Un estudio publicado por un equipo internacional de
científicos sugiere que los primeros dinosaurios ponían huevos con cáscara
blanda, un hallazgo que disputa la opinión predominante y permite especular
sobre cómo estos animales cuidaban a sus crías.
No se trata del dilema del huevo y la gallina sino de un misterio mucho más antiguo. ¿Qué fueron primero, los huevos de dinosaurios de cáscara blanda o los huevos de cáscara dura? Un equipo de paleontólogos argentinos y estadounidenses dice tener una respuesta.
“Al describir las nidadas pertenecientes a las especies
Protoceratops de Mongolia y Mussaurus de Argentina, mostramos que estos dos
dinosaurios ponían huevos de cáscara blanda y membranosa”, cuenta a SINC el
paleontólogo Matteo Fabbri de la Universidad de Yale y coautor de un paper publicado hoy en la revista Nature.
“Esto cambia todo: las cáscaras de huevo blandas se
encuentran en lagartos, serpientes, en los primeros amniotas y en pterosaurios,
grupos considerados mucho más primitivos que los dinosaurios en su biología.
Nuestro descubrimiento muestra cómo los primeros dinosaurios eran más reptiles
de lo que pensábamos”.
Conocer la evolución de los huevos es importante para
comprender las estrategias y comportamientos reproductivos en los tetrápodos,
es decir, todos aquellos animales con cuatro patas. Las aves modernas tienen
una gran variedad de tamaños, formas y colores de huevos. Sin embargo, no se
sabe mucho sobre su evolución.
El descubrimiento de que dos antiguos dinosaurios ponían huevos de cáscara blanda y membranosa muestra que eran más reptiles de lo que pensábamos
“Los huevos son la única ventana que tenemos a la
reproducción de los dinosaurios”, señala el paleontólogo argentino Diego Pol
del Museo Paleontológico Egidio Feruglio en la ciudad de Trelew. “Si queremos
entender cabalmente su evolución no podemos ignorar sus estrategias
reproductivas. Nos hablan sobre las estrategias de supervivencia de las
especies y cómo los animales hacen esfuerzos extraordinarios para brindar las
mejores oportunidades de que sus crías sobrevivan”.
Los resultados de la nueva investigación disputan la opinión
predominante de que los dinosaurios siempre pusieron huevos con cáscara dura y
arrojan un poco de luz sobre el comportamiento reproductivo de los primeros dinosaurios
y la crianza de estos animales, un tema aún en debate.
La mitad de la película
Los paleontólogos saben que es mucho más común encontrar en
el campo un hueso de dinosaurio que un huevo. Sin embargo, en los últimos 30
años se han hallado varios. Se conocen huevos de dinosaurios de todas partes
del mundo y de muchas especies. Hay registros de huevos de dinosaurios
depredadores, de dinosaurios de cuello largo y de dinosaurios con pico de pato.
Pero en su mayoría corresponden al Período Cretácico, entre
145 y 66 millones de años atrás, es decir, a los últimos 80 millones de años de
la historia de los dinosaurios. Y todos estos huevos muestran una cáscara de
huevo calcítica, rígida.
Los restos de huevos de los primeros 80 millones de años en
que reinaron estos animales, sin embargo, son pocos a escala mundial.
“Básicamente conocemos la última mitad de la película y estamos intentando
averiguar la historia completa con la poca información que tenemos de la
primera mitad”, dice Pol, conocido por haber encontrado en 2013 los restos del
dinosaurio más grande hasta ahora conocido, el Patagotitan mayorum.
La mayoría de los huevos de dinosaurio que se han encontrado corresponden a los últimos 80 millones de años de su historia. “Estamos intentando averiguar la historia completa con la poca información que tenemos de la primera mitad”, dice Pol
“Eso hace tan especiales a los huevos fosilizados que
encontramos en Santa Cruz, Argentina, que tienen aproximadamente 200 millones
de años. Son una pieza clave para entender la historia de los huevos y la
reproducción de los dinosaurios”.
Este investigador del CONICET se refiere a alrededor de 80
huevos que descubrió recientemente con su equipo en una formación conocida como
Laguna Colorada en el centro de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia
argentina.
Estos huevos pertenecen a una especie conocida desde 1976
como Mussaurus patagonicus, un dinosaurio herbívoro primitivo antecesor de los
saurópodos, es decir, dinosaurios de cuello largo, cuatro patas y de gran
tamaño. Aparentemente, el sitio albergaba una colonia reproductiva donde estos
dinosaurios mantenían a sus crías durante su etapa más vulnerable.
Para estudiarlos en detalle, Pol recurrió a la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón (ESRF) en Francia.
“Junto a los huevos de otro dinosaurio del sur de África,
los huevos de Mussaurus en Santa Cruz son los más antiguos que se conocen”,
cuenta la paleontóloga argentina Claudia A. Marsicano de la Universidad de
Buenos Aires, coautora de la investigación.
Primeros indicios de cuidado parental
Con al equipo del paleontólogo y genetista molecular
estadounidense Mark Norell del Museo Estadounidense de Historia Natural, Pol,
Fabbri y Marsicano analizaron estos huevos —varios de los cuales conservan
especímenes embrionarios y juveniles— junto a los restos de una nidada
excepcionalmente conservada de la especie Protoceratops, descubierta en la
localidad de Ukhaa Tolgod en Mongolia. Estos animales llegaban a ser tan
grandes como una oveja y fueron de los primeros dinosaurios con cuernos.
