la longitud de su cuello y su cola, y un
iguanodón. También restos de un espinosaurio, de cráneo estrecho y morro
alargado, cazador en tierra y pescador.
"Estos restos pertenecen a una época de la que se conoce muy poco", dice Andrés Santos, del Grupo Guix
El Grupo Guix de investigación paleontológica tiene unos 30
integrantes y colaboradores externos que se unen en momentos clave. Parte de
sus investigadores llevan casi tres décadas rastreando las huellas de los
dinosaurios de Els Ports. El grupo ha rescatado y documentado hasta 7.000 restos
fósiles en los 61 yacimientos inventariados en la provincia. “Encontré mi
primer hueso de dinosaurio en 1997 en Morella. Era un húmero de iguanodón”,
recuerda Santos.
El problema es el destino del material. No hay ningún museo
de grandes dimensiones capaz de enseñar una representación de todas las
colecciones. “Nos hemos convertido en la eterna promesa de la paleontología.
Tenemos potencial, pero no tenemos infraestructura”, explica Santos. “Los
dinosaurios son un éxito asegurado para atraer turismo, sólo hace falta ver la
taquilla que hacen las películas relacionadas, o el buen funcionamiento de lasiniciativas turísticas y didácticas desarrolladas en Asturias, Teruel o Cuenca.
La particularidad de Castellón es que aquí no haría falta hacer réplicas de plástico
o reproducciones. Aquí tenemos los fósiles", añade este especialista.
Los fósiles tienen 129 millones de años y desbancan en edad a los encontrados en Morella o Cinctorres
“El problema” según el alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés,
“es que no tenemos capacidad para exponer la gran cantidad de material
relacionado con los dinosaurios, por lo que parte del patrimonio se va a
Castellón o a Valencia. Zonas como Teruel, con menos hallazgos, nos han
adelantado en eso”.
Mandíbula |
El ayuntamiento de Portell de Morella, municipio del último
descubrimiento, no quiere quedarse atrás. Su alcalde, Álvaro Ferrer, ya ha
anunciado una inversión de 60.000 euros para crear un museo que exponga los
restos más antiguos de la provincia. También colaborará en las futuras
investigaciones. El grupo Guix tiene marcado en su agenda el próximo verano
para el inicio de una campaña de excavación más profunda en los yacimientos en
los que se han encontrado los restos más antiguos.
Diputación y Consell promoverán las rutas de dinosaurios cara al turismo
La Diputación apoyará a los ayuntamientos para que se puedan ver ‘in situ’ los hallazgos de los yacimientos. La Agencia Valenciana de Turismo apoyará con medios la transformación de recursos en productos turísticos
El Consell apoyará las rutas de dinosaurios en la provincia
de Castellón, una reivindicación histórica de las localidades que albergan
yacimientos de fósiles óseos y cuya notoriedad vuelve a ponerse de manifiesto
con los recientes hallazgos, tanto de las icnitas en Bejís como de restos de
estos animales prehistóricos en Portell de Morella, de los que Mediterráneo ha
dado cumplida información.
Desde la Agencia Valenciana de Turismo (AVT), su presidente,
Francesc Colomer, asegura que tienen previsto potenciar “un turismo cultural
basado en las rutas paleontológicas”. Ese respaldo viene determinado porque los
hallazgos cubren varias vertientes: “Da una identidad singular, se potencia los
hechos y productos naturales únicos conectados con el territorio; ayuda a
desestacionalizar el turismo y en tercer lugar, vertebra el territorio. Se
ubica en zona rural que necesita ser reinventada (a nivel de nuevas economías,
identidades, reforzar la autoestima territorial) todo, en base a poner en valor
la zona”.
Para Colomer, el reto que se imponen es “transformar estos
recursos en productos turísticos, conectarlos a la gastronomía o el hospedaje
de la zona y comercializarlo en los mercados emisores donde haya
oportunidades”.
Para ello, tiene previsto en el ejercicio del 2016 apoyar
“con medios y recursos” a la provincia, poniendo en marcha el Centro de
Desarrollo Turístico en Morella, en el edificio de la Fábrica Giner.
En cuanto a recursos, reseñó la partida que aparece en los
presupuestos de la Generalitat, en torno a los 250.000 euros, para hacer frente
a estos temas.
REFUERZO // Desde la administración provincial, el diputado
del área, Andrés Martínez, manifestó que van a apoyar el proyecto a nivel
turístico. “Somos conscientes de que se trata de un producto estrella, como la
figura del Arquer o la paleontología, y lo vamos a poner en valor a nivel
turístico”.
Martínez se refirió a la importancia que tienen los nuevos
hallazgos de fósiles en el norte de la provincia: “Trataremos de que tengan un
lugar para verlos in situ, colaborando con los ayuntamientos”. “Son unos
recursos que tienen atracción turística y cualquier producto que nazca lo
ofrecemos a los turoperadores para que sea motivo de excursiones e
implementándolo al litoral”.
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