La especie de ornitópodos extinta habitó el área hace 100
millones de años, cuando el lugar estaba cubierto de una abundante vegetación.
Representación artística del Weewarrasaurus.
une.edu.au
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Un ópalo hallado por mineros en una zona desierta de
Australia ha resultado ser un fragmento de fósil de un dinosaurio desconocido
hasta el momento para la paleontología que vivió hace unos 100 millones de años,
informa el portal Science Alert.
El resto óseo —la mandíbula inferior del animal
prehistórico, que tiene los dientes intactos— fue encontrado en el campo de
ópalos de Wee Warra, cerca de Lightning Ridge (Nueva Gales del Sur, Australia)
y posteriormente adquirido por Mike Poben, un comerciante de este mineral que
donó el artículo a los investigadores.
Así, para homenajear el lugar del hallazgo y al hombre que
lo hizo posible, la especie extinta ha sido denominada Weewarrasaurus pobeni,
según consta en el estudio realizado por expertos de la Universidad de Nueva
Inglaterra (Australia) y publicado este martes en la revista científica PeerJ.
Los restos fósiles de dinosaurio hallados en Wee Warra,
Australia. / une.edu.au
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Los científicos confirmaron que se trataba de los restos
fosilizados de un dinosaurio y determinaron que el animal en cuestión habitó el
área desértica, actualmente cubierta de arena, en el Período Cretácico, cuando
el lugar aún poseía una abundante vegetación.
Y revelaron, además, que el Weewarrasaurus perteneció a una
especie de ornitópodos —un subgrupo de dinosaurios bípedos herbívoros que
incluye al iguanodonte y al Parasaurolophus— y era un animal del tamaño
aproximado al de un perro.
Los autores del trabajo detallaron que hace unos 100
millones de años en las inmediaciones de Wee Warra había un mar que luego
comenzó a secarse, lo que incrementó el nivel de acidez en la arena.
Ello produjo que las pequeñas rocas dejaran escapar sílice
—uno de los componentes de la arena— el cual, a su vez, se concentró en
diversos huecos y espacios, incluyendo aquellos presentes en los restos óseos
de animales. Finalmente, el nivel de acidez descendió con el tiempo, mientras
que los sedimentos de sílice se endurecieron hasta formar ópalos. De esta
manera se produjeron numerosos moldes naturales que conservaron con precisión
la forma de los fósiles de dinosaurios.
Estos resultados permitirán a los paleontólogos comprender
mejor la diversidad de la fauna prehistórica del lugar que, según sugiere el
nuevo estudio, era rica en especies pequeñas de ornitópodos que vivían entre la
espesa vegetación cretácica.
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