El hallazgo de varios dientes de primates arcaicos de hace 66 millones de años revela cómo estos primeros mamíferos pudieron sobrevivir a la extinción provocada por el impacto de un asteroide
Un ejemplar de la nueva especie Purgatorius mckeeveri se alimenta de frutas de los árboles - Andrey Atuchin |
Pero cuando los dinosaurios desaparecieron, y el planeta se
recuperó del tremendo impacto, nuestros lejanísimos antepasados se encontraron
con un mundo nuevo y vacío. Salieron de sus escondites y empezaron a crecer y a
diversificarse hasta dar lugar a la enorme variedad que hoy vemos a nuestro
alrededor.
Ahora, un equipo de 10 investigadores ha profundizado en ese
extraordinario periodo analizando varios fósiles de Purgatorius, uno de los
géneros más antiguos de primates, el orden de mamíferos al que nosotros
pertenecemos, que vivieron en la Tierra. Estos primeros primates, explica el
estudio, lograron diferenciarse muy rápido de su competencia y, a diferencia de
otros mamíferos de la época, se especializaron en una dieta omnívora. Eran
pequeños y consumían insectos y frutas, aunque sus preferencias culinarias
variaban según las especies.
La investigación, fundamental para comprender cómo surgieron
los primates y cómo la vida se fue recuperando después del evento de extinción
masiva provocado por el asteroide, se acaba de publicar en 'Royal Society Open Science'.
«El descubrimiento resulta emocionante -afirma Stephen
Chester, del Brooklyn College, codirector de la investigación- porque
representa la aparición más antigua de primates arcaicos del registro fósil, y
se suma a nuestra comprensión de cómo los primeros primates se separaron de sus
competidores tras la desaparición de los dinosaurios».
Chester, que dirigió el trabajo junto a Gregory Wilson
Mantilla, de la Universidad de Washington, analizó junto a su equipo varios
dientes fósiles hallados en el área de Hell Creek, en el noroeste de Montana.
Se estima que los fósiles, que ahora forman parte de las colecciones del Museo
de Paleontología de la Universidad de California en Berkeley, tienen una
antigüedad de 65,9 millones de años, entre 105.000 y 139.000 años después del
evento de extinción masiva.
Basándose en la edad de estos fósiles, los investigadores
estiman que el antepasado de todos los primates surgió probablemente en el
Cretácico Superior y vivió, por lo tanto, junto a los grandes dinosaurios.
Este no es el primer gran hallazgo en el que Chester ha
participado. Ya en 2019, junto a su actual colaborador Gregory Wilson Mantilla,
participó de hecho en un descubrimiento innovador, publicado en 'Science', que
reveló con sorprendente detalle cuántas formas de vida, incluidos mamíferos,
tortugas, cocodrilos y plantas, consiguieron recuperarse tras el impacto del
asteroide que impactó contra la Tierra hace 66 millones de años.
«Resulta alucinante -dice por su parte Wilson Mantilla-
pensar en nuestros primeros antepasados primates arcaicos. Estuvieron entre los
primeros mamíferos que se diversificaron en este nuevo mundo posterior a la
extinción masiva, aprovechando las frutas y los insectos del bosque».
Los fósiles estudiados incluyen dos especies diferentes de
Purgatorius: el ya conocido Purgatorius janisae y una nueva especie descrita
por el equipo y bautizada como Purgatorius mckeeveri, en honor a Frank
McKeever, que junto a su familia fue uno de los primeros residentes de la zona
donde se descubrieron los fósiles. Tres de los dientes encontrados por los
investigadores tienen características distintas si se comparan con cualquier
otra especie de Purgatorius conocida, lo que llevó a la descripción de la nueva
especie.
El registro fósil posterior a este momento demuestra que
estos primeros primates se adaptaron muy bien al nuevo entorno y que se
volvieron extraordinariamente abundantes apenas un millón de años después de la
gran extinción. El resto, es historia, una historia que llevó, muchos millones
de años después, a la aparición del ser humano.
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