El hallazgo de miles de fósiles en Colorado (EE.UU.) muestra
al detalle la expansión de los mamíferos tras la gran extinción de hace 66
millones de años
Carsioptychus coarctatus come plantas en un bosque 300.000
años después del
asteroide que terminó con los dinosaurios - HHMI Tangled Bank
Studios]
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Hace 66 millones de años, un meteorito de 10 km de diámetro
con una fuerza equivalente a la de diez mil millones de bombas atómicas como la
de Hiroshima se estrelló en lo que hoy es la provincia del Yucatán, en México,
provocando una de las mayores catástrofes en la historia de la Tierra. El
colosal impacto incendió los bosques, desencadenó un tsunami brutal y expulsó
tanto azufre a la atmósfera que bloqueó la luz del Sol, lo que terminó con el
75% de la vida existente en todo el globo, incluidos los dinosaurios y
cualquier mamífero más grande que una rata. La mitad de las especies de plantas
también se extinguieron.
Taeniolabis - HHMI Tangled Bank Studios
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Pero, ¿qué ocurrió después? ¿Cómo se recuperó el planeta de
semejante golpe? El tiempo posterior a la hecatombe ha sido un misterio por los
escasos restos encontrados. Pero gracias a uno de esos hallazgos que son el
regalo de una vida para un paleontólogo, ahora podemos conocer los capítulos
sucesivos. Tyler Lyson y Ian Miller, investigadores del Museo de Naturaleza y
Ciencia de Denver (EE.UU.), descubrieron incrustado en las rocas de Corral
Bluffs, en el centro de Colorado, un tesoro de miles de fósiles
excepcionalmente bien preservados de animales y plantas del primer millón de
años crítico después del asteroide. «Podrías pasar toda tu carrera sin hallar
un solo cráneo de esa época. (Sin embargo) nosotros encontramos un cráneo cada
15 minutos», asegura Miller.
La expansión de los mamíferos
Los restos, extremadamente raros, muestran quiénes y cómo
ocuparon el trono que dejaron libres los dinosaurios. En un estudio publicadoen la revista «Science», los investigadores explican con un detalle exquisito
cómo los mamíferos comenzaron a expandirse. «Todos los mamíferos modernos,
incluidos los humanos, pueden rastrear sus orígenes hasta los primeros
sobrevivientes del impacto», explica Lyson.
Según los investigadores, es la primera vez que los
científicos han podido armar una imagen coherente de ese primer millón de años
después del período cretácico. «Hemos podido juntar cuatro cosas clave:
animales, plantas, temperatura y luego la línea de tiempo. Realmente, es la
primera vez que vemos la recuperación de todo el ecosistema», afirma Lyson.
Toma aérea de los cráneos y mandíbulas fósiles de mamíferos
recuperados
en Corral Bluffs - HHMI Tangled Bank Studios
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Los científicos recolectaron 37.000 granos de polen y
esporas que ayudaron a fechar el lugar, una llanura de inundación. El trabajo
reveló un marcador claro del impacto de los asteroides: un aumento en el
crecimiento de los helechos, que prosperan en los entornos dañados. El
yacimiento también incluye dos capas de cenizas de volcanes cercanos. La ceniza
volcánica incluye minerales radioactivos cuya descomposición se puede usar como
un reloj geocronológico preciso.
El pastel de nueces
El registro confirma la devastación causada por el impacto.
Especies de mamíferos del tamaño de un mapache habían invadido el lugar antes
de la catástrofe, pero durante 1.000 años después solo unas pocas criaturas
peludas de 600 gramos no más grandes que ratas deambulaban por un mundo de helechos
donde las plantas con flores, con sus nutritivas semillas y frutas, eran
escasas.
Unos 100.000 años después, las especies de mamíferos ya se
habían duplicado y recuperado el tamaño de un mapache. Estas criaturas, como el
Carsioptychus, se alimentaron en los bosques de palmeras que reemplazaron a los
helechos. «Es un mundo que está volviendo de una devastación total y absoluta»,
describe Miller.
Loxolophus busca comida en los bosques dominados por
palmeras 300.000 años
después de la extinción de los dinosaurios - HHMI Tangled
Bank Studios
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Durante los siguientes 200.000 años, lo que el investigador
llama el período de las palmeras dio paso al período del «pastel de nueces»,
cuando surgieron plantas parecidas a nogales. Entonces, nuevos mamíferos
evolucionaron para aprovechar las nutritivas semillas. La diversidad de los
mamíferos se triplicó y la mayor de las nuevas especies alcanzó los 25 kilogramos,
el tamaño de un castor.
La barra de proteínas
Un cráneo de vertebrado en la roca -
HHMI Tangled Bank
Studios
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Unos 700.000 años después comenzó el período de la «barra de
proteínas». Surgieron las legumbres. Las vainas de guisantes fósiles
recuperados en Colorado son las más antiguas de América del Norte descubiertas
hasta la fecha. Los guisantes y frijoles proporcionaron un menú rico en
proteínas que aumentó aún más el tamaño y la diversidad de los mamíferos. Ya
eran animales notables que superaban los 50 kilos, 100 veces más grandes que
los que sobrevivieron al asteroide. Los bosques también se recuperaron. Lo más
asombroso, según los investigadores, es la rapidez con la que sucedió todo. Y
la estrecha relación entre vegetación y fauna para que eso ocurriera.
El equipo también clasificó 6.000 hojas, contando cuántas
especies en cada intervalo de tiempo tenían bordes lisos o dentados. Las
especies de bordes lisos son más comunes en climas cálidos. El equipo concluyó
que el sitio experimentó tres períodos de calentamiento. Estiman que durante el
primero, justo después del impacto, las temperaturas aumentaron aproximadamente
5° C. Este período coincide con las erupciones volcánicas masivas de las
escaleras del Decán en India, que podrían haber calentado la Tierra arrojando
dióxido de carbono. «En cada período de calentamiento ves un cambio en las
plantas y, posteriormente, cambios en los mamíferos», dice Lyson. Las
conclusiones aparecen en un nuevo documental de la cadena NOVA.
La sexta extinción
Como explican en «Science», el registro también
contiene un mensaje aleccionador sobre el futuro y la rapidez con que los
ecosistemas podrían recuperarse de lo que ya llaman la sexta extinción masiva,
impulsada por el ser humano. Incluso una recuperación que los geólogos
consideran «rápida» llevó cientos de miles de años, y el mundo nunca fue el mismo.
Gracias a este trabajo, «tenemos una visión más clara de cómo nuestro mundo
moderno de mamíferos surgió de las cenizas de los dinosaurios», dice George
Sparks, presidente del museo en Denver. «Espero que esta historia inspire a la
gente, especialmente a las futuras generaciones, a
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