domingo, 30 de octubre de 2022

Los árboles fósiles reviven de pie

El viaje a los bosques del pasado tiene origen y destino en Hacinas. La villa acoge un pedagógico centro de interpretación. Además, 'replantados' en sus calles se muestran algunos ejemplares singulares

Uno de los árboles fósiles de la localidad. - Foto: Luis López Araico
Cuentan, con mucha sorna serrana, que Hacinas es un pueblo 'empeñado' y lo está, no solo por roquedales y peñas que emergen del suelo y sobre las que se asienta buena parte de su caserío sino también por el tenaz esfuerzo vecinal por recuperar su legado botánico. Desde la década de los setenta se han concentrado en conservar y poner en valor científico y turístico esos enormes troncos fosilizados de milenarias coníferas y de otras especies arbóreas. La tenacidad de sus impulsores ha colocado a esta villa en el mapa de los principales yacimientos de este tipo en la Península Ibérica. El centro de visitantes, que en realidad es de interpretación, del Árbol Fósil es hoy un referente y un motivo más que suficiente para hacer una escapada a este municipio, que además atesora otros muchos atractivos en el plano del patrimonio, la cultura y el medio ambiente.

El centro paleontológico, abierto en la antigua Casa del Cura, que fue rehabilitada para este fin, no es un complejo expositivo al uso, es un museo vivo -se puede visitar por libre, accediendo a través de internet a la plataforma digital de este servicio-, interactivo y, sobre todo, muy pedagógico. Su visita es obligada antes de callejear por la villa para contextualizar en el tiempo y el medio geológico esos cuatro troncos de árboles fósiles, algunos de gran tamaño, extraídos de sus yacimientos originales y reconstruidos, que se muestran en su núcleo urbano. La tercera pata se encuentra en la misma cueva de los Moros y en esos vallejos y parajes en los que fueron descubiertos. En la denominada 'milla de oro' se ubican Las Tresineras, La Zarza, Cabeza Majada… así como la covacha Magdalena o la peña San Marcos, donde son visibles, en negativo, los moldes de los que se extrajeron. Según cuentan hay bastantes ejemplares más aún enterrados, a la espera de que sean excavados y replantados. Varios trozos -algunos aparecieron en tierras de cultivos- adornan entradas de casas particulares, pero otros fueron expoliados o destrozados.

Panorámica de Hacinas. - Foto: Luis López Araico
Todos estos árboles fósiles fueron robustos ejemplares, caídos y transportados por corrientes de agua, que crecían en umbrosos bosques hace más de 120 millones de años en un entorno natural de llanuras fluviales con clima cálido y húmedo. La estructura de los troncos y sus anillos son una cartilla abierta y revelan los cambios y alternancias climáticas. Entre estas moles verdes y leñosas correteaban esos enormes saurópodos que dejaron sus huellas en los numerosos yacimientos de ignitas en la comarca serrana, un mundo perdido que está muy bien representado en el cercano Museo de los Dinosaurios, en la cercana Salas de los Infantes, y en el que se muestran también evidencias de esa vegetación que dio abrigo y sustento a los gigantes.

Los árboles fósiles de Hacinas no son los únicos de la provincia -ahí están el de Castrillo de la Reina, un magnífico ejemplar que se expone en el patio exterior del Museo de Burgos o los encontrados en Contreras, la propia Salas, Castrovido, Pinilla de los Barruecos y Cabezón de la Sierra… -, pero sin duda atesora la mejor colección de la vegetación del Cretácico inferior en la sierra de la Demanda, apuntan el actual alcalde José Ángel de Juan y Juan Antón, concejal y exregidor. Ese túnel de entrada al museo, recreación leñosa y hueca de una cueva-molde de tronco, ayuda a meterse en materia y en esos paisajes cretácicos en los que crecieron esos gigantes arbóreos, admirar las muestras de flora carbonífera llegados de EEUU, Argentina, Madagascar, Australia, Escocia, Brasil o, mismamente, del Bierzo, todos ellos cedidos por la Universidad de León. También se puede contemplar la colección de restos de posibles frutos, cedidos por Jesús Cámara Olalla, estudioso hacinense de los árboles fósiles, recreaciones del bosque tal como era hace 120 millones de años. Con lupa se ven ambarinos fósiles miocénicos de Simojovel (México) o la reconstrucción aumentada de una insecto -alavesia prietoi es su nombre científico- atrapado en ámbar alavés. A todo ello se añaden magníficas fotografías, mapas, conseguidas recreaciones y abundante cartelería… Este completo material así como la tecnología 3D y los audiovisuales que se proyectan invitan, efectivamente, a viajar a la era mesozoica y ampliar conocimientos no solo prehistóricos, sino también botánicos y geológicos de Hacinas y la sierra de la Demanda, de Burgos o de Castilla y León así como de España y del mundo. No se han olvidado de los niños y los escolares y en el vestíbulo hay un espacio infantil en el que los niños pueden leer, pintar láminas o hacer manualidades… El centro, insiste el alcalde, es completamente accesible y además cuenta con audioguías y signoguías.

De ruta urbana. Después de la 'lección' de geología e historia bajo techo nada mejor que admirar, en la plazoleta, a la misma puerta del museo, el primero de los árboles fósiles. Es uno de los tres que el recordado jesuita Ventura Alonso, según cuenta Juan Antón, animó a desenterrar y trasladarlos en 1976 al pueblo para protegerlos, estudiarlos y convertirlos en atractivo turístico. Y los tres empeños de este visionario y emprendedor religioso se han cumplido porque en el año 2006 los profesores Luis García y Paloma de Palacio los dataron y no solo eso, descubrieron una especie arbórea nueva que ahora lleva el nombre de la villa, protopodocarpoxylon hacinensis. Este aghatoxylon tienen una antigüedad de más de 120 millones de años.

La Cueva de los Moros, otro de los encantos turísticos de Hacinas.
- Foto: Luis López Araico
El ejemplar tenía una longitud original de 6 metros y un enorme peso. El que se ha replantado a la entrada de la Casa del Cura y que hace compañía en la plaza al rollo jurisdicional, tiene solo 3,20. El trozo restante está dentro del museo. En el yacimiento original, bajo tierra, aseguran que quedan muchos metros más.

El segundo árbol, el 'tumbado', no está lejos. Se situó junto a la fragua, protegido por una tejavana, en la calzada de acceso a la iglesia de San Pedro. Su longitud es de 5 metros, procede del vallejo de la Zarza y como reza la cartela está completo. Por cierto, junto al y aprovechando la cubierta, todos los años se monta un artístico belén por parte de los vecinos. Con el tercero el visitante se topa nada más acceder al caserío por la calle de la Revilla. Se trata de un ejemplar reconstruido con los trozos extraído en su emplazamiento y que se ha colocado en una arbolada isleta.

