El nuevo dinosaurio, tan largo como un elefante y con enormes garras y dientes afilados, dominaba el hemisferio sur hace 80 millones de años
Impresión artística del temible Llukalkan aliocranianus - Jorge Blanco / Journal of Vertebrate Paleontology |
Mientras los tiranosaurios dominaban el hemisferio norte,
los abelisáuridos hacían lo mismo en el hemisferio sur. Esta familia de
dinosaurios terópodos, compuesta por unas diez especies conocidas hasta el
momento, merodeaban principalmente en la Patagonia y otras áreas del antiguo
subcontinente sur de Gondwana, reconocido hoy como África, India, Antártida,
Australia y América del Sur. Medían de cinco a nueve metros de largo y eran
unos depredadores temibles. Según explican los autores en 'Journal of
Vertebrate Paleontology', Llukalkan pudo ser uno de sus miembros más
destacados.
Un oído extraordinario
Si bien los abelisáuridos se daban un aire al T-Rex con sus
pequeños brazos rechonchos, poseían cráneos inusualmente cortos y profundos que
a menudo se coronaban con crestas, protuberancias y cuernos. Y eso es lo que se
ha visto en Llukalkan. Sus restos fosilizados incluyen un extraño cráneo
magníficamente conservado cuya forma y huesos ásperos revelan que la cabeza del
animal presentaba en vida protuberancias y prominencias como algunos reptiles
actuales, como el monstruo de Gila o algunas iguanas.
Sitio del descubrimiento de Llukalkan aliocranianus - Journal of Vertebrate Paleontology |
Llukalkan vivió en la misma área pequeña y período de tiempo que otra especie de abelisáurido furileusauriano (lagarto de espalda rígida), Viavenator exxoni, solo unos pocos millones de años antes del final de la era de los dinosaurios. Los restos fósiles de las dos especies se encontraron a solo 700 metros de distancia en la Formación Bajo de la Carpa, cerca del famoso yacimiento de fósiles en La Invernada, en Argentina.
Esta nueva especie es similar en muchos aspectos a
Viavenator, excepto que es más pequeña, los orificios en el cráneo por donde
pasan las venas son más grandes y están más separados de la cresta
supraoccipital (uno de los huesos que forma la caja cerebral), entre otras
diferencias. Pero la característica más distintiva del nuevo dinosaurio es un
pequeño seno posterior lleno de aire en la zona del oído medio que no se ha
visto en ningún otro abelisáurido encontrado hasta ahora.
«Este hallazgo implica una adaptación auditiva diferente a
la de otros abelisáuridos, y probablemente un sentido del oído más agudo»,
explica Ariel Méndez, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología y
coautor del estudio.
Cráneo de Llukalkan aliocranianus - Journal of Vertebrate Paleontology |
En su apogeo
Como los tiranosaurios, Llukanlkan era una máquina de matar.
Erguido sobre sus poderosas extremidades traseras, podría haber utilizado sus
enormes garras para apuñalar a su presa. Además, tenía mordidas extremadamente
poderosas y dientes muy afilados con los que derribar a su pobre víctima
mientras se movía a gran velocidad.
Estos fósiles también sugieren que los abelisáuridos estaban
en plenitud justo antes de que los dinosaurios se extinguieran. «Estos
dinosaurios todavía estaban probando nuevas vías evolutivas y se diversificaron
rápidamente justo antes de que se extinguieran por completo», agrega Méndez.
A pesar de su importante hallazgo, aún queda mucho por
descubrir. «Este descubrimiento también sugiere que es probable que haya más
abelisáuridos por ahí que todavía no hemos encontrado, por lo que buscaremos
otras especies nuevas», dice Gianechini.
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