viernes, 9 de abril de 2021

"Nuestro momento, el momento de las fundaciones, es ahora"

Tribuna de Silverio Agea en Terabithia

La crisis de la Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión para el Sector Fundacional. Durante la pandemia, la labor que miles de fundaciones han realizado -y siguen realizando- en toda España ha sido insustituible, en forma de bienes de primera necesidad, material escolar, ayudas económicas, apoyo psicológico, etc. Hemos dado vida, una vez más, a nuestro lema 'donde hay una necesidad, hay una fundación' y hemos llevado alivio y esperanza a quienes más lo necesitaban. Pero todo esto, aún siendo mucho, no es suficiente. La pandemia nos ha situado frente a nuestras propias limitaciones como sector no lucrativo y ha hecho aflorar más que nunca la necesidad de repensarnos como sector si queremos que nuestra contribución al bien común siga siendo imprescindible.

Para contribuir a este debate, en la Asociación Española de Fundaciones acabamos de publicar el informe 'Estrategias de las fundaciones españolas en la era postcovid-19', de los investigadores Gregorio Rodríguez Cabrero (Universidad de Alcalá) y Simón Sosvilla Rivero (Universidad Complutense de Madrid), sobre el impacto y las consecuencias de la crisis de la Covid-19 en el Sector Fundacional Español. Queremos que ese trabajo ofrezca una mirada hacia el futuro, con materiales y reflexiones de utilidad y valor, para que las fundaciones y el Tercer Sector en general podamos debatir con argumentos sólidos hacia dónde queremos caminar en el futuro inmediato.

La pregunta en torno a la que pivota el estudio es si el impacto de la Covid-19 en el Sector Fundacional será pasajero o se extenderá al largo plazo, y cómo le afectará organizativa y financieramente. El informe concluye, y así lo creemos en la AEF, que las principales aportaciones que podemos realizar al sistema de bienestar y a la reconstrucción social y económica que tiene que abordar España en los próximos años se pueden resumir en dos ideas: aportar valor social y valor territorial.

En cuanto al valor social de las fundaciones, según el informe 'El sector fundacional en España: Atributos fundamentales (2008-2019)', el sector atiende a 43,7 millones de beneficiarios, genera un gasto de 8.499 millones de euros y emplea a 267.005 trabajadores. De este modo, las fundaciones contribuimos a la satisfacción de necesidades de muy diversos colectivos sociales, al mismo tiempo que canalizamos el capital social del voluntariado, creamos puestos de trabajo con un elevado nivel de cualificación y capacidad de ajustarse a las crisis y, como subsector de la economía no lucrativa y economía social de mercado relativamente equilibrado, caminamos por una senda anticíclica para paliar y moderar parcial y selectivamente los fallos de otras esferas de bienestar como son el sistema de mercado y el sector público.

La contribución a la cohesión social y territorial no es un objetivo ajeno al Sector Fundacional, pues forma parte de los objetivos estratégicos del Tercer Sector. El desarrollo de proyectos supraterritoriales entre fundaciones de distintos sectores y ámbitos de actuación se considera un objetivo prioritario para evitar la fragmentación territorial y el despilfarro de recursos. 

Es urgente que, desde el sector, nos pongamos a trabajar desde ya mismo en el valor social y territorial que aportamos a la sociedad porque, de no hacerlo, existe un riesgo de que desaparezcan fundaciones en España y de que las necesidades de miles de personas queden desatendidas. Toda crisis genera efectos negativos, y la de la Covid-19 está siendo especialmente virulenta, pero también genera oportunidades. Si no actuamos con estrategia y rapidez, un 25% del Sector Fundacional podría desaparecer, con graves consecuencias para los fines de interés general. Si, por el contrario, sabemos aprovechar las oportunidades y realizamos la transformación digital necesaria, nos convertiremos en un sector aún más eficaz y eficiente.

Otros retos del sector a los que alude el trabajo de los profesores Rodríguez Cabrero y Sosvilla Rivero son la cooperación interna como vía de cohesión institucional, el ahorro de recursos a través del trabajo en red y el desarrollo de proyectos transversales de amplio interés general. La creación de nuevas fuentes de recursos procedentes de actividades propias cuenta con amplio apoyo entre las fundaciones como vía para evitar la dependencia de los recursos externos, públicos y privados, así como el desarrollo de la digitalización para la mejora de comunicación interna y externa y de los procesos de trabajo. Este es el camino que debe transitar el Sector Fundacional en los próximos meses para garantizar su sostenibilidad y su papel central en el bienestar común y en la promoción de la participación cívica.

Por nuestra parte, la AEF ha trasladado al Gobierno la necesidad de contar con la participación de la sociedad civil en el diseño del Plan de Recuperación para España que movilizará los recursos del programa NextGeneration EU, focalizados, primordialmente, en la digitalización y la transición ecológica. Muchas de las fundaciones están perfectamente capacitadas y bien situadas para participar, mediante alianzas y recursos complementarios, en los proyectos que puedan presentarse y contribuir así a la construcción de una Europa más sostenible, más digital y más resiliente. Nuestro momento, el momento de las fundaciones, es ahora.

Tribuna publicada originalmente en el medio digital Terabithia el 26 de marzo de 2021.

fundaciones.org

http://www.fundaciondinosaurioscyl.com/docftp/fi1formulario-amigo-2021.pdf 

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