Casi un mes después del inicio de su ambicioso proyecto, los investigadores han alcanzado el cráter Chicxulub en México, que ahora perforan para revelar sus secretos.
NASA
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Los investigadores internacionales del proyecto Outreach,
que llevan a cabo la ambiciosa perforación del cráter Chicxulub cerca de la
costa de la Península de Yucatán en México, han logrado su primer objetivo. Los
científicos han sacado a la luz las primeras rocas del cráter desde una
profundidad de 670 metros en el fondo del océano. Son coetáneas de la extinción
masiva de especies de la Tierra.
Después de abrirse el paso a través de cientos de metros de
sedimentos en el Golfo de México, los científicos ya están perforando en
dirección al fondo de la elevación central del propio cráter de 180 kilómetros
de diámetro que dejó el asteroide 'asesino de los dinosaurios' hace 66 millones
de años.
El cráter ChicxulubNASA/JPL-Caltech/David Fuchs
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Lo que puede verse ahora son piezas de granito surgidas a
raíz del impacto de un meteorito de diez kilómetros de diámetro y las grietas
que se llenaron de líquido procedente de rocas fundidas por las temperaturas
extremadamente altas registradas en el impacto. Algunos de los minerales que se
ven en estas grietas sugieren que al principio el cráter estaba a demasiada
temperatura para que la existencia de vida, pero los científicos esperan hallar
ADN, informa la revista 'Science'.
Los investigadores ya están a casi cien metros de
profundidad en el cráter, y esperan poder perforar los 1,5 kilómetros hasta el
hipocentro del mismo antes del próximo 6 de junio. Cuánta más profundidad
alcanzan cavando a través de un granito cada vez más duro más lenta es la
perforación, cuya velocidad ahora es de tres metros cada dos horas.
La perforación permitirá calcular la energía generada por el
impacto que formó el cráter. Los investigadores creen que fue equivalente a 920
millones de bombas atómicas como las que destruyeron Hiroshima. Es algo que
explica el carácter complejo del cráter, que tras el impacto cambió de forma
varias veces, con el colapso de varias elevaciones en su parte central. El
impacto fundió las rocas, creó enormes tsunamis del tamaño de continentes y
cubrió el cielo con cenizas que enfriaron el planeta y causaron la extinción
masiva de especies.
Los cráteres complejos son comunes en el espacio, pero en la
Tierra no sobreviven debido a que su clima los erosiona. Pero el cráter Chicxulub,
cuya parte central está en el fondo del mar, y solo sus partes exteriores, a
180 kilómetros de su centro, se manifiestan en la superficie de la península,
rodeadas por cenotes, constituye un caso diferente. La erosión de su parte
central se prolongó durante decenas de millones de años, 'protegida' por el
océano. Al estudiarlo, los científicos esperan saber mucho más sobre la
historia de la vida en la Tierra.
Core on deck! first glimpses through the liner.
Image JLofi@ECORD_IODP.#exp364 / Outreach.
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actualidad.rt.com
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