miércoles, 10 de junio de 2020

Revelan una ciudad romana entera sin usar ni una excavadora

  • La sofisticada tecnología del radar avanzado de penetración de tierra (GPR) ha permitido sacar a la luz toda la extensión de Falerii Novi, en el valle del río Tíber, Italia 

Mapa de la ciudad de Falerii Novi, en Italia. Se han descubierto vestigios de 
sofisticadas casas de baño y monumentos - L. VERDONCK
Por primera vez, un grupo de arqueólogos ha podido revelar el mapa de una ciudad romana completa sin usar ni una excavadora, recurriendo a la tecnología del radar avanzado de penetración de tierra (GPR). El equipo, compuesto por científicos de las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Gante (Bélgica), ha conseguido mostrar una gran variedad de detalles de Falerii Novi, una ciudad amurallada situada en el valle del río Tíber, a unos 50 kilómetros al norte de Roma, y fundada alrededor del 241 a.C. Sus conclusiones se han publicado en la revista «Antiquity».

«El espectacular nivel de detalle que hemos logrado en Falerii Novi y las sorprendentes características que el GPR ha revelado sugieren que este tipo de sondeo podría transformar el modo como los arqueólogos investigan las ciudades», ha explicado en un comunicado Martin Millett, investigador en la Universidad de Cambridge y coautor del estudio. Tal como han propuesto los investigadores, esto puede ser especialmente revolucionario en los casos en los que las ciudades no pueden ser excavadas porque son muy grandes o porque están situadas bajo estructuras más modernas. (Aquí puedes consultar detalles sobre su proyecto de investigación).

Trazado del templo recién descubierto en Falerii Novi, Italia - L. VERDONCK
Falerii Novi es un yacimiento bien documentado, estudiado durante décadas, y que no está cubierto por edificios modernos. Ahora, gracias al radar, el equipo ha podido sacar a la luz el trazado de un complejo de baños, un mercado, un templo, un monumento e incluso una compleja red de tuberías. Además, gracias a las capacidades del GPR, han podido revelar distintas capas del complejo, permitiendo así estudiar la evolución de la ciudad durante siglos.

Al examinar todos esos vestigios han descubierto que la ciudad sigue un trazado menos estandarizado de lo encontrado en otros antiguos asentamientos, como Pompeya, y que parte de los edificios, como el templo, el mercado o la casa de baño, son arquitectónicamente más elaborados de lo que se suele encontrar en ciudades tan pequeñas. Además, han hallado evidencias de que parte de los materiales de la ciudad romana se robaron y se emplearon para edificios más modernos.

Una piscina y un gran monumento

Pero quizás lo más sorprendente son las huellas de una piscina, en el distrito sur, y de un gran monumento cerca de la puerta norte, en el que dos grandes estructuras quedaron unidas por un porticus duplex, un pasaje cubierto por un techo sostenido sobre columnas.

Todo esto ha sido posible gracias a la tecnología del GPR. Se basa en los principios del radar convencional, en el que las ondas de radio chocan con objetos y rebotan hasta un receptor, permitiendo reconocer su superficie. Pero a diferencia de este, el GPR está especializado en el subsuelo y en su capacidad de distinguir entre materiales a distintas profundidades. Además, los avances de los últimos años han permitido mejorar mucho la resolución y la velocidad de las mediciones.

Aparato de radar empleado para revelar el trazado de la ciudad enterrada,
 remolcado por una motocicleta - L. VERDONCK
En este caso, dada la gran extensión de Falerii Novi, la mitad de Pompeya, los investigadores decidieron remolcar un aparato de GPR con un quad. De esta forma, sondearon más de 30 hectáreas, eso sí, tomando una lectura cada 12,5 centímetros.

Los autores de este estudio ya han usado esta técnica para investigar las antiguas ciudades romanas de Interamna Lirenas, en Italia, y Aldborough, en Reino Unido, pero esperan estudiar asentamientos todavía mayores.

«Es muy emocionante pero realista imaginar que usemos el GPR para sondear ciudades como Mileto, en Turquía, o Nicópolis, en Grecia», ha dicho Millett. «Todavía tenemos mucho que aprender sobe la vida urbana en Roma y esta tecnología podría abrir posibilidades sin precedentes en las próximas décadas».

Por el momento, sin embargo, será necesario desarrollar nuevas técnicas automatizadas para acelerar el proceso. Hasta ahora ha hecho falta analizar los datos de forma manual, lo que ha hecho que cada hectárea requiriese alrededor de 20 horas para ser documentada.

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