Lugares idílicos y propuestas únicas para conocer y disfrutar del patrimonio paisajístico y cultural de la Comunidad
Cascadas de Orbaneja del Castillo, en la provincia de Burgos. Eduardo Margareto / ICAL |
1. Orbaneja del Castillo (Burgos)
Estamos sin duda, ante uno de los pueblos con más encanto de
España. Un pequeño pueblo, situado a 65 kilómetros de Burgos. Agua, cuevas,
pozas, casitas de cuento y una buena gastronomía.
Para abrir boca, la imagen más espectacular. Nada más
aparcar el coche se encuentra ante nuestros ojos una cascada especial, muy
caprichosa, de más de 25 metros de altura, que si baja cargada de agua, uno es
esquivo a dejar de admirar tan bello espectáculo. Parece como si las casitas de
arriba regaran al pueblo.
Pero es que callejear por las casas medievales, de este
pueblo encajonado entre las pareces del cañón del río Ebro, depara cuantiosas
sorpresas. Y más, si vamos con niños, que quedarán asombrados también por la
Cueva del Agua. Y andando un poquito más llegamos hasta unas pozas de un color
azul turquesa que nos invita a sumergirnos en ellas, aunque en la actualidad,
está prohibido el baño.
Y sin aún nos quedan fuerzas, tres rutas para los andarines; El Camino Natural del Ebro; la Senda de los Chozos y el Castillo de Orbaneja. Todo en sí, merece la pena.
2- Cueva de Valporquero (León)
Éste es uno de los grandes atractivos del norte de la provincia
leonesa, junto a otro lugar de gran belleza, las Hoces de Vegacervera. Estamos
ante la cueva más joven de Castilla y León, con sólo un millón de años, la de Valporquero.
Eso sí, hay que ir abrigado, ya que la temperatura en su interior es de unos siete grados. Hay tres modalidades de visita, la normal (60 minutos); larga (100 minutos) y Valporquero Insólito que incluye la galería de acceso al Curso de las Aguas, realizándose buena parte de la visita a oscuras. Toda una experiencia. Eso sí, esta última modalidad para mayores de 12 años.
3- Astronomía en San Pedro Cultural (Palencia)
A escasos 15 minutos de la capital palentina, concretamente
en la localidad de Becerril de Campos nos topamos con este monumento estelar,
construido a raíz de las ruinas de la Iglesia de San Pedro.
Un atractivo para los amantes de las astronomía, al contar
con un péndulo de Foucault en constante movimiento, varios relojes solares,
puntos de luz para demostrar el movimiento de rotación de la Tierra, o una
recreación del firmamento realizada en la bóveda. Cuenta además con una pieza
del LISA Pathfinder, donada por la Agencia Espacial Europea.
Un recinto, espectacular por la noche al iluminarse, y que
sirve también para múltiples eventos culturales de la localidad
4- Zoo “Las Eras de las Aves” (Fresno el Viejo, Valladolid)
«Las Eras de las Aves», en la localidad vallisoletana de
Fresno El Viejo, da cobijo a más de un centenar de especies diferentes y
desarrolla distintas actividades educativas y de patrocinio durante el año.
Cotorras, guacamayos, lechuzas, iguanas, zorros, canguros,
burros... Así hasta más 400 animales, se pueden contemplar en «Las Eras de las
Aves», un pequeño zoológico, ubicado en la localidad vallisoletana de Fresno El
Viejo, y que sirve también para recuperar a animales silvestres que han sufrido
algún tipo de daño.
Una iniciativa que surgió en el año 2013, gracias a Enrique Marcos, que a lo largo de toda su vida ha ido adquiriendo animales, sobre todo aves, de diferentes especies, hasta que el volumen fue tan grande, que tuvo que acondicionar un recinto más idóneo para ello.
Por las actuales restricciones sólo se permite un aforo de
200 personas, siendo obligatorio reservar por whatsapp al 610624692 enviando el
día de la reserva más el número de niños y de adultos.
5- El Chorro de Navafría (Segovia)
Merece la pena una excursión a este lugar paradisiaco en la
Sierra de Guadarrama segoviana. Nos adentraremos en uno de los bosques con
mayores extensiones de pino silvestre de Europa. Un lugar para relajarse al son
del agua y para hacer una pequeña excursioncilla en busca de El Chorro.
Se trata de una espectacular cascada de alrededor de 20 metros de altura. Se puede acceder hasta la parte alta de la cascada a través de una escalera lateral, y bajo ella una pequeña poza donde las aguas descansan, antes de seguir su periplo, ya más descansadamente hasta el río Cega.
