Fachadas ondulantes, azulejos árabes, cerámica vidriada,
forja artística y una imaginación libre y creativa son algunas de las señas de
identidad de la arquitectura modernista en Cataluña. A partir de ahora, esta
riqueza artística y patrimonial del modernismo será todavía más exclusiva con
el descubrimiento de Lapillitubus montjuichensis, un nuevo icnotaxón, es decir,
la madriguera fósil que dejó un organismo vivo, hallado por primera vez en
algunas fachadas de edificios modernistas en Barcelona.
El nuevo icnofósil urbano hallado en la Casa Pascual i Pons.
/ UB-IRBio
|
Los fósiles urbanos han llamado la atención de los
científicos y del público general desde hace tiempo. En este ámbito, la
icnología es una disciplina de la paleontología que estudia las trazas o
huellas fósiles que ha dejado la actividad de los organismos en el pasado. Esas
trazas fósiles o icnotaxones –antiguas madrigueras, huellas de dinosaurios,
etc.– pueden revelar algunas incógnitas sobre las características del organismo
productor y el paleoambiente en que habitaba hace millones de años.
Este nuevo icnotaxón de 12 millones de años de antigüedad se observa en los sillares de la fachada de algunos edificios modernistas de Barcelona
Un estudio, publicado en Geologica Acta, anuncia el hallazgo
de un nuevo icnofósil urbano, el primero descrito en un edificio modernista en
Cataluña y en toda Europa. "Lapillitubus montjuichensis es una madriguera
simple, vertical a subvertical, cilíndrica y sin ramificaciones. Se caracteriza
por presentar un revestimiento o pared de litoclastos de composición
cuarcítica, es decir, pequeños fragmentos o piedrecitas de cuarzo de 1 a 10 mm
de tamaño dispuestos de manera caótica", indica Zain Belaústegui, del
Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y del Instituto deInvestigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.
Este nuevo icnotaxón de 12 millones de años de antigüedad
puede observarse en los sillares que forman parte de la fachada de algunos
edificios modernistas de Barcelona. En los edificios del Palacio de Justicia,
la Aduana y la casa Pascual i Pons –obra del arquitecto catalán Enric Sagnier–
se encuentran los ejemplos más destacados.
De izquierda a derecha, los investigadores Alejandro
Belaústegui (UC3M)
y Zain Alejandro Belaústegui. / UB-IRBio
|
"En general, el estado de conservación de estos
incofósiles es bueno. Sin embargo, como aparecen en los sillares de piedra,
únicamente es posible reconocer secciones longitudinales o transversales de
estas madrigueras fósiles", apunta Belaústegui. "En la casa Pascual i
Pons encontramos el ejemplar mejor conservado, que define el nuevo icnogénero y
la nueva icnoespecie", añade l investigador que ha trabajado junto a Alejandro
Belaústegui, de la Asociación Alumnos Mayores Universidad Carlos III (ALMUCAT),
en el campus de Getafe.
L. montjuichensis y otros icnogéneros similares
(Ereipichnus, Eklexibella, etc.) se agrupan dentro de lo que se conoce como
trazas fósiles aglutinadas. Todos estos icnogéneros –madrigueras simples y
cilíndricas– se caracterizan por presentar una pared o revestimiento exclusivo
que puede estar formado por diferentes tipos de materiales –de origen orgánico
o no– como, por ejemplo, foraminíferos, restos de moluscos, artejos de
crinoideos o incluso restos esqueléticos de peces.
En el caso de L. montjuichensis, por primera vez se ha
constatado que ese revestimiento está únicamente formado por litoclastos (sobre
todo, pequeños fragmentos de cuarzo) dispuestos de una manera caótica.
¿Cómo era Barcelona hace 12 millones de años?
Desde finales del siglo XIX, la montaña de Montjuïc ha sido
la gran cantera de piedra arenisca para la arquitectura modernista catalana.
Con el descubrimiento del L. montjuichensis, será posible conocer mejor cómo
era la fauna de invertebrados que habitaron durante el Mioceno la zona deltaica
que actualmente ocupa la montaña de Montjuïc.
"Estas madrigueras fósiles que decoran el modernismo
catalán fueron excavadas hace unos 12 millones de años por unos gusanos
(poliquetos terebélidos) en un ambiente deltaico, afectado por la acción del
oleaje y con un gran aporte de sedimentos. Por lo tanto, se trataría de un
ambiente subacuático, muy cercano a la costa y de poca profundidad, en el que
estos invertebrados y otros organismos marinos, como los crustáceos decápodos,
también habrían excavado sus madrigueras", señala Belaústegui.
"No sería descartable hallar otros icnotaxones e incluso localizar nuevos ejemplares de L. montjuichensis", dicen los investigadores
Los poliquetos terebélidos que dejaron su traza fósil en los
sedimentos deltaicos hace millones de años serían muy parecidos a algunas
especies actuales. En la costa oeste de Madagascar también se han descrito
madrigueras actuales de poliquetos terebélidos que son casi idénticas a las
observadas en el Mioceno de Montjuïc.
En busca de fósiles urbanos por todo el mundo
En la actualidad, la huella fósil de los seres vivos que
habitaron el planeta hace millones de años también puede admirarse en edificios
o monumentos históricos de ciudades de todo el mundo. En 1935, por ejemplo, se
descubrió una huella de dinosaurio en una de las rocas de la base de un quiosco
de música de la ciudad de Glen Rose (Estados Unidos), un ejemplar conservado
hasta hoy día.
También se han descrito icnofósiles de gran interés
científico en lápidas de cementerios (Leicestershire, Reino Unido), en paredes
de centros comerciales (Londres, Reino Unido) o en losas del pavimento
(Copenhague, Dinamarca). Desde hace años, los fósiles urbanos también han
enriquecido el patrimonio paleontológico de ciudades como Alcoy, Barcelona,
Burgos, León, Segovia, Toledo o Vizcaya.
"En nuestra opinión, si consideramos el enorme
patrimonio arquitectónico de la ciudad de Barcelona, modernista o no y
construido o no con la piedra de Montjuïc, y con el suficiente tiempo de
estudio, no sería descartable hallar otros icnotaxones e incluso localizar
nuevos ejemplares de L. montjuichensis. De esta manera, esperamos que este
trabajo sirva de acicate para futuros estudios similares y que se ponga de
manifiesto la importancia de estos singulares “afloramientos” urbanos»,
concluye Alejandro Belaústegui.
Referencia bibliográfica:
Zain Belaústegui Barahona et al. "Modernist
architecture in Barcelona reveals a new trace fossil from the Miocene of
Montjuïc (NE Spain)" Geologica Acta
No hay comentarios:
Publicar un comentario