De acuerdo a una reciente investigación, la lateroflexión de la cola de los terópodos juega un papel fundamental en la regulación del momento angular, al funcionar como una especie de amortiguador inercial.
Queensland Museum / Dr Peter Bishop |
En este contexto, un equipo multidisciplinario de
científicos ha logrado crear simulaciones predictivas de la locomoción del
'Coelophysis bauri', un dinosaurio terópodo bípedo no aviano que habitó la
Tierra durante el periodo Triásico, hace cerca de 210 millones de años,
descubriendo que el movimiento lateral de su cola desempeñaba un papel dinámico
crucial en su desplazamiento, especialmente al correr, cumpliendo una función
análoga a la desempeñada por el movimiento oscilante de los brazos en los
humanos.
Durante su investigación, publicada este miércoles en la
revista Science Advances, los académicos desarrollaron un método de simulación
predictiva basados en un modelo musculoesquelético en 3D de una especie de ave
nativa de América llamada tinamú ('Eudromia elegans'). Una vez comprobaron la
precisión de las predicciones generadas con su metodología, esta fue aplicada
para determinar la influencia del movimiento de los segmentos corporales
axiales (cuello, tórax, tronco y cola) en la locomoción de los de los
terópodos.
El modelo desarrollado permitió a los investigadores
determinar con precisión el papel que jugaba cada uno de los segmentos axiales
en el desplazamiento del 'Coelophysis', al permitirles simular la biomecánica
del dinosaurio bajo diferentes escenarios, como un cuello y cabeza estáticos, un
eje corporal rígido, entre otras variantes.
Los resultados obtenidos, detallan los autores, demuestran
que la lateroflexión de la cola jugaba un importante papel en la regulación del
momento angular, al funcionar como una especie de amortiguador inercial que
mantenía el movimiento de rotación del cuerpo del dinosaurio dentro de un rango
limitado, haciendo que su locomoción fuera más eficiente en relación a la
cantidad de energía requerida para desplazarse.
A pesar de que los académicos centraron su estudio en el
'Coelophysis bauri', estiman que es posible extrapolar los resultados obtenidos
a otros terópodos bípedos no avianos, como el tiranosaurio y el velociraptor,
ya que su constitución corporal es similar, comentó Peter Bishop, coautor del
estudio.
A diferencia de investigaciones previas que consideraban que
las largas colas de los terópodos eran simplemente una extensión estática y
caudal de la pelvis que actuaba simplemente como contrapeso de sus largos
cuellos y sus grandes y pesadas cabezas, esta investigación, señalan los
autores, demuestra la importancia del movimiento lateral y la sincronización
relativa de la cola, el cuerpo y las extremidades.
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