"Los últimos descubrimientos muestran perfectamente que la lista de especies presentes aquí está lejos de concluir y que el futuro todavía depara grandes sorpresas y descubrimientos", asegura Nathalie Bardet, paleontóloga del Museo Nacional de Historia Natural de París.
University of Bath 2021 / Andrey Atuchin |
En total, fueron hallados dos cráneos completos y
mandíbulas, suficientes para determinar que se trataba de fósiles de una nueva
especie a la que denominaron 'Pluridens serpentis'. Ello eleva a 13 la cifra de
especies de mosasaurios descubiertas en esa región.
De acuerdo con los científicos, el 'Pluridens serpentis'
habría vivido durante el período Cretácico y estaba "floreciendo"
desde un punto de vista evolutivo cuando fue aniquilado junto a la mayoría de
las especies de la Tierra por el impacto de un colosal asteroide hace 66
millones de años.
"La diversidad de estos fósiles es asombrosa. Lejos de
disminuir en diversidad, los mosasaurios parecían estar alcanzando su punto
máximo justo antes de extinguirse", señala Nick Longrich, paleontólogo del
Centro Milner para la Evolución de la Universidad de Bath, en el Reino Unido.
"No encontramos ninguna evidencia de que este grupo estuviera teniendo
problemas. Desde un punto de vista evolutivo, estaban teniendo éxito, hicieron
todo bien, pero nada puede prepararte para un asteroide".
El 'Pluridens serpentis' poseía mandíbulas largas y delgadas
con numerosos dientes pequeños en forma de gancho para agarrar presas pequeñas
como peces y calamares. Sus ojos eran pequeños, lo que sugiere que tenía una
visión pobre. Sin embargo, su hocico contaba con docenas de aberturas para los
nervios, índice de una posible capacidad de cazar al detectar los movimientos
del agua y los cambios de presión. Estos nervios pueden haber sido sensibles a
pequeñas variaciones en la presión del agua, una adaptación que se observa en
las serpientes marinas.
"Por lo general, cuando los animales desarrollan ojos
pequeños, es porque dependen más de otros sentidos", explica Longrich.
"El hecho de que el 'Pluridens serpentis' tuviera tantos nervios en el
hocico puede significar que usaba cambios en la presión del agua para detectar
animales en condiciones de poca luz, ya sea de noche o en aguas profundas y
oscuras".
El paleontólogo también subraya que el animal probablemente
usaba su lengua para cazar, como lo hacen las serpientes.
"Muchas serpientes y lagartos acuáticos mueven sus
lenguas bifurcadas bajo el agua, utilizando señales químicas para rastrear a
sus presas", comenta.
Por su parte, la paleontóloga del Museo Nacional de Historia
Natural de París, Nathalie Bardet, afirma que los últimos descubrimientos
muestran perfectamente que la lista de especies presentes en Marruecos
"está lejos de concluir y que el futuro todavía depara grandes sorpresas y
descubrimientos".
"El 'Pluridens serpentis' destaca la importancia del
patrimonio paleontológico de Marruecos para ayudar a ilustrar la historia de la
vida", concluyen los investigadores en el estudio.
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