El equipo internacional de científicos examinó la
composición química de estos fósiles con una técnica conocida como
espectroscopia Raman. “Cuando miramos la cáscara de huevo en la sección
transversal, vemos una capa calcítica en la parte superior y una capa
membranosa proteica debajo”, cuenta Fabbri, quien recientemente participó en la
investigación del primer dinosaurio verdaderamente semiacuático, Spinosaurus aegyptiacus.
Debido a que las cáscaras de huevo blandas son más susceptibles al intercambio de líquidos con el exterior, los animales actuales con huevos de cáscara blanda los entierran bajo tierra
“Estas dos capas componen la cáscara de huevo en cualquier
reptil. Sin embargo, el grosor entre la membrana y la capa calcítica varía
mucho entre los grupos. Resulta que si la membrana es mucho más gruesa que la
capa calcítica, entonces la cáscara es blanda. Si la capa calcítica es más
gruesa, entonces la cáscara es dura. Nuestros resultados mostraron que los
primeros dinosaurios tenían una cáscara de huevo blanda y que una cáscara de
huevo dura evolucionó independientemente en tres momentos posteriores”.
Para estudiar los huevos de Mussaurus el paleontólogo
argentino Diego Pol (izda)
se valió de la Instalación Europea de Radiación
Sincrotrón (ESRF) en Francia.
Crédito: ESRF.
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Este hallazgo tiene importantes repercusiones. Debido a que
las cáscaras de huevo blandas son más susceptibles al intercambio y pérdida de
líquidos con el exterior, los animales actuales con huevos de cáscara blanda
los entierran bajo tierra, generalmente en sedimento arenoso para limitar la
pérdida de líquido y permitir una incubación exitosa.
Además, los huevos con cáscara blanda generalmente se
depositan en grandes cantidades, como sucede con algunos lagartos y tortugas:
muchos huevos se ponen al mismo tiempo, se entierran y luego se dejan incubar.
“Podríamos inferir lo mismo para los primeros dinosaurios”, especula Fabbri.
Sentados sobre sus huevos
Como señala Mark Norell: “Por lo que sabemos, todos los dinosaurios
ponían huevos. En algunos casos sabemos que, al igual que las aves modernas,
tenían nidos. Encontramos un par de fósiles notables de animales sentados
encima de sus nidos, como hacen las gallinas en una granja hoy en día, de modo
que probablemente haya habido alguna forma de cuidado parental también”.
Esto además explicaría por qué no se encuentran tantos
huevos fosilizados de dinosaurios pertenecientes a los primeros 80 millones de
años de su historia en la Tierra. “Algo llamativo siempre ha sido el
desequilibrio entre la diversidad y cantidad de registros de restos corpóreos
de dinosaurios por toda Pangea desde fines del Triásico a fines del Cretácico y
el registro de huevos atribuibles a este grupo”, advierte Marsicano.
“Encontramos un par de fósiles de animales sentados encima de sus nidos, como hacen las gallinas en una granja, de modo que probablemente haya habido alguna forma de cuidado parental también”, dice Mark Norell
“Este trabajo pone en evidencia que ese desequlibrio en el
registro se debe a que los dinosaurios en su origen y durante gran parte de su
historia en el Mesozoico ponían huevos de cáscara no mineralizada, una cáscara
proteica blanda que es mucho más sensible a la degradación y por lo tanto con
pocas probabilidades de quedar fosilizada”, continúa Marsicano.
La adquisición de una cáscara como la que vemos hoy en día
en las aves les da una ventaja a la hora de anidar, dado que el embrión esta
protegido, y surgió en la evolución de los dinosaurios mucho más tarde e
independientemente en diferentes linajes, según el experto. Esta evolución de
cáscara blanda a dura, piensan los científicos, representa un hito en su
historia evolutiva, ya que contribuyó al éxito reproductivo y, por lo tanto, a
la propagación y diversificación de los dinosaurios.
Las razones que propiciaron estas transformaciones, sin
embargo, aún se desconocen. “Es una de las preguntas más importantes que abre
este trabajo”, dice Pol.
“Si varios grupos de dinosaurios evolucionaron por separado
cáscaras rígidas entonces es posible que haya alguna causa común, quizás algún
cambio ambiental o climático, que llevó a que todos siguieran este camino
evolutivo. Hay muchos factores ambientales que influyen en cómo se forma la
cáscara rígida de los huevos en las aves de hoy en día. Creo que en el futuro
próximo vamos a ver diversos estudios intentando abordar esta pregunta”.
Esta evolución de cáscara blanda a dura, piensan los científicos, representa un hito en su historia evolutiva, ya que contribuyó al éxito reproductivo
“Todas las ramas principales que forman los grupos de
dinosaurios desarrollaron cáscaras de huevo duras, por lo que la presión
selectiva debe haber sido común para todos ellos”, especula Fabbri. “Sin
embargo, no podemos estar seguros”.
Lo que sí saben los paleontólogos es que en los últimos años
ha habido avances en el estudio de la química de la fosilización que podrían
llevar a descubrimientos más sorprendentes. “Están revelando datos que no
imaginábamos que se podían conocer”, señala Pol. “Recientemente estudios
químicos demostraron que algunos huevos de dinosaurios eran de color, como el
de algunas aves, porque detectaron restos de los mismos pigmentos que están
presentes en los huevos de aves azulados. Los avances tecnológicos nos permiten
hoy detectar esos pigmentos, aun cuando fueron alterados químicamente en la
fosilización hace millones de años”.
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.
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