Los impactos de meteoritos contra la Tierra, sobre todo
desde que se popularizó la teoría de que uno de ellos fue lo que acabó con los
dinosaurios (el meteorito que mató a los dinosaurios fue 20 veces más rápido
que una bala, y su energía, 1.000 millones de veces la de las bombas de
Hiroshima y Nagasaki), se unieron a nuestros temores tradicionales y han sido
una fuente de inspiración para los relatos apocalípticos en la literatura y en
el cine.
Y estos relatos no son ningún disparate pues, si ya han
caído un buen número de meteoritos de una envergadura peligrosa y han causado
estragos, no es ilógico preguntarse cuándo volverá a ocurrir. Aunque los
millones de años que separan a los más grandes conocidos también deberían
hacernos pensar en si seguiremos aquí para tratar de librarnos del próximo.
No te pierdas este vídeo realizado por National Geographic
para entender más estos pedruscos que iluminan nuestro cielo.
Meteorito Hoba
Este es el meteorito más grande que se ha encontrado de una
pieza, y el mayor trozo de hierro de origen natural que se haya descubierto
sobre la faz de la Tierra. El Hoba pesa 60 toneladas y mide unos tres metros de
ancho por tres metros de largo, con una profundidad de tres pies. Se estima que
el Hoba cayó en la atmósfera de la Tierra hace 80.000 años, pero no fue
descubierto hasta que un granjero se encontró con él en 1920. A pesar de su
tamaño, el meteorito no dejó ningún cráter de impacto, cuestión que los
científicos todavía están tratando de explicar. Muchos creen que la combinación
de su forma y la atmósfera de la Tierra disminuyeron significativamente su
velocidad antes del impacto.
Meteorito El Chaco
El meteorito El Chaco es uno de los muchos fragmentos que
conforman el Campo del Cielo, una acumulación de meteoritos de hierro. Aunque
pese más de 37 toneladas, no es sólo el mayor fragmento de este grupo, pero es
el segundo meteorito de una sola pieza en el ranking mundial. Se estima que el
meteorito aterrizó en el noreste de Argentina como parte de una lluvia de
meteoritos en algún momento entre 4.000 y 5.000 años atrás.
Meteorito Willamette
Con un peso de 15,5 toneladas, el meteorito Willamette es el
más grande que se ha encontrado en los Estados Unidos. También es el sexto más
grande en el mundo. Aunque fue descubierto en Oregon en 1902 por un minero
llamado Ellis Hughes, se cree que el meteorito se estrelló contra la Tierra
hace un millón de años, como resultado de un núcleo de hierro-níquel de un
planeta o luna roto en una colisión estelar. Es venerado por una tribu indígena
norteamericana conocida como el Chinook Clackamas, que vivieron en Willamette
Valley antes de la colonización europea.
Meteorito La Carpa
Ahnighito pesa 31 toneladas y es el meteorito más grande
jamás movido por el hombre. El Ahnighito es un fragmento del enorme meteorito
del Cabo York, que se cree que golpeó la Tierra hace más de 10.000 años en un
área que ahora es el noroeste de Groenlandia. A pesar de que una vez perteneció
a la tribu indígena inuit, el pedazo de hierro fue codiciado por muchas
personas diferentes. No fue hasta 1897 cuando el explorador Sir John Ross
arriesgó todo para llevarlo a Nueva York. Deslizándolo a base de fuerza manual
hasta su barco, esta fue una de las últimas batallas que ganó el hombre a la
naturaleza.
Meteorito Bacubirito
El meteorito Bacubirito pesa 24 toneladas, siendo mucho más
pequeño que los descritos anteriormente, aunque tiene una longitud de 14 metros
de ancho, siendo uno de los más largos que se han encontrado. El meteorito fue
descubierto en 1863 por el geólogo Gilbert Ellis Bailey y está considerado como
uno de los atractivos turísticos más famosos de México. Se encuentra expuesto
en el Centro de Ciencias de la construcción en Culiacán, al noroeste de México.
Meteorito de Tunguska
El suceso que tuvo lugar en la rusa Tunguska en junio de
1908 no fue la caída de ningún meteorito, sino la explosión aérea de un
fragmento del cometa Encke, que se volatilizó antes de tocar tierra porque
estaba formado por hielo, por lo que ni siquiera dejó cráter alguno. Y si este
bólido, que ocasionó un estallido de unos treinta megatones, derribó árboles en
un área de más de 2.000 kilómetros cuadrados y a personas a 400 de distancia.
El bólido de Cheliábinsk
La mañana del 15 de febrero de 2013, un meteoroide sobrevoló
varias provincias y la ciudad de Cheliábinsk en el momento de entrar en la
atmósfera terrestre, hasta impactar a 80 km de dicha localidad. Alcanzaron el
suelo entre 4.000 y 6.000 kg de meteoritos, incluido un fragmento de unos 650
kg que fue recuperado posteriormente en el lago Chebarkul. El meteorito liberó
una energía de 500 kilotones, treinta veces superior a la bomba nuclear de
Hiroshima, y explotó aproximadamente a 20.000 metros de altura. Los daños por
el evento dejaron 1491 heridos, en un hecho que no tenía un precedente similar.
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