A pesar del permanente recambio de sus especies, las comunidades de mamíferos experimentan largos períodos de estabilidad funcional. Los ecosistemas logran resistir, incluso, varias crisis ambientales a lo largo de millones de años. Una conclusión oportuna para el Día de la Tierra.
Únicamente los cambios drásticos son capaces de empujar a
los ecosistemas a una nueva reorganización ecológica. Según una nota de prensa,
la actual estructura ecológica de las comunidades de mamíferos de la península
ibérica comparte elementos básicos con los ecosistemas que existían hace 8
millones de años. Los resultados de esta investigación internacional fueron
publicados recientemente en la revista Science.
Para llegar a sus conclusiones, los científicos analizaron
el registro fósil de mamíferos de la península ibérica durante los últimos 21
millones de años. En el marco de un nuevo Día Internacional de la Tierra, que
se celebra el 22 de abril de cada año, los hallazgos de esta nueva
investigación cobran un valor especial. Es que los especialistas resaltaron que
al conocer el comportamiento y capacidad de resistencia de los ecosistemas en
el pasado ante el cambio climático podemos encontrar nuevos caminos hacia el
futuro, optimizando nuestras políticas de conservación.
La capacidad de resistencia reside en los ecosistemas
El punto crucial del estudio es que las dinámicas y
estructuras ecológicas muestran mayor resistencia que las especies que las
integran. En el período analizado, solamente dos abruptas variaciones en el
régimen de precipitaciones propiciaron cambios estructurales de magnitud,
concretamente hace 14 y 9 millones de años. Más allá de estos dos grandes
puntos de inflexión, las especies de mamíferos fueron cambiando pero los
ecosistemas mantuvieron inalterable su funcionamiento básico.
De acuerdo a los investigadores, esta característica permite
que al preservarse ciertos roles biológicos básicos la estructura de los
ecosistemas se mantenga a lo largo del tiempo, entregando sus beneficios al
planeta y a la humanidad. De esta manera, aunque ciertas teorías conservacionistas
marcan la importancia de preservar especies en concreto, el nuevo estudio
demuestra que la cuestión central es lograr mantener intacta la dinámica o
estructura básica de los ecosistemas.
A partir del rico patrimonio paleontológico relacionado con
mamíferos que existe en la península ibérica, los científicos fueron capaces de
reunir una valiosa información sobre las distintas especies que vivieron en el
área: sus dimensiones, el tipo de alimentación y la forma en que se trasladaban
les permitieron agruparlas en función de roles ecológicos semejantes. Gracias a
esto, lograron concluir que las características básicas de los ecosistemas se
mantenían inalterables durante millones de años, más allá de la extinción de
algunas especies.
¿Una esperanza hacia el futuro?
Si los ecosistemas ligados a las comunidades de mamíferos
ibéricos fueron capaces de sobrellevar grandes crisis ambientales como la
desecación del Mar Mediterráneo, ocurrida hace aproximadamente 6 millones de
años, o incluso las glaciaciones de la Edad de Hielo, todo indica que todavía
existen esperanzas para poder sobrellevar las consecuencias del cambio climático actual.
El estudio demuestra que si la humanidad logra preservar el
funcionamiento estructural de los ecosistemas podría ser capaz de apreciar con
cierto optimismo las condiciones ambientales que le esperan en el futuro. Sin
embargo, para ello se requiere mantener lo más importante: la «salud» general
de nuestro planeta, esa gran casa que nos cobija y sin la cual ningún
ecosistema puede subsistir.
Referencia
Punctuated ecological equilibrium in mammal communities over evolutionary timescales. F. Blanco, J. Calatayud, D.M. Martín-Perea, M.S.
Domingo, I. Menéndez, J. Müller, M. Hernández Fernández, J.L. Cantalapiedra.
Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abd5110
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