El Sábado 29 de Febrero viajé en el tiempo, y no me refiero
únicamente a la temática que nos envolvió, con huellas de dinosaurios y fósiles
de hace más de 100 millones de años. Aquel día me trasladé a una época de Foros
y chats de internet, ese tiempo en el que era “habitual” quedar para desvelar los
rostros que se ocultaban tras nicks que acumulaban horas de conversaciones con
las que se forjaban peculiares amistades.
Yacimiento Fuente Lacorte - El Frontal.
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El marco en esta ocasión era Twitter y el año el 2020, lejos
han quedado esos foros pero la esencia, en parte, es la misma, gente unida por
gustos comunes y ganas de chanza para pasar un rato agradable.
Soria nos cobijó y nuestra anfitriona nos guio con acierto
por los más destacables yacimientos con icnitas de dinosaurios de la provincia.
Durante la ruta surgió el recuerdo de Sara García Cámbara, una entrañable mujer
que falleció el 23 de noviembre de 2016 a los 85 años. Custodia de las huellas
y guía improvisada, mostraba las huellas de dinosaurio de Bretún a los
visitantes que se acercaban al modesto pueblo.
Saurópodo de Salgar de Sillas. |
La ruta comenzó en Los Campos, en el yacimiento de Salgar de
Sillas, el único yacimiento protegido por una tejavana que minimiza la erosión.
Entre todas las huellas, de terópodo y ornitópodo, destaca el rastro de un
saurópodo de gran tamaño. Pero además de su tamaño es muy llamativo un reborde
que dejó el pie al desplazar el barro, esos detalles y el buen estado de
conservación hacen de este yacimiento visita obligada en la ruta.
En Santa Cruz de Yanguas vimos dos yacimientos en los que
predominan las huellas de ornitópodos. Rastros muy interesantes pero que
después de Salgar de Sillas, supieron a poco. Y es que el nivel quedó muy alto
desde el principio.
Pero ahí estaba Bretún, y el recuerdo de Sara, para devolver
el entusiasmo a éste loco de las icnitas. En el yacimiento de Fuente Lacorte –
El Frontal, es muy claro el rastro de un dinosaurio a la carrera y otras
curiosas huellas en las que quedó impreso el cuarto dedo de las patas traseras.
La sorpresa definitiva llegó cuando al entrar en una de las calles de Bretún
nos topamos con el yacimiento El Corral de la Peña. Se discute si el rastro
tridáctilo es de un terópodo u ornitópodo, pero es el menor de los males cuando
entre los portales de las casas puedes ver huellas de dinosaurio. ¿Cómo no
recordar en semejante escenario las leyendas de tiempos pasados? Que explicaban
la existencia de aquellas huellas, de tres dedos, atribuyéndolas a algún tipo
de gallina gigante. Y es que aquellas gentes de alguna manera tenían que
aliviar el peso de no tener respuesta ante tal cuestión, huellas similares a
las de las aves marcadas en la piedra.
Vista de Bretún desde uno de los yacimientos.
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El yacimiento de Fuentesalvo, con su modestia, puso la
guinda a una mañana de icnitas por Soria. Solo faltaba recuperar energía con
una merecida comida y continuar nuestro viaje hacia Salas de los Infantes,
donde nos esperaba el Museo de Dinosaurios.
Autor texto: Germán Zanza López.
Autor fotografías: Conjunto Vacío.
Autor fotografía pie de la entrada: Germán Zanza.
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