Un nuevo estudio concluye que el alosaurio, del que se creía que ocupaba uno de los eslabones superiores en la cadena alimentaria, en realidad se alimentaba de los cadáveres de otros reptiles.
Una recreación artística de 'Allosaurus fragilis'. / Shutterstock |
Estos dinosaurios eran unos animales bípedos con una cabeza
y unas garras grandes, y sus mandíbulas presentaban numerosos dientes largos y
afilados que se desprendían y se reemplazaban continuamente. Debido a estas
características durante más de un siglo se creyó que se alimentaban de las
presas que cazaban, e incluso que constituían el eslabón superior de la cadena
alimentaria entre 155 y 145 millones de años atrás. Sin embargo, los
investigadores Cameron Pahl y Luis Ruedas, de la Universidad Estatal de Portland,
dedujeron de un modelado que en realidad estos dinosaurios no tenían un
comportamiento depredador.
En particular, llegaron a la conclusión de que los
alosaurios no desarrollaron las características propias de los depredadores,
como una mordida potente y una visión binocular, ni estaban perfectamente
adaptados para correr persiguiendo a la presa, sostienen los autores en la
revista Ecological Modelling. Su hipótesis es que si la naturaleza diseñó al
alosaurio para que fuera tan grande (tenía una longitud de hasta diez metros y
pesaba entre 2,5 y 4 toneladas) fue para que pudiera competir por "los
recursos de carroña generados como un subproducto de sus vecinos saurópodos
gigantes", es decir para alimentarse de los cuerpos de múltiples dinosaurios
cuadrúpedos y herbívoros muertos.
El análisis realizado por estos dos paleontólogos se fundamenta en los numerosos hallazgos fósiles realizados en la formación Morrison (unos yacimientos de fósiles del oeste de EE.UU. que se extienden desde Colorado y Nuevo México hasta la frontera con Canadá) y muestra que la fauna tenía una gran "oferta de carroña". El género Allosaurus compartía hábitat con el diplodoco, el brontosaurio y el braquiosaurio, este último el animal terrestre más grande que jamás haya existido en la Tierra, con un máximo de 64 toneladas de peso y 21 metro de largo.
Si esos dinosaurios gigantes morían por causas naturales,
sus cadáveres eran lo suficientemente abundantes como para sustentar a
poblaciones viables de reptiles carnívoros, por lo que los alosaurios no
sentían una presión evolutiva que los impulsara a conseguir cuanto más presas
cuanto antes, y es posible que "hubieran evolucionado como análogos
terrestres de los buitres".
Ser un depredador exitoso requiere ante todo una buena
visión binocular, mientras que los alosaurios tenían una capacidad ocular de
solo el 30% de la que se le atribuye al tiranosaurio y un 15% de la de los
leones modernos, detalla el comunicado que la Universidad Estatal de Portland
difundió este martes. Los investigadores tomaron en cuenta asimismo la relativa
fragilidad del cráneo y la dentición del dinosaurio.
Los autores no descartan que los alosaurios tuvieran ciertas
semejanzas con los tiranosaurios en cuanto a aspecto, pero características
concretas como el tamaño y la forma de la cabeza apuntan a que ocupaban el
nicho ecológico de los carroñeros y no de los depredadores activos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario