El equipo internacional de paleontólogos estuvo liderado por
Martín Ezcurra, del Museo Argentino de Ciencias Naturales.
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Imágenes: gentileza investigador. |
Hace 251 millones de años, una extinción masiva acabó con la
mayoría de las formas de vida en la Tierra: fue la mayor pérdida de
biodiversidad conocida hasta hoy. Pero después de esa inmensa crisis sobrevino
la recuperación: el Período Triásico, entre los 251 y 200 millones de años,
trajo nuevas formas de vida. Allí aparecieron los precursores de las ranas, las
tortugas, los lagartos, los cocodrilos y los mamíferos, y coetáneamente
aparecieron los dinosaurios. El paleontólogo Martín Ezcurra, investigador del CONICET
en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACNBR,
CONICET), acaba de liderar un equipo internacional que describió anatómicamente
y estudió las relaciones de parentesco de una nueva especie de reptil de la
India de esa época -de 240 millones de años de antigüedad- al que llamaron
Bharitalasuchus tapani. “Por la forma del tamaño y del cuerpo –señala Ezcurra-,
se parece mucho a esas criaturas de Star Wars llamadas Dewback”. La novedad
acaba de publicarse en la revista Ameghiniana.
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Imágenes: gentileza investigador. |
“Conocer detalles de los reptiles del Período Triásico nos
permite saber cómo evolucionaron los animales después de la extinción masiva; y
entender cómo se fue dando esta recuperación de la vida luego de esta
catástrofe es muy importante. Esta información permite entender cómo actúan los
procesos evolutivos en los rangos de millones de años: ayuda a la comprensión a
nivel global de cómo fue este inicio de la evolución de los reptiles luego de
la extinción masiva. Sobre todo, es interesante porque esta diversificación de
animales incluyó el origen de los dinosaurios”, señala Ezcurra.
Bharitalasuchus tapani pertenece al grupo de los
erythrosúquidos: los predadores más grandes de esa época, que eran conocidos,
hasta el momento, por especies de Sudáfrica, Rusia y China. Ahora se le suma
esta nueva especie de la India. Los erythrosúquidos eran reptiles de hasta
cinco metros de largo, con los miembros ubicados a los costados del cuerpo,
como un lagarto overo, y una cabeza desproporcionadamente grande. Su cráneo
estaba armado con dientes de un tamaño similar a los del Tyrannosaurus rex. El
origen del nombre de este género proviene de “Bhari” y “Tala” que significa
“cabeza grande” en el lenguaje Telugu (el cual se habla en la región de la
India en donde fue hallado) y “Suchus”, término usualmente usado para géneros
de reptiles.
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Imágenes: gentileza investigador. |
El estudio liderado por Ezcurra y que se completó con los
paleontólogos Saswati Bandyopadhyay, de la India, y David Gower, de Inglaterra,
se basó en un fósil colectado en la década de 1960 en la unidad geológica
Yerrapalli del centro de la India, que estaba alojado en el Indian Statistical
Institute de Calculta. “En paleontología, es usual que se estudien fósiles
inéditos colectados en campañas de muchos años atrás. Se colectan muchos ejemplares
y la preparación y el estudio demanda mucho tiempo. En este caso, el ejemplar
se venía mencionando en la literatura, como un registro posible de
erythrosúquido, pero recién en los últimos diez años empezamos a estudiar mejor
este grupo y a conocer su anatomía y distribución”, comenta Ezcurra.
Los restos fósiles de Bharitalasuchus incluyen huesos del
cráneo, numerosas vértebras del cuello y espalda, algunos huesos de las
cinturas pectoral y pélvica y del miembro posterior. Este animal, tal como
indicaron los científicos, tenía un cráneo de gran tamaño, un cuello corto y
extremidades robustas. Se diferenció de otros reptiles conocidos para la
presencia de características únicas en sus vértebras. “Bharitalasuchus se
encuentra cercanamente emparentado a especies de Rusia y China, lo cual mejora
nuestro entendimiento de las conexiones ecológicas que había entre estas
regiones hace 245 millones de años. Es importante destacar que en aquel momento
la India se encontraba unida a África y Madagascar, pero debido a la deriva
continental India se desplazó hacia el norte durante millones de años hasta
colisionar con Asia hace aproximadamente 40-50 millones de años. Por lo cual,
el descubrimiento de Bharitalasuchus, el cual es uno de los últimos
erythrosúquidos conocidos, muestra que este grupo estaba ampliamente
distribuido geográficamente antes de su extinción”, señala el paleontólogo del
CONICET.
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Imágenes: gentileza investigador. |
Los científicos no descartan que los erythrosúquidos también
hayan estado en otros países, como, por ejemplo, en Argentina. “Es posible que
hayan estado en Argentina, pero aún conocemos muy poco de los fósiles
continentales de esa época en nuestro país. Las rocas más vistas aquí son de
tiempos más jóvenes, que nos mostraron los dinosaurios más antiguos. En cambio,
en países como Sudáfrica, Rusia, China e India, se preservan rocas de más edad
y ambiente propicio para la preservación de estos fósiles. Pero es posible que
en un futuro empecemos a encontrarlos en otros países del mundo”, se entusiasma
Ezcurra. El equipo científico está concentrado, además, en estudiar en
profundidad la fauna de reptiles del Período Triásico en India y otras regiones
del mundo, y próximamente darán a conocer otra nueva especie de reptil, aún más
antigua que la de este trabajo, a la que describirán y compararán
anatómicamente con otras especies de reptiles.
Esta investigación se realizó con fondos de la National
Geographic Society (Estados Unidos) y la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Técnica (Argentina). En la Sección de Paleontología de Vertebrados
del Museo Argentino de Ciencias Naturales se continúa trabajando en el estudio
de los vertebrados triásicos, incluyendo campañas de exploración en Argentina.
Para las mismas, esta sección del museo empezará a contar con el apoyo de
Stanley Black&Decker, aportando capacitaciones y equipo de trabajo a sus integrantes.
Referencia bibliográfica:
DOI: 10.5710/AMGH.18.01.2021.3416
conicet.gov.ar
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