El cuarto es un pequeño pedazo de árbol fósil descubierto en 2003 y que se dejó, in situ, en el promontorio rocoso próximo a la iglesia, donde se emplazó en el medievo el castillo. Pero este no es el único vestigio urbano ligado a los árboles fósiles, la oquedad, conocida como la Cueva de los Moros, es en realidad el 'molde' dejado por un gran árbol, de unos 8 metros de longitud y 60-70 centímetros de diámetro. En otras partes de esta peña, que es además un magnífico mirador, se observan huecos menores, 'negativos' pétreos, que alojaron ramas o raíces, así lo denotan las marcas estriadas, recubiertas ahora por costras ferruginosas. Se puede acceder, no sin dificultad, a su interior. 

El idilio entre Hacinas y los árboles fósiles no acaba en el museo, sigue en su entorno y es ahí donde la visita muda en sendero para admirar también esas piedras sagradas y mimadas que miran de cara a la Peña de Villanueva, que es como los hacinenses llaman a la de Carazo. Hace 120 millones de años estaba, como Hacinas, en un extenso valle que en realidad era una selva tropical interrumpidas por lagos y pantanos donde había grandes coníferas, helechos gigantes y, por supuesto, ejemplares del protopodocarpoxylon hacinensis. Algún cataclismo o huracán, los derribó y quedaron cubiertos por una capa de lodo y sedimentos arrastrados por algún río.

Hoy esos gigantes otrora frondosos y verdes han sido sustituidos por árboles más chaparros y adaptados a climas más severos -encinas, robles, pinos...- de menor porte que suman ese toque verde a esos cordales montañosos y peñas que bien merecen una excursión a pie, en bicicleta o, si prefieren, en coche. No se arrepentirán.

diariodeburgos.es

sábado, 29 de octubre de 2022

Un evento de calentamiento global provocó la extinción de algunas familias de dinosaurios

El denominado Evento Jenkyns, ocurrido hace unos 183 millones de años, sirvió para configurar los grupos de dinosaurios que dominaron la Tierra hasta su extinción hace 66 millones de años

Ilustración de dinosaurios. Crédito: Jorge Blanco.
UJA/DICYT El paleontólogo de la Universidad de Jaén, Matías Reolid, junto con investigadores de las universidades de Kiel (Wolfgang Ruebsam, Alemania) y Bristol (Mike Benton, Inglaterra), muestran por primera vez cómo un evento de calentamiento global, ocurrido a finales del Jurásico inferior, modeló un cambio en la composición de los ecosistemas continentales que afectó tanto a plantas como a dinosaurios herbívoros y carnívoros, configurando los grupos de dinosaurios que dominarían durante el resto del Jurásico y Cretácico hasta su extinción hace 66 millones de años.

El artículo, publicado en la revista Earth Science Reviews, una de las más prestigiosas en el ámbito de la Geología, aborda la incidencia de un evento climático hipertermal del Jurásico inferior en la evolución de las comunidades de dinosaurios a nivel global. Se trata del denominado Evento Jenkyns, ocurrido a inicios del Toarciense, en el Jurásico inferior, hace unos 183 millones de años, que se caracterizó por una perturbación del ciclo del carbono con un incremento de los gases de efecto invernadero, un calentamiento global del orden de 10ºC y un incremento de los incendios, como apunta el estudio de sedimentos de este intervalo temporal. De acuerdo con los registros de polen fósil de aquel tiempo, el clima se hizo más árido y cálido, conllevando un desplazamiento de los cinturones climáticos hacia latitudes altas y un importante cambio en la vegetación. Este cambio climático fue producido por un incremento en la actividad volcánica de la provincia ígnea de Karoo-Ferrar, ubicada en lo que actualmente es el sur de los continentes africano y sudamericano, que en aquel entonces se encontraban unidos.

“El calentamiento, el incremento de la aridez, los incendios y la lluvia ácida derivada de los gases volcánicos, causaron la pérdida de buena parte de las masas forestales y una disminución de su diversidad. Estos cambios tuvieron un importante impacto en las comunidades de dinosaurios herbívoros y consecuentemente en los carnívoros”, explica el investigador de la UJA Matías Reolid.

Los autores de este trabajo evidencian por primera vez cómo la reducción en la diversidad y riqueza de las comunidades vegetales, dominadas por coníferas termófilas y xerófilas (es decir, adaptadas a condiciones cálidas y áridas) produjo la extinción de muchas familias de sauropodomorfos, los principales herbívoros, con la desaparición entre otros grupos, de los prosaurópodos y algunos saurópodos primitivos. Otro grupo de herbívoros de menor tamaño, los ornitisquios, se vieron afectados con la desaparición de numerosas especies incluyendo la familia de los scelidosauridos al completo. Los carnívoros dominadores a lo largo de Jurásico inferior, coelofísidos y dilofosauridos, también se vieron afectados por estos cambios en los ecosistemas y la desaparición de muchas de sus presas potenciales.

Asimismo, los investigadores también muestran cómo, tras el Evento Jenkyns, las comunidades vegetales recuperaron su diversidad lentamente, conforme el clima se tornaba menos cálido y más húmedo. Este hecho condujo a una diversificación y aparición de nuevos grupos de herbívoros sauropodomorfos en el Jurásico medio, entre los que destacan los eusaurópodos, que presentaron adaptaciones anatómicas que les permitieron alcanzar tamaños que en muchos casos excedieron los 20 metros de longitud y las 17 toneladas. Los otros dinosaurios herbívoros, los ornitisquios, también se diversificaron con la aparición de enormes dinosaurios acorazados como los estegosaurios y ankilosaurios. Los carnívoros también se diversificaron con la aparición de nuevos grupos de terópodos robustos y de gran tamaño como los megalosaurios y allosaurios que pudieron alcanzar los 10 metros de longitud.

dicyt.com

Los mamíferos sociales y herbívoros evolucionaron más rápido

Estos vertebrados tuvieron una explosión de diversificación en el pasado. Un estudio ha identificado los rasgos de las especies que evolucionaron más rápidamente, entre ellos: sus hábitos sociales, la dieta y la locomoción.

