martes, 19 de mayo de 2020

Descubren una enorme anchoa de dientes de sable

El animal, de unos 30 cm de longitud, ocupó distintos mares del mundo después de la desaparición de los dinosaurios

En la imagen, una anchoa de dientes de sable es capturada por un gran 
depredador marino - Joschua Knüppe
Parece una criatura de pesadilla, pero es absolutamente real. Medía unos 30 centímetros y nadaba en grandes bancos, como lo hacen sus descendientes actuales. Vivió entre hace 41 y 54 millones de años, en un mundo en el que ya no había dinosaurios, y estaba equipada con un único y prominente diente de sable que surgía de su mandíbula superior.

Según un estudio recién publicado en la Royal Society Open Science, Investigadores de las universidades de Michigan, Oxford, Turín y el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales explican que cuando los dinosaurios y otros grandes depredadores se extinguieron hace unos 66 millones de años, un gran número de criaturas evolucionaron para ocupar los nichos que habían dejado libres. Y las anchoas de diente de sable estaban entre esas criaturas. Muy diferentes de las comedoras de plancton actuales, algunas anchoas antiguas, en efecto, cambiaron hasta convertirse en voraces depredadores capaces de cazar y devorar otros peces.

Para su estudio, los investigadores examinaron dos fósiles encontrados en zonas muy diferentes del mundo: uno de 30 cm de longitud que apareció incrustado en una formación rocosa cerca de Chievres, en Bélgica; y otro fósil parcial encontrado en la provincia de Punjab, en Pakistán. Los dos tenían edades comprendidas entre los 41 y 54 millones de años. Y tenían en común el diente de sable de su mandíbula superior. 

Los científicos utilizaron tomografías microcomputerizadas, una versión reducida de la técnica que usan los médicos para escanear a sus pacientes, y obtuvieron así imágenes de alta resolución de los cráneos de ambos peces. Imágenes que revelaron la presencia de hileras de colmillos en las mandíbulas inferiores de las anchoas y un puntiagudo diente de sable en la mandíbula superior. El fósil de Pakistán era una nueva especie, y los investigadores lo llamaron Monosmilus chureloides, en honor del "churel" una criatura mítica de colmillos afilados que puede cambiar de forma y aparece en muchas leyendas del sur de Asia.

El análisis de los detallados fósiles reveló que ambos especímenes son primos cercanos de las anchoas actuales. Aunque a diferencia de sus parientes modernos, que son dóciles, estas antiguas criaturas probablemente utilizaban sus afilados colmillos para enganchar a sus presas.

El inesperado hallazgo ilustra a la perfección el extraordinario ajuste evolutivo que siguió al evento de extinción del Cretácico, cuando un asteroide de 10 km de diámetros chocó contra la Tierra y causó la desaparición de cerca del 70% de todas las especies vivientes tanto en el aire como en la tierra y el mar. La Naturaleza empezó de inmediato a rellenar los huecos dejados por los dinosaurios y las anchoas, igual que muchas otras criaturas, se aprovecharon de ello.

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