(CNN) — La destrucción más catastrófica en la Tierra no le
sucedió a los dinosaurios.
Un nuevo estudio encontró que los cambios extremos en la
atmósfera mataron a casi el 100% de la vida en la Tierra hace unos 2.000
millones de años.
Los investigadores tomaron muestras de barita, un mineral de
más de 2.000 millones de años, en las islas belárticas subárticas de Canadá.
Rocas que tienen grabadas “firmas químicas”, pistas útiles para que los
investigadores descubran cómo era la atmósfera cuando se formaron las rocas, le
dijo a CNN Malcolm Hodgskiss, coautor principal y candidato a Ph.D. de la
Universidad de Stanford.
Sí hay tal cosa como mucho oxígeno
El estudio se centró en un fenómeno llamado el “Gran Evento
de Oxidación”. Es así: hace miles de millones de años, solo los microorganismos
sobrevivieron en la Tierra. Cuando fotosintetizaron, alteraron la composición
química de la atmósfera, creando un exceso de oxígeno que finalmente no
pudieron mantener.
Los microorganismos agotaron los nutrientes que necesitaban
para crear oxígeno, lo que dejó a la atmósfera de la Tierra desequilibrada.
Esto condujo a una “enorme caída” en la biosfera: la cantidad de vida en la
Tierra. Los científicos no estaban seguros de cuán drástica fue la caída hasta
ahora.
Los cálculos del equipo mostraron que entre 80 y 99,5% de
los organismos fueron eliminados al final del Gran Evento de Oxidación, dijo
Hodgskiss. Simplemente había demasiados y producían demasiado oxígeno.
“Incluso nuestras estimaciones más conservadoras superarían
las estimaciones de la cantidad de vida que murió durante la extinción de los
dinosaurios hace aproximadamente 65 millones de años”, dijo Hodgskiss.
Revelaciones antiguas que son relevantes hoy
¿Cómo estudiaron los investigadores cómo era el mundo antes
de que los humanos vivieran en él?
Ellos combinaron un modelo de la cantidad de dióxido de
carbono y oxígeno que podría haber en la atmósfera y luego se basaron en
investigaciones anteriores con sus mediciones químicas de la barita para
calcular cuánta vida había en ese momento.
Los hallazgos son más antiguos que la mayoría de la vida en
la Tierra, pero hoy son relevantes para el planeta porque la Tierra aún es
vulnerable a los cambios atmosféricos, dijo Hodgskiss. Los océanos se están
calentando, lo que afecta la cantidad de nutrientes que contienen. Los vertidos
en los océanos también alteran los ecosistemas submarinos, amenazando a los
organismos de fotosíntesis que contribuyen con más de la mitad del oxígeno en
la atmósfera de la Tierra.
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