Emmanuel Roussillon estudia en la Unco y es voluntario del Proyecto Dino, que dirige el paleontólogo Jorge Calvo. Pronto firmará su primer "paper" científico.
Proyecto Dino es un centro de investigación paleontológica
ubicado a 90 kilómetros de Neuquén capital, que se convirtió en un semillero
para los jóvenes interesados en trabajar con fósiles de los grandes saurios que
habitaron nuestra región.
Para Emmanuel, este descubrimiento es el primer paso en la
carrera que siempre soñó. La especie con la que trabajó se denomina “Notosuchus
terrestris” y es un antepasado de los cocodrilos.
El Notosuschus poco tiene que ver con los cocodrilos enormes
que abundan en las películas de acción. Era más bien un reptil pequeño, del
tamaño de un perro, que vivió hace 85 millones de años entre las dunas que
entonces cubrían a Neuquén capital.
Hace dos años, Emmanuel empezó a colaborar en el Proyecto
Dino como técnico paleontológico y, entre otras tareas, le asignaron la
limpieza y estudio del Notosuchus. Gracias a ese trabajo, Calvo lo convocó para
que presente los resultados en las “34° Jornadas de Paleontología de
Vertebrados”, que se realizaron de manera virtual del 26 al 28 de mayo.
“A los que hacemos el trabajo técnico, de vez en cuando, nos
permiten publicar sobre lo que hacemos y es mi primer presentación de un
resumen en un evento”, contó Emmanuel orgulloso y agregó que, en estos días,
está redactando “el paper, que sería el trabajo mayor sobre este cocodrilo para
publicarlo en una revista científica”.
Explicó que se hallaron varios ejemplares de la misma
especie de cocodrilo en la ciudad, “pero lo relevante es que es el primero
fuera del área del Campus Universitario y Parque Norte”. Además, se recuperó
gran parte del esqueleto, con piezas que corresponden al cráneo, la columna
vertebral, dos extremidades posteriores y una anterior.
Emmanuel, que también estudia Planificación Ambiental de la
Unco, comentó que recurrió a sus conocimientos teóricos para analizar los
fósiles “desde la litología, la roca que contenía los restos, que nos da la
antigüedad y permite determinar el paleoambiente”.
El joven indicó que está “muy contento” por la oportunidad de ser parte de este hallazgo “porque desde muy chico me gustaban los dinosaurios”.
Un reptil curioso parecido a un perro
- Metro y medio: El Notosuchus que estudió Emmanuel tiene
alrededor de un metro y medio de extensión. Indicó que eso es habitual porque
eran animales mucho más chicos que los cocodrilos modernos “y este se encontró
en la ciudad de Neuquén es como un perro chico”.
-Cráneo corto: Los ejemplares de Notosuchus tenían además el
cráneo corto en comparación con el cocodrilo de nuestra época. Hay muchas
diferencias en la línea evolutiva de estos reptiles, que tienen incluso un
antepasado en común con las aves.
Usan herramientas de dentista
Emmanuel relató que el trabajo de los técnicos
paleontológicos comienza cuando se extrae un fósil a través de un proceso
llamado “bochón” y se envía al museo más cercano. A partir de ahí, ellos
limpian las piezas con un martillo neumático, “aunque también, como los huesos
son un material frágil, se utilizan elementos quirúrgicos como los de los
dentistas”.
Señaló que en nuestro país es frecuente que los dentistas
donen o vendan las herramientas que ya no utilizan para los centros
paleontológicos.
“Después de limpiar, hay que ordenar los huesos, y ahí
depende de cada museo; nosotros, con este cocodrilo, hicimos como moldes huecos
en una gomaespuma y fuimos disponiéndolos como estaban en el animal”, explicó.
De esa manera, pueden ubicar cada pieza en una figura tridimensional.
A esa etapa le sigue la medición de los huesos y un análisis
sobre el animal al que pertenecieron. Emmanuel contó que él y muchos de sus
compañeros que vienen del campo de la Geología, “no hacemos tanto un estudio
biológico, sino a nivel estratigráfico, de las rocas”. Es decir, que no se
ocupan de lo que esa especie comía o cómo caminaba, sino del ambiente y la
época en la que vivió.
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