Comprender cómo los mamíferos placentarios se convirtieron en uno de los grupos de animales con mayor diversidad en la Tierra ha sido una de las grandes cuestiones sobre la evolución. En la foto: Ejemplar de perro doméstico con la mitad del esqueleto al descubierto.  / © The Trustees of the Natural History Museum, London

Los primeros mamíferos placentarios de los que tenemos conocimiento convivieron con los dinosaurios. Eran pequeños, probablemente no más grandes que un ratón o una musaraña. Sin embargo, los mamíferos han evolucionado hasta conformar en la actualidad una amplia variedad de especies, que difieren en ecología y morfología, y que van desde el pequeño murciélago abejorro –no más grande que un pulgar humano– a la gran ballena azul, de cerca de 30 metros.

Según un estudio internacional publicado esta semana en Science, aquellos que se caracterizaban por ser sociales evolucionaron más rápido que las especies solitarias. El análisis, que también ha identificado otros factores para describir la evolución de los mamíferos placentarios, ha aplicado la técnica del escaneo 3D a 322 cráneos de mamíferos actuales y extintos. Para ello, se han utilizado las colecciones de más de 20 museos internacionales, con fósiles que se remontan hasta la época de los dinosaurios.

Recopilamos escaneos 3D de cientos de cráneos de especies vivas y fósiles. Luego usamos puntos de referencia para capturar la forma del cráneo con gran detalle

Anjali Goswami, primera autora del estudio

Un espécimen de felino dientes de sable extinto en las colecciones
del Museo de Historia Natural de Londres. / © Museo de Historia
Natural (Reino Unido)
“Recopilamos escaneos 3D de cientos de cráneos de especies vivas y fósiles. Luego usamos puntos de referencia para capturar la forma del cráneo con gran detalle y utilizamos estos datos en combinación con la línea de tiempo de la evolución de los mamíferos para comprender sus relaciones y observar cómo evolucionaron”, explica a SINC, la primera autora del estudio, Anjali Goswami, científica del Museo de Historia Natural (Reino Unido).

Una respuesta a la extinción de los dinosaurios

Comprender cómo los mamíferos placentarios se convirtieron en uno de los grupos de animales con mayor diversidad en la Tierra ha sido una de las grandes cuestiones sobre la evolución. El equipo de Goswami ha profundizado en este conocimiento con uno de los estudios más amplios y exhaustivos hasta la fecha.

El trabajo muestra que después de la gran expansión inicial en la diversificación de los mamíferos –posiblemente consecuencia a la desaparición de los dinosaurios– el ritmo de la evolución se ralentizó rápidamente en la era Cenozoica, en los últimos 66 millones de años. Según los registros fósiles, los ancestros más antiguos de las especies actuales ya habitaban la Tierra 100.000 años después de los dinosaurios.

No sabíamos previamente cómo de rápido disminuyó la tasa de evolución, o que hubo muchos picos posteriores, pero más pequeños

Anjali Goswami

Posteriormente, se produjeron picos de rápida evolución, pero sus impactos se volvieron cada vez más pequeños con el tiempo y nunca alcanzaron la velocidad de esa primera expansión. La incertidumbre sobre el momento exacto de estos picos hace que sea difícil atribuirlos a eventos específicos, pero es probable que fueran causados ​​​​por períodos de cambio climático y por el enfriamiento global durante la era Cenozoica.

“No sabíamos previamente cómo de rápido disminuyó la tasa de evolución, o que hubo muchos picos posteriores, pero más pequeños. Este nuevo modelo de evolución probablemente se aplica a muchos otros grupos, y ahora sabemos qué buscar”, explica Goswami.

Un cráneo de rata de árbol en las colecciones del Museo de Historia Natural
 de Londres. / © The Trustees of the Natural History Museum, London
Este complejo y brusco proceso de evolución, como consecuencia de su adaptación a diferentes medios ecológicos, se conoce como radiación adaptativa. La novedad es que Goswami y sus colegas han identificado un patrón macroevolutivo al que han llamado “evolución atenuada”, en relación con esta ralentización en la evolución.

¿Qué hace que los mamíferos se adapten rápido?

Uno de los objetivos clave del estudio era predecir mejor la respuesta de las especies a los cambios rápidos en su entorno, como por ejemplo el cambio climático.

Para lograrlo, el equipo investigó las características de los mamíferos que evolucionan más rápido y encontró que los factores con mayor influencia son el hábitat, los comportamientos sociales, la dieta, el cuidado de los padres y el tiempo de actividad (diurno o nocturno).

“Todos estos factores influyen en la evolución, aunque unos más que otros. Los hábitos sociales, la dieta y la locomoción, en menor medida, son los factores más influyentes en el desarrollo del cráneo”, explica Goswami.

Todos estos factores influyen en la evolución, aunque unos más que otros. Los hábitos sociales, la dieta y la locomoción, en menor medida, son los factores más influyentes en el desarrollo del cráneo

Anjali Goswami

Las especies sociales evolucionan mucho más rápido que las que son solitarias. Esto se ve fácilmente en los ungulados, como son las cabras montesas, que han desarrollado cuernos y astas para la lucha y la exhibición social.

Los mamíferos que viven en hábitats acuáticos, como ballenas, manatíes, focas y morsas también evolucionan rápidamente.

Asimismo, los herbívoros evolucionan más rápido que los carnívoros, probablemente porque siguen los cambios en las plantas y el medio ambiente más de cerca que los carnívoros.

El cuidado de los padres también parece ser un factor que frena la velocidad de la evolución. Los animales que requieren poca atención primaria, como los caballos y los antílopes, evolucionan mucho más rápido que los mamíferos que nacen ciegos, como los primates, que necesitan cuidados en su infancia.

Un ejemplar de rinoceronte lanudo. / © Natural History Museum, London
Por otro lado, las especies con un horario estricto, ya sea nocturno o diurno, evolucionan más lentamente que los animales sin un patrón de actividad fijo. Sorprendentemente, roedores y murciélagos, los grupos de mamíferos con la mayor cantidad de especies, no parecen evolucionar muy rápido. Este dato sugiere que la diversidad en forma y la diversidad en número no están estrechamente relacionadas en los mamíferos.

Buscando el antepasado común del elefante y el ratón

Gracias a los datos recopilados, Goswami y su equipo ha descrito cómo podrían haber sido los primeros mamíferos placentarios. Sin embargo, identificar los ancestros de las especies actuales sigue siendo objeto de debate científico, a pesar de que existen muchos fósiles de la última etapa del Cretácico, justo antes de la extinción de los dinosaurios.

