Miles de especies de microorganismos y algunos mamíferos marinos en miniatura hoy extintos proliferaron en el que fue lago más grande de la historia de nuestro planeta. Pero con la desaparición de Paratetis, la Tierra cambió para siempre.
Reconstrucción paleogeográfica del megalago Paratetis durante el Mioceno tardío / Foto: Dan Palcu et al. |
Sin embargo, más allá de las masas terrestres emergidas,
como si del negativo de una fotografía se tratara, estos movimientos
continentales también han dado lugar a grandes cambios en lo que a la
distribución de las grandes masas de agua de nuestro planeta se refiere. Nos
jactamos de vivir en un planeta llamado Tierra, pero al final del día habitamos
en un mundo azul dominado por el agua, fundamento y condición indispensable
para la vida, por lo que hoy dedicamos estas líneas al que fuera el mayor lago
de agua dulce en la historia de nuestro mundo: hablaremos de Paratetis, de su evolución
y desaparición, y de cómo esta segunda cambio para siempre las condiciones en
las que desarrolla la vida.
Paratetis: particularidades de un paleolago
Para hablar de Paratetis hemos de remontarnos a comienzos
del Mioceno tardío. Hace unos 11,6 millones de años el continente europeo era
muy diferente al actual. Al oeste, África y Europa se encontraban separadas por
un archipiélago. Hacia el sur, lo que hoy corresponde a las zonas de la
península de Anatolia y los Balcanes era una masa continua de tierra que
comenzaba a dividirse y separarse dando paso a varios lagos que se convertirían
en el moderno mar Egeo. Mientras, las masas de tierra que hoy conforman la
Italia actual se hallaban esparcidas en un grupo de islas en lo que hoy es el
mar Mediterráneo central.
En su mayor extensión Paratetis se derramó desde los Alpes orientales hasta lo que hoy es Kazajistán cubriendo de agua más de 2,8 millones de kilómetros cuadrados
Y es que cuando las placas continentales colisionaron hace
aproximadamente unos 12 millones de años, no solo levantaron nuevas montañas en
Europa, sino que crearon el lago más grande que el mundo haya conocido. Este
vasto cuerpo de agua se llamó Paratetis, que en su mayor extensión se derramó
desde los Alpes orientales hasta lo que hoy es Kazajistán cubriendo de agua más
de 2,8 millones de kilómetros cuadrados. Para hacernos una idea de sus
dimensiones, según se describe en un artículo publicado recientemente en la
revista Science Reports bajo el título Late Miocene megalake regressions in Eurasia, este enorme cuerpo de agua ocupó un área mayor al actual mar
Mediterráneo albergando en su momento de mayor esplendor hasta 1,77 millones de
kilómetros cúbicos de agua: más de 10 veces el volumen de todos los lagos de
agua dulce y salada de la actualidad.
¿Mares de agua dulce o lagos gigantes?
Sistema estable en el megalago Paratetis / Foto: Dan Palcu et al. |
Sin embargo más allá de su origen, lo que verdaderamente caracterizó a Paratetis fueron los constantes episodios de inestabilidad hidrológica, desecación, fragmentación progresiva, así como las constantes variaciones en el aporte y retirada de agua y sedimentos, y con ello de su salinidad, debido principalmente a la tectónica de placas y a diversos cambios en el sistema climático.
La salinidad de Paratetis osciló entre valores del 12 y el 14%. La salinidad de los océanos y mares actuales se sitúa en torno al 30-35%.
Así, aunque su cronología, magnitud e impactos todavía están
poco documentados, este colosal lago se caracterizó por varios episodios de
inestabilidad volumétrica y desecación parcial. Como decíamos, en sus comienzos
a principios del Mioceno tardío, el antiguo mar de Tetis se transformó en un
megalago caracterizado por salinidades anomalohalinas, que generalmente
oscilaron entre el 12 y el 14%. Para obtener una comparación, diremos que los
actuales océanos y mares poseen una salinidad de entre el 30 y el 35%.
Cambio en el clima
Posteriormente diversos cambios en el clima y la tectónica
de placas hicieron que el lago se encogiera drásticamente en al menos cuatro
ocasiones durante su vida de aproximadamente 5 millones de años. En uno de los
eventos de desecación más acusados, se calcula que los niveles de agua cayeron
hasta 250 metros en tan solo 0.25 millones de años. Durante ese mayor episodio
de contracción, el lago perdió hasta un tercio de su agua y más de dos tercios
de su superficie lo que hizo que la salinidad del agua en la cuenca central del
lago, la cual hoy coincidiría con los contornos del Mar Negro, se disparara
hasta alcanzar la salinidad de los mares actuales.
"Identificamos cuatro regresiones principales que se correlacionan con eventos de aridificación, cambios de vegetación y cambios de fauna en gran parte de Europa"
Sistema durante episodios de desecación parcial en Paratetis / Foto: Dan Palcu et al. |
"Nuestras reconstrucciones paleogeográficas revelan que Paratetis se transformó profundamente durante los episodios de regresión, perdiendo hasta un tercio de su volumen de agua y aproximadamente el 70% de su superficie durante los eventos más extremos. El agua restante se almacenó en un lago salado central y en cuencas desalinizadas periféricas, mientras que vastas regiones de hasta 1,75 millones de kilómetros cuadrados se convirtieron en tierras emergentes aptas para el desarrollo de paisajes de estepa forestal", añade.
Habitantes de un ecosistema extinto
Único en su naturaleza, y quizá irrepetible hasta nuevamente
pasados millones de años en nuestro planeta, de la misma manera Paratetis
desarrolló en su seno una fauna y flora endémica entre las que encontraron por
ejemplo diversos moluscos, ostrácodos e incluso una especie conocida como
Cetotherium riabinini, las ballenas más pequeñas conocidas. Versiones en
miniatura de los actuales delfines y focas bucearon en sus aguas. Sin embargo
la naturaleza variable y abrupta del lago propició que su historia se viera
acompañada de múltiples crisis biológicas en las que la vida acuática en el
mejor de los casos se redujo considerablemente, y en las que grupos completos de foraminíferos o nanoplancton desaparecerían casi por completo.
Sin embargo no fue la vida acuática la única que se vio
afectada. Las constantes retiradas del lago también propiciaron que, a medida
que descendieron los niveles de agua, las costas recién expuestas se
convirtieran en pastizales y puntos calientes para la evolución. De hecho, el
registro fósil muestra que en las áreas ubicadas al norte de Paratetis,
antepasados de las cabras y ovejas actuales pastaron en compañía de antílopes
primitivos. Con las diversas desecaciones estos animales acabarían migrando
para establecerse en África y evolucionar hasta conformar la biodiversidad
actual de sabana africana.
Las constantes retiradas del lago también propiciaron que, a medida que descendieron los niveles de agua, las costas recién expuestas se convirtieran en pastizales y puntos calientes para la evolución
Por otra parte, el destino de aquellas especies que no
consiguieron adaptarse no fue tan halagüeno. Según la cronología establecida
por los investigadores, Paratetis se acercó a su abrupto aunque apoteósico
final entre hace unos 6,9 y 6,7 millones de años. Según la teoría, la erosión
acabaría creando una salida al mar en su parte sur adoptando la forma de una
impresionante cascada la cual hoy se cree enterrada en las profundidades del
mar Egeo. Esta cascada dio origen a un río que moriría en nuestro mar
Mediterráneo, en el que con suerte en estos momentos te encuentras a sus
orillas leyendo este artículo. Y bañándote quizá, en aquel mismo agua, 11
millones de años después.
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