Un estudio sobre las heridas en fósiles de mandíbulas de tiranosaurios dilucida cómo se relacionaban y cortejaban los individuos de esta especie
Reconstrucciones artísticas del hipotético comportamiento de morderse la cara entre Tiranosaurios. Julius T. Csotonyi |
Dilucidar cómo dos individuos de la misma especie se
comportaban para marcar territorio o escarmentar a otros de que se acercasen a
sus parejas, se hace complicado solo a partir de huesos. Cuanto más tiempo
pasa, menos piel y materia queda para apreciar las heridas y entender cómo
peleaban. Si se arañaban, arrojaban piedras, o tiraban del pelo, en caso de
tenerlo.
Por suerte para los paleontólogos del estudio publicado, los tiranosaurios dejaron cicatrices con heridas profundas, pero no mortales, dándoles una idea de cómo se relacionaban entre ellos. Analizaron quinientos veintiocho elementos de hace 67 millones de años, compuestos por 36 cráneos articulados, huesos, mandíbulas y esqueletos completos. Estudiaron las marcas de las heridas, principalmente causadas por los dientes de otro compañero o compañera de su especie.
Muestras de huesos de mandíbulas de tiranosaurios con lesiones de golpes dentales curadas y parcialmente curadas indicadas (flechas). Barras de escala, 1 cm. Caleb M. Brown |
Tampoco los más jóvenes se mordían entre ellos, y se
descarta que fuera una forma de jugar o de aprender a luchar. También es
posible que, simplemente, los más pequeños no se atrevieran, o huyeran frente a
la amenaza de un adulto cabreado.
En este morderse la cara, los tiranosaurios adultos se
aproximaban los unos a los otros de lado, chocaban y mordían sus mandíbulas con
movimientos controlados y reiterados. Se rajaban con los dientes, pero no se
ensañaban clavándolos en puntos fijos o en profundidad. Si eso sucedía, era en
muy pocas ocasiones.
Morderse la cara podría estar relacionado con establecer una jerarquía de dominación, o como ritual de cortejo.
Caleb M. Brown
Autor principal del estudio
Eran insistentes con las mismas partes de la cara. En el artículo
que recoge el estudio, su autor principal, Caleb M. Brown, comenta que "Se
desconoce la razón por la que se instigaban mordiéndose la cara, pero podría
estar relacionado con la competencia por el territorio, los recursos o las
parejas. Con establecer una jerarquía de dominación, o como ritual de cortejo".
Morderse como forma de cortejo, para marcar el territorio o
aproximarse, es algo que hacen otras especies de osos, reptiles, y pájaros,
también. De hecho, la manera de abordar las mandíbulas y morder de los
dinosaurios de este estudio es muy parecida a la de los cocodrilos y aves
actuales, los representantes vivos de sus antepasados
"arqueosaurios", a los que se asocia evolutivamente a los
tiranosaurios, también.
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