“Muchos de los primeros placentarios que vivieron inmediatamente después de la extinción de los dinosaurios no tienen parientes vivos y son muy inusuales. Uno de mis grupos favoritos son los ungulados nativos sudamericanos, completamente extintos, que aparecen a principios del Cenozoico, pero se extinguieron de forma relativamente reciente. Una de las conclusiones de este estudio es que muchos de los mamíferos extintos probablemente nos pareciesen familiares hoy”, apunta Goswami a SINC.

Una de las conclusiones de este estudio es que muchos de los mamíferos extintos probablemente nos pareciesen familiares hoy

Anjali Goswami

Es difícil saber qué características buscar en estos mamíferos primigenios. El estudio indica que probablemente los primeros mamíferos placentarios se parecían mucho entre sí, independientemente de si se trataba de ancestros de los roedores o de los elefantes.

Por este motivo, aunque sigue siendo muy difícil identificar los primeros fósiles de mamíferos, estas nuevas reconstrucciones del estudio ayudan a comprender mejor las sutiles diferencias que los científicos deben buscar en dichos restos.

Referencia:

Anjali Goswami et al. “Attenuated evolution of mammals through the Cenozoic”. Science (2022)

agenciasinc.es

¿Dónde habitaron los primeros dinosaurios?

Una nueva colección de fósiles de dinosaurios del Triásico hallada en Zimbabue sugiere que los primeros dinosaurios se limitaron a una región templada en el extremo sur del antiguo supercontinente Pangea.

El nuevo dinosaurio Mbiresaurus raathi con el conjunto de
animales del Triásico recuperado del norte de Zimbabue.
 Foto: Andrey Atuchin
La gran mayoría de los dinosaurios que habitaron en la Tierra surgieron a finales del Triásico, que tuvo su fin hace unos 201 millones de años, cuando los continentes de nuestro planeta formaban una masa homogénea conocida como el supercontinente Pangea. Se cree que entonces el entorno era el de un mundo cálido, ausente de casquetes polares, y que fue este en este clima que los primeros dinosaurios comenzaron a prosperar solo un poco antes de que Pangea comenzara a dividirse en dos, dando lugar a los supercontinentes de Laurasia, al norte, y Gondwana al sur.

En este escenario, investigaciones anteriores ya han sugerido que un alto efecto invernadero, una fuerte estacionalidad, es decir, una periodicidad constante en las condiciones climatológicas, y las altas concentraciones atmosféricas de CO2, crearon fuertes cinturones climáticos áridos y húmedos dispuestos de este a oeste a lo largo de todo el supercontinente Pangea. También que estas diferentes regiones climáticas podrían haber influido en la distribución de los primeros dinosaurios en el supercontinente durante este período, ya que por aquel entonces había pocas barreras geográficas o límites continentales que afectaran la dispersión de los animales.

Sin embargo, comprender la distribución de los dinosaurios en el supercontinente durante el Triásico tardío ha sido un desafío para los científicos, ya que la escasez de muestras siempre ha oscurecido su historia más temprana. Ahora, no obstante, el investigador de los departamentos de Geociencias de Virginia Tech y de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad de Yal, Christopher Griffin, ha descubierto junto a sus colegas un nuevo conjunto de fósiles en Zimbabue que data de la primera parte del Triásico Superior, concretamente de la etapa Carniana, hace unos 230 millones de años.

Esta colección de fósiles alberga los restos de los dinosaurios conocidos más antiguos de África, incluido un esqueleto casi completo de un nuevo grupo de sauropodomorfos; un tipo de dinosaurio herbívoro de cuello largo llamado Mbiresaurus raathi. Los investigadores descubrieron que el conjunto de África centro-sur guardaba grandes similitudes con otros conjuntos fósiles de dinosaurios hallados en América del Sur o la India, lo que sugiere que vertebrados similares estaban muy extendidos en esta banda latitudinal.

Así, el equipo de Griffin encontró que la distribución de estos dinosaurios se correlacionaba con las barreras climáticas, por lo que los autores sugieren que los dinosaurios, así como una fauna de vertebrados similar entre la que pueden incluirse mamíferos, reptiles y anfibios, muchos de los cuales persisten a día de hoy, surgió por primera vez en la parte más austral de Pangea, y que las dispersión de los dinosaurios al resto del continente no se produjo hasta que desaparecieron las barreras climáticas que les mantenían "confinados" al sur del supercontinente.

nationalgeographic.com.es

El Parque Tecnológico encabeza el alza inversora de la Junta

Los Presupuestos de la Junta para 2023 recogen 12 millones para este proyecto burgalés. El nuevo hospital de Aranda tendrá 4,3 millones. Miranda, olvidada

Se confía en que en 2023 se retomen las obras con intensidad en el Parque
Tecnológico de Burgos, junto a la carretera de Logroño.
Foto: Miguel Ángel Valdivielso
La ansiada lluvia de dinero procedente de la Unión Europea que llegará a Castilla y León a lo largo del año que viene ha espoleado el despliegue inversor de la Junta de cara al 2023. Tras un año con las cuentas regionales prorrogadas y la formación de un nuevo Ejecutivo, el proyecto de Ley de Presupuestos de la administración pronostica un aumento de la inversión efectiva en Burgos hasta los 72,8 millones de euros.

Por comparar, las del 2021, últimas que recibieron luz verde en las Cortes, contemplaban una inyección de 40,4 millones. El documento de cara a 2022, que se presentó hace ahora un año pero que finalmente se quedó sobre la mesa tras la convocatoria de elecciones, consignó 61 millones. Ahondando en la distribución del montante, Burgos yAranda aglutinan los grandes -pero a la vez clásicos- proyectos, mientras que Miranda se queda prácticamente en blanco. Únicamente recibirá 279.000 euros para el ARU Ebro-Entrevías, mientras que el nuevo centro de salud, el Hangar de las Artes o el tercer carril de la carretera Logroño brillan por su ausencia.

Tras muchos años en el dique seco y sin apenas partidas, los trabajos para culminar la urbanización de la fase I del Parque Tecnológico de Burgos arrancarán el curso que viene. La Consejería de Economía y Hacienda ha dispuesto 12,1 millones para el 2023, una cantidad que se complementará con los 2,8 invertidos este año y los 8 que se prevén para el 2024. Con los trabajos ya adjudicados, todo hace indicar que será en enero cuando las máquinas regresen al tajo.

