La reunión de la Fundación no plantea cambios sobre la
propuesta inicial: 50 investigadores en el mes de julio. En Torrelara ni la
falta de fondos les ha parado en campañas pasadas y, con una excavación más
reducida, sí preocupa la situación sanitaria
YACIMIENTO DE DINOSAURIOS EN TORRELARA. ECB
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A la espera de ver cómo evolucionan los diferentes pasos de
la desescalada por la pandemia del Covid. Así están las principales
excavaciones arqueológicas que se celebran cada verano en la provincia como el
complejo de Atapuerca y el yacimiento de dinosaurios en Torrelara.
Respecto a Atapuerca la reunión celebrada ayer vía on line
permitió confirmar la reducción de excavadores y yacimientos. Una propuesta
sobre la que será la Junta de Castilla y León quien tenga la última palabra
sobre si el sonido de repiquetear en la cuadricula de Gran Dolina se va a
repetir este verano.
Primero porque es la Administración regional quien propone
las fases de desescalada, en las que Castilla y León va rezagada. Y segundo
porque es quien autoriza la excavación en zonas patrimoniales como esta y quien
la financia.
Por cuestiones sanitarias y de seguridad, a principios de
mayo el codirector Eudald Carbonell ya anuncio que la excavación sería más
corta y más reducida. Establecía la necesidad, por la emergencia sanitaria que
se ha generado en todo el mundo, de reducir el personal que podría acercarse hasta
los yacimientos este verano. Se plantea un grupo de 50 arqueólogos de dilatada
experiencia.
Lo habitual en las excavaciones de la última década es que
participen unas 200 personas que se organizan con un grupo de responsables,
miembros con experiencia del Equipo de Investigación de Atapuerca y que están
acompañados, por quincenas, con otro grupo de unas 50 personas. Este grupo
estable que se mantiene durante toda la excavación será, previsiblemente, quien
se mantenga en el trabajo de campo este año.
También está la ausencia ya confirmada el pasado 9 de mayo
de los profesionales residentes en el extranjero. Desde que el SARS-Cov-2 ha
roto la normalidad en todo el mundo los viajes en avión y entre diferentes países
se ha complicado mucho. “Todos serán investigadores del equipo en España y de
toda la vida. De fuera nadie, hace 15 días que lo paralizamos, es imposible en
las condiciones que se está poniendo el país tener gente de fuera”, explicaba
Carbonell a principios de este mismo mes de mayo.
Por tanto, también se reduce la superficie de excavación que
en los últimos años había sumado nuevos retos. El trabajo se centrará en los
yacimientos de Trinchera del Ferrocarril: Elefante (donde podrían llegar a la
base), Galería y Dolina (que buscan bajar lo más rápido posible a TD-6 donde
esperan más restos de Antecessor); Cueva Mayor: Sima de los Huesos (un espacio
reducido que siempre ofrece restos humanos), Galería de las Estatuas (donde el
año pasado se planteó excavar la entrada) y Cueva Mayor. Se mantendría también
la actividad en Cueva Fantasma.
El Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (CAS) también está a la
espera de ver cómo evoluciona la pandemia antes de decidir si vuelven a hincar
el diente al fructífero yacimiento de Torrelara. Este equipo, mucho más
modesto, ha vuelto cada verano al campo aún sin fondos. Pero preocupa la
situación sanitaria. «No somos un grupo humano muy grande pero es un tema muy
delicado porque no queremos que pueda haber un problema con todo esto», explica
el director de la excavación, Fidel Torcida. Así que están a la espera primero
de ver cómo evoluciona la desescalada en la provincia de Burgos y después
analizar las medidas de seguridad que permitan la excavación. En este caso el
reto es un yacimiento como el de Torrelara con gran profusión de restos donde
destaca dos ejemplares de un gran saurópodo por identificar.
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