martes, 1 de junio de 2021

Tiene 26 años y ayudó a descubrir un cocodrilo del Cretácico

Emmanuel Roussillon estudia en la Unco y es voluntario del Proyecto Dino, que dirige el paleontólogo Jorge Calvo. Pronto firmará su primer "paper" científico.

Emmanuel Roussillon tiene 26 años y colaboró en el descubrimiento de un cocodrilo del Cretácico. Es estudiante de Geología en la Universidad Nacional del Comahue (Unco) y voluntario en el Proyecto Dino, que dirige el paleontólogo Jorge Calvo. Participó del estudio sobre el reptil de hace 85 millones de años y presentó sus resultados en una jornada científica. Pronto, su nombre aparecerá por primera vez en un “paper”, que servirá de referencia para expertos de todo el mundo.

Proyecto Dino es un centro de investigación paleontológica ubicado a 90 kilómetros de Neuquén capital, que se convirtió en un semillero para los jóvenes interesados en trabajar con fósiles de los grandes saurios que habitaron nuestra región.

Para Emmanuel, este descubrimiento es el primer paso en la carrera que siempre soñó. La especie con la que trabajó se denomina “Notosuchus terrestris” y es un antepasado de los cocodrilos.

El Notosuschus poco tiene que ver con los cocodrilos enormes que abundan en las películas de acción. Era más bien un reptil pequeño, del tamaño de un perro, que vivió hace 85 millones de años entre las dunas que entonces cubrían a Neuquén capital.

Los restos del ejemplar que analizó el joven estudiante se hallaron en 1999, con la coordinación de Calvo. Los extrajeron del lugar donde hoy está el nodo vial por el que se accede a la ciudad desde la Ruta 7.

Hace dos años, Emmanuel empezó a colaborar en el Proyecto Dino como técnico paleontológico y, entre otras tareas, le asignaron la limpieza y estudio del Notosuchus. Gracias a ese trabajo, Calvo lo convocó para que presente los resultados en las “34° Jornadas de Paleontología de Vertebrados”, que se realizaron de manera virtual del 26 al 28 de mayo.

“A los que hacemos el trabajo técnico, de vez en cuando, nos permiten publicar sobre lo que hacemos y es mi primer presentación de un resumen en un evento”, contó Emmanuel orgulloso y agregó que, en estos días, está redactando “el paper, que sería el trabajo mayor sobre este cocodrilo para publicarlo en una revista científica”.

Explicó que se hallaron varios ejemplares de la misma especie de cocodrilo en la ciudad, “pero lo relevante es que es el primero fuera del área del Campus Universitario y Parque Norte”. Además, se recuperó gran parte del esqueleto, con piezas que corresponden al cráneo, la columna vertebral, dos extremidades posteriores y una anterior.

Emmanuel, que también estudia Planificación Ambiental de la Unco, comentó que recurrió a sus conocimientos teóricos para analizar los fósiles “desde la litología, la roca que contenía los restos, que nos da la antigüedad y permite determinar el paleoambiente”.

Recordó que, cuando se construyó el nodo vial, un equipo científico pudo meterse a la excavación a analizar las rocas y por eso saben que, hace 85 millones de años, “había un sistema de dunas e interdunas” asociadas a canales de agua efímeros. “Era un ambiente semiárido”, subrayó.

El joven indicó que está “muy contento” por la oportunidad de ser parte de este hallazgo “porque desde muy chico me gustaban los dinosaurios”.

“En el Proyecto Dino, vi cómo vienen turistas internacionales porque tenemos un lugar único, donde podemos ir por la barda y encontrar la astilla de un hueso”, resaltó. Añadió que, a partir de esa experiencia, hoy siente “orgullo como neuquino por toda nuestra riqueza paleontológica y por poder dedicarme a esta carrera”.

Un reptil curioso parecido a un perro

- Metro y medio: El Notosuchus que estudió Emmanuel tiene alrededor de un metro y medio de extensión. Indicó que eso es habitual porque eran animales mucho más chicos que los cocodrilos modernos “y este se encontró en la ciudad de Neuquén es como un perro chico”.

-Patas rectas: Otra similitud entre un Notosuchus y un perro es que las patas, en ambos casos, están debajo del torso, a diferencia de los cocodrilos que las tienen en los laterales. Emmanuel aclaró que esto es así “porque era una especie distinta a la que conocemos hoy, con un ancestro en común”.

-Cráneo corto: Los ejemplares de Notosuchus tenían además el cráneo corto en comparación con el cocodrilo de nuestra época. Hay muchas diferencias en la línea evolutiva de estos reptiles, que tienen incluso un antepasado en común con las aves.

Usan herramientas de dentista

Emmanuel relató que el trabajo de los técnicos paleontológicos comienza cuando se extrae un fósil a través de un proceso llamado “bochón” y se envía al museo más cercano. A partir de ahí, ellos limpian las piezas con un martillo neumático, “aunque también, como los huesos son un material frágil, se utilizan elementos quirúrgicos como los de los dentistas”.

Señaló que en nuestro país es frecuente que los dentistas donen o vendan las herramientas que ya no utilizan para los centros paleontológicos.

“Después de limpiar, hay que ordenar los huesos, y ahí depende de cada museo; nosotros, con este cocodrilo, hicimos como moldes huecos en una gomaespuma y fuimos disponiéndolos como estaban en el animal”, explicó. De esa manera, pueden ubicar cada pieza en una figura tridimensional.

A esa etapa le sigue la medición de los huesos y un análisis sobre el animal al que pertenecieron. Emmanuel contó que él y muchos de sus compañeros que vienen del campo de la Geología, “no hacemos tanto un estudio biológico, sino a nivel estratigráfico, de las rocas”. Es decir, que no se ocupan de lo que esa especie comía o cómo caminaba, sino del ambiente y la época en la que vivió.

lmneuquen.com

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