Todas las serpientes vivientes evolucionaron a partir de un puñado de especies que sobrevivieron al impacto de un asteroide gigante: el mismo acabó con los dinosaurios y con la mayoría de los seres vivos al final del Cretácico.
La extinción de sus competidores permitió a las serpientes moverse hacia nuevos nichos y diversificarse enormemente. Crédito: Joschua Knüppe. |
De acuerdo a una nota de prensa, los científicos sostienen
que este devastador evento de extinción fue una forma de «destrucción creativa»
que permitió a las serpientes diversificarse en nuevos nichos, previamente
ocupados por sus competidores. El estudio ha sido publicado recientemente en la revista Nature Communications.
Un mundo nuevo
La extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, ocurrida hace
aproximadamente 66 millones de años, determinó la desaparición de alrededor de
tres cuartas partes de las especies de plantas y animales que existían en ese
momento en la Tierra. Todo indica que prácticamente ningún tetrápodo que pesara
más de 25 kilogramos, en referencia a los seres vivos que cuentan con cuatro
extremidades, logró sobrevivir. Hubo algunas excepciones, como las tortugas
marinas y los cocodrilos.
Los datos analizados indican que esta violenta extinción
generalizada fue causada por el impacto de un cometa o asteroide masivo, de 10
a 15 kilómetros de ancho, que devastó el medio ambiente global. Al parecer,
algunas pocas especies de serpientes que lograron sobrevivir a este evento extremo
comenzaron un rápido desarrollo luego de la catástrofe: la Tierra era otra y
los dinosaurios ya no existían.
La adaptación de las serpientes
En la nueva investigación, el grupo de científicos analizó
fósiles y estudió las diferencias genéticas entre las serpientes modernas,
buscando reconstruir la evolución general de la especie. Este trabajo, en el
cual colaboraron especialistas de otras universidades británicas y alemanas,
permitió precisar el momento en el cual las serpientes modernas intensificaron
su evolución y diversificación.
Los investigadores pudieron comprobar que la capacidad de
las serpientes para refugiarse bajo tierra y pasar extensos períodos sin
alimento les ayudó a sobrevivir a los efectos destructivos del impacto del
asteroide, sus consecuencias en el clima y a la extinción de otras especies que
les servían de sustento.
Sin embargo, además de lograr sobrevivir otro «golpe de
suerte» benefició a las serpientes: la extinción de los dinosaurios, que eran
sus grandes competidores, hizo posible que las serpientes se movieran a nuevos
nichos, se adaptaran a nuevos hábitats y «conquistaran» nuevos continentes.
La vida resurge con más ímpetu
De acuerdo a los resultados de la investigación, las
serpientes parecen haberse extendido por primera vez a Asia después de la
extinción masiva: posteriormente, comenzaron a diversificarse por todo el
planeta y a producir linajes como víboras, cobras, culebras, pitones o boas.
La enorme diversidad de serpientes modernas surgió solo
después de la extinción de los dinosaurios, en lo que parece ser una
característica general de la evolución: son los períodos inmediatamente
posteriores a las grandes extinciones en los que puede apreciarse la evolución
en su forma más salvaje e innovadora.
Según concluyen los científicos, la destrucción de la
biodiversidad deja espacio para que surjan novedades biológicas y se colonicen
nuevas masas de tierra. En última instancia, la vida se vuelve aún más diversa
que antes: las serpientes habrían sido un ejemplo más de este proceso
evolutivo.
Referencia
Evolution and dispersal of snakes across the Cretaceous-Paleogene mass extinction. Catherine G. Klein, Davide Pisani, Daniel
J. Field, Rebecca Lakin, Matthew A. Wills and Nicholas R. Longrich. Nature
Communications (2021). DOI: https://doi.org/10.1038/s41467-021-25136-y
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