Un área que cuenta además con charcas y piscinas
artificiales -aunque habrá que esperar hasta verano-, merenderos y actividades
para niños, con un laberinto que hará sus delicias. Un entorno y una visita que
bien vale la pena para un día de fin de semana.
6- Parque acrobático de Vinuesa (Soria)
Se trata de un parque acrobático que sin duda, hará las
delicias de los más pequeños, y por qué no de los no tan pequeños. Enclavado en
tierra de pinares a menos de media hora de Soria se halla este pequeño parque
de atracciones al aire libre.
Tirolinas, lianas, redes y puentes y un sinfín de circuitos para completar, tanto para los principiantes como para los más avanzados. Se puede ir de lunes a sábado y el precio va desde los 11 euros hasta los 25, dependiendo de la tarifa que uno escoja.
Eso sí, conviene hacer reserva con antelación, debido al
aforo limitado. Más información en el enlace www.vinuesaaventura.com.
7- En busca de los dinosaurios en Salas de los Infantes
(Burgos)
La comarca de Salas de los Infantes siempre ha sido considerada históricamente zona de dinosaurios por la gran cantidad de fósiles encontrados en la zona. Muchos han sido los hallazgos realizados en los últimos años y de esta manera en el 2001 abría al público el Museo de Dinosaurios.
Ejemplar de dinosaurio en el Museo ubicado en Salas de los Infantes / LA RAZÓN |
Y si uno tiene ganas de más, se puede adentrar en la ruta “Tierra de Dinosaurios”, que comienza en Mambrillas de Lara (yacimiento La
Pedraja), continúa por Salas de los Infantes (yacimiento Costalomo y Museo de
Dinosaurios) y llega hasta Regumiel de la Sierra (yacimiento El Frontal).
8- Pozo de los Humos (Salamanca)
Y vamos por la tercera cascada del artículo. Se trata del
Pozo de los Humos, un sorprendente enclave del Parque Natural de los Arribes
del Duero. Situada en el curso del río Uces, a su paso por los términos
municipales de Masueco en su margen izquierda y de Pereña de la Ribera en su
margen derecha, al noroeste de la provincia de Salamanca.
Las aguas del Río Uces, en su descenso hacia el río Duero dan vida a una espectacular cascada de 50 metros de altura. Hasta Miguel de Unamuno quedó maravillado al contemplar semejante espectáculo.
La excursión hasta la cascada es cómoda, al principio en
coche y el último tramo a pie. Y al encontrarse dentro del parque natural de
Arribes del Duero, el viajero estará acompañado por el aleteo de aves rapaces.
9- Castillo de Puebla de Sanabria (Zamora)
Merece y mucho la pena, recorrer el suelo empedrado de esta
villa sanabresa, que nos lleva, sin duda, a rememorar el Medievo. Unos
edificios de piedra rocosa, jalonados por amplias balconadas inundadas de
flores con una vistas panorámicas que nos invitan a recorrer distintos parajes
que nos esperan con los brazos abiertos.
Y en lo más alto, un castillo de obligada visita, en perfecto estado y que hará las delicias de los más pequeños. Construido a mediados del siglo XV por los Condes de Benavente, ofrece una posición privilegiada. Un castillo fortaleza con torre central y Torre del Homenaje y con diferentes salas expositivas para conocer la rica historia patrimonial, faunística y etnográfica de estos parajes sanabreses.
Y todo ello con instructivos paneles, audiovisuales y juegos
interactivos, sin olvidarnos tampoco de unas vistas extraordinarias. Y si todo
ello se riega con unos buenos alubiones o carne de la tierra. Día más que
completo. Muy recomendable su mercado medieval, allá por el 15 de agosto, si la
pandemia lo permite este año.
10- Garganta de Valdeascas (Ávila)
Y para acabar la complicación de escapadas nos adentramos en
la provincia de Ávila en la que constituye una de las rutas más emblemáticas en
Navarredonda. Estamos hablando de una excursión a la Garganta de Valdeascas.
Una ruta circular, de alrededor de diez kilómetros, con unas bellas vistas y el
agua como protagonista.
La garganta de Valdeascas toma su caudal de la fuente del Charco y de los torrentes de los Horcos. A lo largo del camino, uno no puede dejar de disfrutar de los preciosos canchales, donde discurre el agua, limpia y cristalina, y más ahora en época de deshielo. Unos bocatas y al monte.
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