El experimento trata de conocer en qué otros lugares del
universo podrían darse unas condiciones parecidas a las de la Tierra
Una fuente hidrotermal de donde se cree pudo surgir la vida
hace
4.000 millones de años - Archivo
|
Los científicos han reproducido en el laboratorio cómo la
vida pudo surgir en lo más profundo de los océanos hace 4.000 millones de años.
Los resultados pueden ofrecer pistas sobre cómo comenzó la vida en la Tierra,
pero no solo eso: también sobre una posible vida extraterrestre y dónde podemos
encontrarla.
La astrobióloga Laurie Barge y su equipo en el Laboratorio
de Propulsión a Reacción de la NASA en Pasadena, en California, están
trabajando para reconocer la vida en otros planetas estudiando los orígenes de
la vida aquí en la Tierra. Su investigación se centra en cómo los «ladrillos de la vida» se formaron en las fuentes hidrotermales que existen en el fondo
del océano.
Para ello, recrearon los respiraderos hidrotermales en el
laboratorio construyendo sus propios fondos marinos en miniatura al llenar los
vasos con mezclas que imitan el océano primordial de la Tierra. Estos océanos
actúan como viveros de aminoácidos -compuestos orgánicos que son esenciales
para la vida tal y como la conocemos-. Como si se tratara de bloques de
construcción infantiles, los aminoácidos se construyen unos sobre otros para
formar proteínas, que son las que forman a todos los seres vivos.
La vida alrededor de grietas marinas
«Comprender cómo de lejos se puede llegar con solo los
compuestos orgánicos y minerales antes de tener una célula real es realmente
importante para entender de qué tipo de entornos podría surgir la vida», afirma
Barge, el investigadora principal y el primer autor del nuevo estudio,
publicado en la revista «Procedeengs of the National Academy of Sciencie of the United States of America» (PNAS). «Además, investigar cómo la atmósfera, el
océano y los minerales de los respiraderos impactan en todo esto puede
ayudarnos a acercanos a la probabilidad de que esto haya ocurrido en otro
planeta», señala en un comunicado emitido por la NASA.
Ubicados alrededor de las grietas en el fondo marino, los
respiraderos hidrotermales son lugares donde se forman chimeneas naturales,
liberando el fluido que ha sido previamente calentado debajo de la corteza
terrestre. Cuando estas chimeneas interactúan con el agua de mar, crean un
entorno en constante cambio, que es necesario para que la vida evolucione. Este
ambiente oscuro y cálido alimentado por energía química de la Tierra puede ser
la clave de cómo podría formarse la vida en los mundos más alejados de nuestro
sistema solar, lejos del calor del Sol.
«Si tenemos estos respiraderos hidrotermales aquí en la
Tierra, posiblemente ocurran reacciones similares en otros planetas», apunta
Erika Flores, coautora del nuevo estudio de JPL.
Piruvato y amoniaco para crear vida
Laurie Barge, a la izquierda, y Erika Flores, a la derecha,
en el Laboratorio
del JPL en Pasadena, California - NASA / JPL-Caltech
|
Barge y Flores usaron ingredientes que se encuentran
comúnmente en el océano de la Tierra en sus experimentos. Combinaron el agua,
los minerales y las moléculas «precursoras» piruvato y amoníaco, que son
necesarias para iniciar la formación de aminoácidos. Ellos probaron su
hipótesis calentando la solución a 158 grados Fahrenheit (70 grados Celsius),
la misma temperatura a la que se encuentra un respiradero hidrotermal, y
ajustaron el pH para imitar el ambiente alcalino. También eliminaron el oxígeno
de la mezcla porque, a diferencia de hoy, la Tierra primitiva tenía muy poco de
este compuesto en su océano. El equipo además utilizó el hidróxido de hierro
mineral, u «óxido verde», algo que sí era abundante en un estado primitivo de
nuestro planeta. Y lo combinaron para dar lugar a la reacción de la vida.
«Hemos demostrado que en condiciones geológicas similares a
las de la Tierra primitiva, y quizás también en otros planetas, podemos formar
aminoácidos y alfa hidroxiácidos a partir de una reacción simple en las
condiciones que habrían existido en el fondo marino», dijo Barge.
¿Puede haber vida en las lunas Europa o en Encélado?
Esta línea de investigación es importante ya que los
científicos estudian mundos en nuestro sistema solar y más allá de eso pueden
albergar ambientes habitables. La luna de Júpiter, Europa y la luna de Saturno, Encélado, por ejemplo, podrían tener respiraderos hidrotermales en los océanos
bajo sus costras heladas. Comprender cómo podría comenzar la vida en un océano
sin luz solar ayudaría a los científicos a diseñar futuras misiones de
exploración, así como experimentos que podrían excavar bajo el hielo para
buscar evidencia de aminoácidos u otras moléculas biológicas.
Las futuras misiones a Marte podrían devolver muestras de la
superficie oxidada del Planeta Rojo, que puede revelar evidencia de aminoácidos
formados por minerales de hierro y agua antigua. Los exoplanetas (mundos más
allá de nuestro alcance, pero aún dentro del ámbito de nuestros telescopios)
pueden tener firmas de vida en sus atmósferas que podrían revelarse en el
futuro.
«Todavía no tenemos evidencia concreta de vida en otros
lugares. Pero comprender las condiciones que se requieren para el origen de la
vida puede ayudar a reducir los lugares donde creemos que la vida podría existir», concluye Barge.
No hay comentarios:
Publicar un comentario