Es difícil saber cómo eran las vidas de los animales prehistóricos; incluso responder a preguntas aparentemente sencillas, como qué comían, puede ser un reto. A veces, los paleontólogos tienen suerte y hay fósiles prístinos que conservan el contenido fosilizado del estómago de un animal o proporcionan otras pistas. En un nuevo estudio, los investigadores que examinaron el fósil de un ave que convivió con los dinosaurios obtuvieron más preguntas que respuestas cuando encontraron en el estómago del pájaro cristales de cuarzo.
El espécimen fósil de Bohaiornis con cristales en su estómago. (Foto: © Liu et al, IVPP) |
El pájaro fósil en el que se centraron los investigadores es
un ejemplar de Bohaiornis guoi. Las aves del género Bohaiornis formaron parte
de un linaje aviar temprano del Cretácico. La antigüedad es de unos 120
millones de años. Todavía conservaban dientes, así como garras en sus patas
delanteras, pero su tamaño corporal era pequeño, como el de una paloma.
Las aves del género Bohaiornis pertenecen a los
enantiornitinos, un grupo cuyas aves fueron en su día las más comunes del
mundo; se han encontrado miles de ejemplares de enantiornitinos en el
yacimiento paleontológico del Grupo Jehol, en el nordeste de China.
A pesar de la gran cantidad de enantiornitinos bien
conservados, ninguno se ha preservado con vestigios de comida en sus estómagos
que pudieran indicar a los investigadores lo que comían estas aves.
Sin embargo, en el espécimen que O'Connor y sus colegas
examinaron en esta nueva investigación había una pista: un estudio anterior señalaba
la presencia de pequeñas piedras en su estómago. En aquella investigación se
dio por hecho que se trataba de gastrolitos, piedras tragadas voluntariamente
por algunos animales para ayudarles a triturar alimentos muy duros en una parte
especializada del estómago.
El equipo de O'Connor extrajo una muestra de las piedras del
estómago de Bohaiornis y las examinó con un microscopio electrónico de barrido.
A continuación, expuso las piedras a rayos X para determinar qué longitudes de
onda eran absorbidas por las piedras. Dado que cada mineral absorbe diferentes
longitudes de onda, esto ayudó a los investigadores a delimitar de qué estaban
hechas estas piedras.
O'Connor y sus colegas descubrieron que esas piedrecitas que
habían sido consideradas gastrolitos eran calcedonia. La calcedonia es
básicamente cristal de cuarzo que crece en rocas sedimentarias. No hay ejemplos
de esto en el yacimiento paleontológico de Jehol, pero hay muchos en el
registro fósil general, como la formación de cristales de calcedonia dentro de
un bivalvo, o los casos en que la calcedonia sustituye en el fósil a los
minerales de los que están hechos los huesos.
Además, las piedrecitas de calcedonia estaban interconectadas conformando una fina lámina de cristal, en vez de ser piedras separadas como sería lo lógico si el animal las hubiera tragado.
Estos y otros detalles descartan que las piedras fuesen
gastrolitos.
Sigue pendiente de resolver el misterio de qué comían los
Bohaiornis, y por qué ninguno de los fósiles de enantiornitinos encontrados en
el yacimiento paleontológico de Jehol tiene huellas de comida en sus estómagos.
(Fuente: NCYT de Amazings)
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