Científicos liderados por la Universidad de Bristol han
ampliado conocimientos sobre los orígenes de las arqueas, organismos celulares
simples antepasados de toda la vida compleja.
TIM BERTELINK |
Las arqueas son uno de los grupos de microorganismos más
genética y ecológicamente diversos de la Tierra. Prosperan en una
desconcertante variedad de hábitats, desde los familiares --suelos y océanos--
hasta los inhóspitos y extraños, como las lagunas ácidas hirvientes del Parque
de Yellowstone.
La investigación proporciona un nuevo árbol evolutivo para
las arqueas que ayudará a dar sentido a su biodiversidad, y proporciona una
nueva ventana a la historia temprana de la vida en la Tierra que no se conserva
en el registro fósil. El trabajo se publica en PNAS.
Con el desarrollo de nuevas tecnologías para la
secuenciación de los genomas directamente desde el medio ambiente, muchos
nuevos grupos de arqueas han sido descubiertos.
Tom Williams de la Escuela de Ciencias de la Tierra en
Bristol, dijo en un comunicado: "Aunque estos genomas han mejorado mucho
nuestra comprensión de la diversidad de las arqueas, hasta ahora no han
brindado claridad a la historia evolutiva del grupo".
"Esto se debe a que, al igual que otros
microorganismos, las arqueas frecuentemente obtienen ADN de organismos
distantes relacionados mediante transferencia lateral de genes, lo que puede
complicar enormemente la reconstrucción de la historia evolutiva".
Sin embargo, en su nuevo trabajo, Williams y sus colegas
usan un nuevo enfoque estadístico que combina la información de miles de genes
encontrados en muchos genomas arcaicos diferentes para mostrar que los eventos
de transferencia lateral de genes pueden ser utilizados para orientar el árbol
en el tiempo, esclareciendo relaciones más profundas en el árbol evolutivo.
Al determinar qué genes aparecieron primero durante la
evolución de las arqueas, el nuevo árbol hace predicciones claras sobre la
bioquímica básica de las primeras arqueas, células que pudieron haber vivido
hace más de 3.500 millones de años: estas células probablemente produjeron
energía usando la vía Wood-Ljungdahl, una vía bioquímica que hoy se encuentra
no sólo en las arqueas sino también en las bacterias, otro grupo importante de
microorganismos.
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