La salida a licitación y quién sabe si el arranque de los primeros movimientos de tierra en la obra del nuevo hospital de Aranda también la contemplan los Presupuestos de la Junta. El Ejecutivo recoge una aportación de 4,3 millones para el año que viene y que se completará con 13,3 millones en 2024, 36 en 2025 y 76,8 en los siguientes ejercicios. Dentro de la cartera de Sanidad, las cuentas reflejan los 5,1 millones que ya se prometieron -y están actualmente en ejecución- para la construcción del centro de salud del Silo. No obstante, desde mediados de verano el ritmo de los trabajos se ha ralentizado al estar la adjudicataria, CHR, en pleno proceso de absorción por otra compañía. La finalización del edificio se retrasará y no podrá estar en junio de 2023, aunque todavía es pronto para determinar la fecha definitiva en la que será por fin una realidad.

Economía y Hacienda, Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y Movilidad y Transformación Digital son las carteras con más aportaciones. En la primera el proyecto del Parque Tecnológico copa la inversión, mientras que en la segunda destaca el proyecto de la red de riego del Aranzuelo (2,8 millones) y las concentraciones parcelarias de Gumiel de Izán (1,3 millones), Merindad de Montija (1,7 millones) y Torresandino (3 millones).

En Movilidad destacan los 2,3 millones para la conservación de vías de titularidad autonómica en el sur de la provincia y los 2,4 para el norte; 1,8 millones para el arreglo del firme de la carretera de Caleruega a Huerta de Rey; 736.000 euros para el carril bici junto a la BU-800 en el Alfoz de Burgos o 50.000 euros para el proyecto de aumento de capacidad y mejora de la CL-629 entre Villasana de Mena y el límite con la Vizcaya. También recoge medio millón para el ensanche del puente sobre el embalse del Ebro en Arija o 20.000 euros para el proyecto de unión de la CL-629 con la N-623, que evitará circular por el estrecho desfiladero de Peñahorada. La variante de Salas de los Infantes, tan demandada por el municipio y sus vecinos, apenas cuenta con 5.000 euros, mientras que la prolongación hacia el sur de la ronda este de Aranda se lleva 50.000.

En materia de educación, la construcción del aulario del Diego de Siloé se lleva 296.000 euros para redactar el proyecto, cuya licitación se encuentra en estos momentos en marcha. Las previsiones contemplan obras, valoradas en 5,3 millones, hasta 2025. También se incluyen 1,7 millones para la creación de plazas en educación infantil o 2 millones para equipamiento digital.

Medio Ambiente cuenta con 4,3 millones para tratamientos selvícolas para prevenir incendios, 716.000 euros para la renovación de las tuberías de fibrocemento en Quintanar de la Sierra o aportaciones para la rehabilitación de viviendas en Peñaranda de Duero, Merindad de Sotoscueva, Condado de Valdivielso y Tamarón. Castrojeriz y Valdorros también recibirán fondos para la mejora de sus EDAR.

El proyecto de Presupuestos de la Junta para 2023 contempla un gasto en la provincia de 1.202 millones de euros, un 18% superior al del 2021. El capítulo de personal, con 575 millones, un 12,5% más que hace dos años, es el que más dinero absorbe, mientras que el de gastos corrientes se lleva 298 (funcionamiento de centros sanitarios, educativos y sociales, salud pública y transporte escolar) y el de transferencias (farmacia y centros concertados) 212.

La ampliación del Museo de Burgos lleva encima de la mesa de la Junta de Castilla y León desde 2019. Durante este periodo hasta nuestros días, los tres presupuestos que ha elaborado la administración regional -ya que solo ha logrado el visto bueno el de 2021- han contemplado partidas que suman en total 92.000 euros.

El correspondiente al 2021 consignó 46.000 euros, insuficientes para sacar a concurso una obra que costará 12 millones de euros. «No se va a parar y seguirá su andadura en los presupuestos de 2022 y sucesivos», insistían desde el Ejecutivo. El del curso siguiente volvió a repetir esa cantidad, y ya desde el Gobierno admitían que se quedaba «aparcado» en pro de la promoción turística.

Pues bien, el proyecto de Ley de Presupuestos de Castilla y León para 2023 se ha olvidado de esas partidas exiguas y directamente ha descartado incluir esta dotación en sus previsiones de cara al año que viene. Entre los 2,4 millones de inversiones que contempla la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta en Burgos no hay ni rastro de esta partida. No obstante, cabe la posibilidad de que se haya podido 'camuflar' dentro de un punto denominado 'Acondicionamiento de edificios', dotado con 40.000 euros. Sea como fuere, está claro que pese a tratarse de una demanda histórica de la capital, la ampliación del Museo de Burgos seguirá unos años más en el cajón de Valladolid.

Tampoco ha logrado rascar ni un mísero euro el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes. Sus instalaciones se han quedado muy pequeñas desde su apertura en 2001 hasta nuestros días para albergar la ingente colección de restos fósiles hallados en las inmediaciones. El Ayuntamiento lleva décadas reclamando a la Junta que se tome en serio el tesoro que en condiciones paupérrimas se amontona en sus almacenes municipales y apruebe una ampliación. Pero en 2023 no será la ocasión. El propio Consistorio ha tenido que levantar, con fondos propios, una nave auxiliar por 200.000 euros mientras espera a la administración regional.

diariodeburgos.es

jueves, 27 de octubre de 2022

De los dinosaurios a las aves: los huesos cuentan cómo conquistaron su espacio tras el meteorito

Investigadores españoles y británicos han analizado la forma y proporciones óseas de centenares de especies aviarias para explicar cómo se convirtieron en el mayor grupo de vertebrados

Aves en las marismas del Parque Nacional de Doñana, en Huelva.
DIEGO LOPEZ ALVAREZ
El análisis de los huesos de centenares de especies muestra que el mismo asteroide que acabó con los dinosaurios precedió a la gran expansión de las aves. La mayoría de las actuales tienen antecesores directos ya entonces, hace 66 millones de años. Este estudio de formas y proporciones óseas ha permitido también a un grupo de investigadores españoles y británicos comprobar cómo el ambiente ha moldeado la evolución de las aves, encontrando, por ejemplo, grandes diferencias entre las acuáticas y las terrestres. Publicada hoy en la revista científica Nature, la investigación, que se ha apoyado en el análisis masivo de datos, ha permitido confirmar teorías planteadas hace casi un siglo.

