El reptil volador prehistórico de huesos extrañamente
oscuros había sido clasificado en el grupo incorrecto.
El nuevo Targaryendraco wiedenrothi abre las alas en una
ilustración.
FOTOGRAFÍA DE VITOR SILVA
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En un estudio publicado en Historical Biology, un equipo de
paleontólogos ha revelado una criatura fosilizada con insólitos huesos oscuros,
la primera de su nombre en un nuevo linaje de pterosaurios dentados. El reptil,
llamado Targaryendraco wiedenrothi como guiño a la casa Targaryen de la serie
Juego de tronos, es el pterosaurio del Cretácico más completo hallado en
Alemania.
El equipo también clasificó a otros seis pterosaurios
conocidos que consideran parientes cercanos del nuevo grupo Targaryendraconia.
Los miembros de este linaje presentaban envergaduras de entre tres y ocho
metros y hocicos muy estrechos con dientes que sobresalían por la punta de la
mandíbula.
Halladas en lugares tan dispares como Inglaterra, Estados
Unidos, Brasil y Australia, «todas estas especies son de entornos costeros poco
profundos y es probable que se alimentaran de peces», explica Rodrigo Pêgas,
autor principal del estudio y paleontólogo de la Universidade Federal do ABC en
São Bernardo do Campo, Brasil. «La esbeltez de la mandíbula es el rasgo
principal que comparten... es la esbeltez de mandíbulas más extrema entre los
pterosaurios dentados».
Taissa Rodrigues, experta en pterosaurios en la Universidad
Federal de Espíritu Santo en Brasil que no participó en el estudio, explica que
la reclasificación pone de manifiesto lo mucho que hemos aprendido sobre estas
maravillas aladas en los últimos años, gracias al hallazgo de nuevos fósiles y
a las nuevas iniciativas para analizar y comparar el material fósil en las
colecciones de museos.
«El nombramiento del Targaryendraco culmina el
reconocimiento de un linaje ignorado de reptiles voladores que vivieron durante
millones de años en el Cretácico», afirma.
La reclasificación
El Targaryendraco, un coetáneo volador de los dinosaurios,
vivió hace 130 millones de años cuando la parte de Alemania donde lo
descubrieron era el litoral de un mar cálido y poco profundo.
El fósil incluye partes de las costillas y las alas, así
como las mandíbulas. Quizá no parezca gran cosa, pero el espécimen está
relativamente completo si se compara con los restos fragmentarios de otros
pterosaurios alemanes de este periodo. Los huesos revelan que el Targaryendraco
tenía un hocico largo y estrecho con dientes afilados perfectos para atrapar
peces en la superficie del mar.
«Las alas eran largas y estrechas, y esta forma es
específica de las aves y los murciélagos modernos que pescan al vuelo», afirma
Pêgas.
El cazador de fósiles aficionado Kurt Wiedenroth halló los
huesos fosilizados en 1984 en un pozo de arcilla en Engelbostel, cerca de
Hanover, en el norte de Alemania. Es posible que su color oscuro se deba a las
particularidades de los minerales que contienen las rocas donde se formaron. En
1990, Wiedenroth donó el espécimen al museo de historia natural de Stuttgart,
donde lo estudiaron y lo clasificaron como nueva especie dentro del grupo de
pterosaurios Ornithocheirus con el nombre científico Ornithocheirus
wiedenrothi.
Sin embargo, con el descubrimiento de más pterosaurios y la
mayor comprensión de estos reptiles voladores, ha quedado claro que algunas de
las especies clasificadas como Ornithocheirus no estaban estrechamente
relacionadas y representaban tipos de pterosaurios diferentes.
En paleontología es habitual que haya grupos nombrados que
contengan especies poco comprendidas. Estos se han convertido en taxones
«papelera», en los que echan a las especies recién excavadas que son
fragmentarias o que no se han investigado de forma minuciosa, según explica
Darren Naish, paleontólogo de la Universidad de Southampton en Reino Unido.
«Se ha asumido que otros hallazgos de todo el mundo
pertenecían al mismo grupo y se ha seguido aplicando el mismo nombre», afirma.
«En los pterosaurios, los Ornithocheirus son el mejor ejemplo».
Pero Pêgas y sus coautores del Museo Nacional de Río de
Janeiro y el Instituto Catalán de Paleontología, en Barcelona, volvieron a
estudiar al Ornithocheirus wiedenrothi y lo redescribieron como Targaryendraco
wiedenrothi, ya que los verdaderos miembros del grupo Ornithocheirus presentan
una mandíbula más redondeada.
«Durante décadas, los especialistas en pterosaurios han
creído que esta especie no pertenecía al grupo Ornithocheirus», afirma Naish,
que no participó en el estudio.
Danza de dragones
Respecto al nuevo nombre, los fósiles oscuros recordaron a
los autores del estudio a los huesos negros de los dragones de la casa
Targaryen. Es más, en su trabajo escriben que «los pterosaurios han inspirado
algunos aspectos biológicos de los dragones» de la serie.
Normalmente, cuando aparecen dragones en libros, películas y
obras de arte, los representan con seis extremidades: cuatro patas y dos alas.
«Pero eso carece de sentido biológico», sostiene Pêgas. En
la naturaleza, no ha existido ninguna criatura vertebrada con tantas extremidades dispuestas de esa forma.
A partir de los rasgos anatómicos de los pterosaurios, que
son criaturas reales que vivieron hace millones de años, el creador de Juego de
tronos George R. R. Martin imaginó a sus dragones ficticios con cuatro
extremidades: dos alas como extremidades delanteras y dos patas traseras.
Pêgas admira esa decisión: «Siempre he pensado que era muy
buena, sobre todo porque trabajo con pterosaurios». Además, admite que «soy un
nerd y un gran fan de Juego de tronos».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en
nationalgeographic.com.
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