Entre los años 30 y 40 del siglo pasado, se sentaron las bases de la teoría de la síntesis moderna, que explica cómo evoluciona la vida. Sus defensores combinaron las ideas de Charles Darwin sobre la evolución de las especies y las leyes de la genética descubiertas por Gregor Mendel con el papel de las mutaciones aleatorias como combustible de los cambios. Uno de los postulantes de la síntesis evolutiva moderna fue George Gaylord Simpson, un científico estadounidense que fue a la vez paleontólogo, geólogo y biólogo. Simpson mantuvo que las grandes explosiones de especies estaban caracterizadas por dos rasgos: una primera y temprana expansión y diversidad de formas y, por otro lado, la rápida división en compartimentos de estos espacios ecológicos y morfológicos. Según este nuevo trabajo, las aves evolucionaron siguiendo estos pasos.

Representación de aves terrestres (a la izquierda) y acuáticas. Los huesos de las
primeras con más variaciones son los relacionados con la conexión con el entorno.
En las segundas, son los que tienen que ver con la locomoción.
/ GUILLERMO NAVALÓN ET AL.
El investigador de la Universidad de Cambridge Guillermo Navalón, primer autor de la investigación publicada en Nature, detalla las posiciones de Simpson: “Propone que después de una extinción masiva, todos los nichos están vacíos. Entonces se produce una primera fase de explosión, digamos, de formas. Hay como un estallido de formas biológicas. Es lo que se conoce como la expansión temprana del morfo espacio. Simpson decía que después hay una segunda fase en la que cada linaje se queda en una parte de ese espacio. En el caso de las aves, se produce una explosión en la que un linaje se convierte en pingüinos, otro linaje se convierte en loros, otro linaje se convierte en águilas... y entonces cada uno desde entonces ya se queda ahí”. El análisis de formas y proporciones óseas realizado por Navalón confirmaría las ideas de Simpson.

Antes del asteroide (o meteorito), en el cielo volaban los pterosaurios, primos muy lejanos de los dinosaurios, y las aves propiamente dichas, que eran tan dinosaurios como un velociraptor o un T. rex. El impacto se llevó por delante a casi todos ellos. “Hoy creemos que se extinguieron todas las aves, menos un único linaje que experimentó una explosión evolutiva que desemboca en toda la diversidad moderna que tenemos en la actualidad”, dice Navalón, que añade: “Fue algo que sucedió muy rápido, en 10 millones de años tienes prácticamente todos los linajes de aves modernas”. En la actualidad, son el segundo grupo de vertebrados más numeroso tras los peces, doblando (con más de 9.000) al de los mamíferos y superando a los reptiles. “En esos primeros 10 millones de años después de la extinción masiva, ya tienes fósiles que reconocemos como pingüinos, que reconocemos como loros... Que reconocemos como otros grupos de aves que tenemos en la actualidad”, completa el paleobiólogo español.

Pero al estudiar las variaciones de formas y proporciones óseas ven que las cosas no son tan simples. Poco después del cataclismo del asteroide, “se produjo una separación de dos linajes, uno que se queda en el mar y otro que se queda en tierra, en los árboles”, comenta Navalón. Y la evolución de los dos grandes grupos es diferente. Los paseriformes, los que se conocen como pájaros, suponen la mitad de las especies aviarias. Son al mismo tiempo las más diversas y las que menos cambios habrían tenido. “Estas aves sí que, tras una expansión inicial, se queda cada una en su, digamos, tipo de esqueleto. Lo que hacen después es variar en cosas más pequeñas, como la forma del pico, forma del dedo...”.

“Hoy creemos que se extinguieron todas las aves, menos un único linaje que experimentó una explosión evolutiva que desemboca en toda la diversidad moderna que tenemos en la actualidad”

Guillermo Navalón, paleobiólogo de las universidades de Cambridge y Oxford

Con las aves marinas sucede lo contrario. Se expanden también de forma explosiva, pero saltan de un linaje a otro a lo largo del tiempo. Navalón pone algunos ejemplos: “Los pingüinos y los albatros son parientes, pero para pasar de un pingüino a un albatros tienes que tener unas modificaciones brutales. Pues muchos grupos de aves marinas se han convertido en un pingüino, en un albatros o se han convertido en un ave zancuda o casi pingüinos”. Entre los casi pingüinos están las alcas, aves acuáticas de las zonas gélidas del norte que podrían confundirse con los pingüinos. De hecho, los primeros exploradores europeos confundían a unos y otras. Se sumergen y nadan como ellos, pero estas sí que vuelan.

Al adentrarse en las variaciones esqueléticas, los autores de la investigación observan que hay una conexión entre el entorno y las formas óseas. En las terrestres varían mucho la forma del pico y los huesos que están en contacto con el sustrato. Cambian en la forma del pie, porque varían cómo se disponen los dígitos del pie si es un pájaro terrestre u otro que viven sobre todo en los árboles. Mientras, entre las marinas, las variaciones se producen sobre todo en la parte central del esqueleto, lo que sería el pecho. Y esto tiene mucho que ver con su locomoción, la forma de volar, cómo planea o como se sumergen en el agua. Para los autores esto al entorno como modificador de la forma de estos animales: “El ambiente en el que han evolucionan las aves determina esa evolución y esto es algo que no se estaba teniendo demasiado en cuenta en los modelos evolutivos”, concluye Navalón.

elpais.com

Un completo fósil escocés arroja luz sobre el origen de los lagartos

Reconstrucción artística del escamoso fósil, Bellairsia gracilis, disfrutando de
una huella de dinosaurio. - ELSA PANCIROLI.
Un descubrimiento de fósiles en Escocia (Reino Unido) ha proporcionado nueva información sobre la evolución temprana de los lagartos, en la época de los dinosaurios. 

El hallazgo se inscribe en un proyecto conjunto de investigadores de las universidades de Varsovia (Polonia) y las británicas Oxford y University College de Londres (UCL) y se ha publicado en la revista 'Nature'.   

El diminuto esqueleto descubierto en la isla de Skye, llamado 'Bellairsia gracilis', mide sólo 6 centímetros y data del Jurásico Medio, hace 166 millones de años. El nuevo y excepcional fósil comprende un esqueleto casi completo con una articulación similar a la real, al que sólo le faltan el hocico y la cola. Esto lo convierte en el lagarto fósil más completo de esta edad en todo el mundo.

El esqueleto del 'Bellairsia' presenta una mezcla de rasgos ancestrales y modernos, lo que permite saber cómo era el antepasado de los lagartos actuales (que forman parte del grupo más amplio de animales conocido como "escamados").El primer autor, el doctor Mateusz Talanda, de la Universidad de Varsovia y la UCL, explica que "este pequeño fósil nos permite ver la evolución en acción. En paleontología rara vez se tiene la oportunidad de trabajar con fósiles tan completos y bien conservados, procedentes de una época de la que sabemos tan poco".

El fósil fue encontrado en 2016 por un equipo dirigido por la Universidad de Oxford y los Museos Nacionales de Escocia. Es uno de los varios nuevos descubrimientos de fósiles de la isla, incluyendo anfibios y mamíferos primitivos, que están revelando la evolución de importantes grupos de animales que persisten hasta la actualidad.  

El doctor Talanda señala que "el 'Bellairsia' tiene algunos rasgos de los lagartos modernos, como los relacionados con la cinesis craneal, es decir, el movimiento de los huesos del cráneo entre sí. Se trata de una importante característica funcional de muchos escamosos vivos".   

Por su parte, la doctora Elsa Panciroli, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y Museos Nacionales de Escocia, coautora del fósil, destaca que "fue uno de los primeros fósiles que encontré cuando empecé a trabajar en Skye. El pequeño cráneo negro sobresalía de la piedra caliza pálida, pero era tan pequeño que tuve suerte de verlo. Al mirar más de cerca, vi los diminutos dientes y me di cuenta de que había encontrado algo importante, pero hasta más tarde no supimos que allí estaba casi todo el esqueleto", añade.   

Los escamosos son el grupo de seres vivos que incluye a los lagartos y a las serpientes, y comprende más de 10.000 especies en la actualidad, lo que los convierte en uno de los grupos de animales vertebrados vivos más ricos en especies. Incluyen animales tan diversos como las serpientes, los camaleones y las salamanquesas, que se encuentran en todo el mundo. Este grupo se caracteriza por sus numerosos rasgos especializados del cráneo y del resto del esqueleto.   

Aunque se sabe que los primeros orígenes de los escamosos se sitúan hace 240 millones de años en el Triásico, la falta de fósiles del Triásico y el Jurásico ha dificultado su evolución y anatomía temprana.

El análisis del nuevo fósil, junto con el de los escamosos fósiles vivos y extintos, confirma que el 'Bellairsia' pertenece al "tronco" del árbol genealógico de los escamosos. Esto significa que se separó de otros lagartos justo antes del origen de los grupos modernos. La investigación también respalda el hallazgo de que los geckos son un linaje ramificado muy temprano, y que el enigmático fósil 'Oculudentavis', que anteriormente se había sugerido que era un dinosaurio, también es un escamoso troncal.

Para estudiar el espécimen, el equipo utilizó la tomografía computarizada (TC) de rayos X que, al igual que la TC médica, permite obtener imágenes 3D no invasivas. Esto permitió a los investigadores obtener imágenes de todo el fósil, a pesar de que la mayor parte del espécimen sigue oculta por la roca que lo rodea. Mientras que los escáneres médicos trabajan a escala milimétrica, el escáner CT de la Universidad de Oxford reveló detalles de hasta unas decenas de micrómetros.

A continuación, se obtuvieron imágenes aún más detalladas de partes del esqueleto, como el cráneo, los miembros posteriores y la pelvis, en el Sincrotrón Europeo (ESRF), en Francia. La intensidad del haz del sincrotrón permite una resolución de 4 micrómetros, lo que revela detalles de los huesos más pequeños del esqueleto.

El profesor Roger Benson, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford, coautor del estudio, señala que "los fósiles como este espécimen de Bellairsia tienen un enorme valor para colmar las lagunas en nuestra comprensión de la evolución y la historia de la vida en la Tierra. Antes era casi imposible estudiar fósiles tan diminutos como éste, pero este estudio demuestra el poder de las nuevas técnicas, como la tomografía computarizada, para obtener imágenes no destructivas y con gran detalle", añade.  

La coautora, la profesora Susan Evans (UCL), que describió y nombró por primera vez al 'Bellairsia' a partir de unos pocos huesos de mandíbula y cráneo procedentes de Oxfordshire hace 25 años, reconoce que "es maravilloso contar con un espécimen completo de este pequeño y tentador lagarto, y ver dónde encaja en el árbol evolutivo. Gracias a fósiles como el del 'Bellairsia' podemos comprender mejor la anatomía de los primeros lagartos".

europapress.es

Caracol con pelos preservado en ámbar de 99 millones de años

Aspecto del nuevo caracol velloso encontrado en ámbar birmano.
- MUSEO SENCKENBERG
Una nueva especie de caracol terrestre, que presenta pelos cortos y erizados a lo largo del caparazón, ha sido descubierta preservada en una pieza de ámbar de aproximadamente 99 millones de años.

En su estudio, publicado en la revista Cretaceous Research, el equipo, dirigido por el doctor Jean-Michel Bichain del Museo de Historia Natural y Etnografía en Colmar, Francia, concluye que la presencia de pelos puede haber ofrecido a los moluscos una ventaja selectiva en su evolución.   

Los pelos finos, que miden solo 150 a 200 micrómetros de largo, se detectaron en el caparazón de la especie recién descubierta Archaeocyclotus brevivillosus mediante microscopía clásica y microtomografía computarizada de rayos X 3D.

"Esta ya es la sexta especie de Cyclophoridae de caparazón peludo, un grupo de caracoles terrestres tropicales encontrados hasta ahora, incrustados en ámbar mesozoico, de unos 99 millones de años", explica en un comunicado la doctora Adrienne Jochum del Instituto de Investigación Senckenberg y Museo de Historia Natural en Frankfurt y el Museo de Historia Natural de Berna.

"No es raro que las conchas de los caracoles terrestres fósiles y actuales estén adornadas con crestas, pelos, nódulos o pliegues; sin embargo, el desarrollo de tal 'decoración' sigue siendo un proceso complejo que generalmente no ocurre sin un propósito".

Los pelos de los caparazones de caracol están formados por la capa proteica superior de la concha (periostracum). Se conocen conchas peludas de varias familias de caracoles terrestres, incluidos los caracoles del bosque o los caracoles Polygyridae, lo que sugiere que la vellosidad surgió varias veces de forma independiente durante la evolución de los caracoles terrestres, incluso en grupos que solo tenían una relación lejana.

"La nueva especie, Archaeocyclotus brevivillosus, se origina en una mina de ámbar del Cretácico en el valle de Hukawng en Birmania, donde se recolectó antes de 2017. El caracol fósil mide 26,5 milímetros de largo, 21 milímetros de ancho y 9 milímetros de alto. El margen exterior del caparazón está revestido de pelos cortos que se agrupan alrededor de la abertura del caparazón. Su nombre deriva de las palabras latinas brevis (corto o pequeño) y villosus (peludo)", dice Jochum, describiendo al animal.

Se han recuperado un total de ocho especies de la familia Cyclophoridae del ámbar birmano, y seis de ellas presentaban conchas erizadas. Los científicos creen que esto no es una coincidencia. Suponen que la vellosidad ofreció a los caracoles una ventaja evolutiva.   

"Por ejemplo, los pelos podrían mejorar la capacidad de los animales para adherirse mejor a los tallos u hojas de las plantas, algo que ya se ha observado en los caracoles actuales. También pueden haber desempeñado un papel en la regulación térmica del caracol al permitir que agua diminuta gotas se adhieran a la cáscara, sirviendo así como un 'aire acondicionado'. O pueden haber protegido el caparazón del caracol de la corrosión por el suelo altamente ácido y la hojarasca del antiguo suelo del bosque tropical. Las cerdas también podrían haber servido como camuflaje o protegido al caracol contra un ataque directo por acecho de aves o depredadores del suelo. Y finalmente, no se puede descartar que los pelos proporcionaran una ventaja en la selección sexual", dice Jochum, resumiendo los posibles beneficios de los pelos para los caracoles.

europapress.es 

Elaboradas dos completas unidades didácticas sobre los dinosaurios de La Rioja para escolares de Primaria y Secundaria

Elaboradas dos completas unidades didácticas sobre los dinosaurios de La Rioja
 para escolares de Primaria y Secundaria - GOBIERNO DE LA RIOJA
Los escolares de Educación Primaria y de la ESO de La Rioja cuentan desde este curso con dos completas unidades didácticas sobre los dinosaurios con las que conocer a fondo el valioso patrimonio paleontológico con que cuenta la Reserva de la Biosfera de los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama.

El aula de 6ª de Primaria CEIP San Prudencio de Albelda de Iregua ha acogido hoy la presentación de estas unidades por parte del consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado Nájera, el director general de Calidad Ambiental y Recurso Hídricos, Rubén Esteban, el director de Innovación Educativa Alberto Abad y la directora del Centro, Laura Vázquez.

Con estas dos unidades didácticas adaptadas a ambos niveles educativos se quiere dar a conocer entre el alumnado riojano el valioso patrimonio paleontológico existente en la región y su importancia para las localidades en las cuales se encuentran, para que se animen a visitarlo, lo aprecien y se comprometan con su conservación.

La iniciativa parte de la Dirección General de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos, como gestora de la Reserva de la Biosfera, y se ha llevado a cabo en estrecha colaboración con la Consejería de Educación, Cultura, Deporte y Juventud. El resultado es un elemento clave para la difusión de este valioso patrimonio paleontológico, al tiempo que se desarrollan por parte del alumnado las competencias fundamentales que propone la LOMLOE.

Las icnitas, o huellas de dinosaurio, son uno de los recursos naturales más importantes que atesora desde hace 120 millones de años la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama. Aquí hay más de 170 yacimientos de estas huellas distribuidos en 22 municipios, que por su número, calidad, estado de conservación y concentración conforman el conjunto más importante de este tipo de recurso paleontológico a nivel mundial.

Estas unidades didácticas facilitan el acercamiento y conocimiento de los escolares al patrimonio paleontológico de La Rioja, teniendo en cuenta las necesidades de los docentes y las exigencias del sistema educativo, de forma que este recurso del territorio sirva para aplicar de forma específica y transversal los conocimientos abordados en diferentes áreas del conocimiento. El equipo redactor de los contenidos ha estado integrado por los docentes y paleontólogos Pachi Sáez Benito, Jesús Jiménez, Fidel Torcida y Xabier Pereda.

MATERIAL PARA PRIMARIA

Para esta etapa, un equipo de paleontólogos y pedagogos ha desarrollado una unidad didáctica integrada, que permite al equipo docente abordar el patrimonio paleontológico de La Rioja de forma transversal en las diversas asignaturas. Estos materiales son fácilmente adaptables por parte de los docentes según las variables de tiempo, competencias y proyectos, acordes con la programación de cada curso y del propio centro.

La transversalidad y flexibilidad de la unidad didáctica hace posible la gradual profundización en el conocimiento, incentivando al alumnado a investigar según sus propios intereses. La unidad está compuesta por una guía para el docente y fichas/cuaderno de campo con actividades concretas para cada una de las áreas.

MATERIAL PARA SECUNDARIA

Dadas las diferencias de la Educación Secundaria con la Educación Primaria, el material didáctico de ESO facilita el desarrollo de diversas competencias a través de contenidos relacionados de manera directa con el aprendizaje en Ciencias Naturales. Dicho material didáctico comprende actividades variadas en su desarrollo y que se refieran a competencias diversas, relacionadas por ejemplo con comunicación lingüística, STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), digital, plurilingüe, etc.

Al igual que en primaria, la unidad incluye una guía para el profesorado y fichas con actividades concretas para el alumnado que podrán descargarse en formato "pdf" tanto en Educarioja como en el apartado web de la Reserva de la Biosfera de La Rioja o la página web dinosauriosdelarioja.com.

RECURSOS MULTIMEDIA Y VISITAS AL TERRITORIO

Las unidades didácticas se complementan con un tour virtual 360º especialmente diseñado para que los escolares conozcan de forma inmersiva e interactiva el entorno en que vivían los dinosaurios de nuestra región, y que está disponible en dinosauriosdelarioja.com.

De igual forma, las guías para los estudiantes están enriquecidas con recursos multimedia disponibles en la red como vídeos, animaciones y juegos interactivos.

Como es natural, la visita a cualquiera de los yacimientos preparados para ello, en los que el Gobierno de La Rioja está invirtiendo para su conservación, valorización y divulgación, así como a los centros de interpretación existentes en La Rioja, resulta una actividad complementaria de gran interés y valor. Los centros educativos interesados también pueden solicitar el préstamo de moldes en el Centro de Interpretación de Igea para elaborar fósiles en escayola, actividad que forma parte las unidades didácticas.

Entre los diversos centros y aulas que este curso trabajen con la unidad didáctica y desarrollen las actividades propuestas se va a premiar a un aula de Primaria y a otra de Secundaria, con sendas estancias de dos días en la Reserva de la Biosfera para conocer los yacimientos y visitar varios yacimientos de huellas de dinosaurios de la mano de un paleontólogo. El premio incluye pasar la noche en un albergue y participar en una actividad de observación del cielo y las estrellas ya que la Reserva de la Biosfera, que está considerado destino Starlight por la limpieza de su cielo y la baja contaminación lumínica.

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