La investigación permitirá saber más sobre el cambio de las
faunas de dinosaurios jurásicos por otras más modernas del Cretácico
Diente de terópodo hallado en el yacimiento de Torrelara./ C.A.S.
|
DICYT - Una investigación tratará de obtener nueva
información sobre el conjunto de dientes de dinosaurios carnívoros recuperados
en el yacimiento de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal (Torrelara, Burgos),
que se está revelando como uno de los más importantes para conocer las faunas
de dinosaurios en Europa durante el tránsito del Jurásico al Cretácico, en
torno a 145 millones de años atrás.
Esa época fue decisiva en el cambio de las faunas de
dinosaurios jurásicos por otras más modernas del Cretácico, “aunque
paradójicamente falta información para conocer los detalles de ese
reemplazamiento, debido a la escasez de restos fósiles hallados”, explican en
información recogida por DiCYT los responsables del Museo de Dinosaurios de
Salas.
Tal y como apuntan, existen indicios que hacen pensar que
éste es un lugar clave para entender esos cambios faunísticos dentro de la
Península Ibérica. “El yacimiento de Torrelara se encuentra en una posición
privilegiada para desvelar aspectos de esa incógnita científica”, aseguran,
algo que se ha puesto de manifiesto en las tres campañas de excavaciones
realizadas en el yacimiento.
Estas excavaciones han proporcionado varias decenas de dientes
de dinosaurios terópodos (carnívoros y carroñeros), con una diversidad
“sobresaliente”, según refleja la amplia lista de grupos de dinosaurios
registrados. Una primera valoración realizada por el equipo propone la
presencia de distintos especímenes de dinosaurios terópodos, entre los que
habría megalosauroideos, alosauroideos y dromeosáuridos, lo que podría
traducirse a su vez en la identificación de varias especies.
Álvaro Simarro estudiando dientes en el Museo de Dinosaurios./ M. de Dinosaurios
|
Para el análisis detallado de los dientes se aplicarán
métodos tradicionales de observación y descripción. Asimismo, se realizarán
estudios estadísticos y se aplicarán metodologías como la morfometría
geométrica, una herramienta potente de análisis cuya utilización en diversas
áreas de la ciencia (Biología, Medicina, etc.) es creciente, así como el
análisis multivariante que se apoya en software para hacer comparaciones
morfológicas.
“En el estudio de dientes de dinosaurios terópodos hay
caracteres menos visibles como la forma general, tamaño o similares, otros
detalles más sutiles han ganado importancia en este campo, como las señales de
desgaste del diente, la forma y el número de los dentículos que hay en los
bordes de los dientes, que recuerdan a los cuchillos de carne que utilizamos”,
detallan los investigadores, quienes añaden que al subir los aumentos del
microscopio, “se ve la superficie del esmalte con surcos o rayas”, lo que es
importante para atribuir los dientes a un grupo o género de dinosaurio e
incluso para hacer inferencias sobre el tipo de mordida que tenía el animal.
Cuando se establezca la identidad de los dinosaurios
carnívoros presentes en Torrelara, se podrá evaluar su papel en el ecosistema,
su interacción con otros dinosaurios que les servían de presas, así como su
relación con las faunas europeas contemporáneas. También se podrá saber cómo
cambió la fauna de los dinosaurios terópodos en esa zona de la Sierra de la
Demanda burgalesa desde el final del Jurásico (hace 145 millones de años) a la
primera mitad del Cretácico (unos 125 millones de años atrás). Para ello, se
llevará a cabo una comparación con la sorprendente diversidad de dientes de
terópodos recogidos junto a Europatitán, cuyo inmenso esqueleto presentaba
evidencias de haber sido carroñeado.
El estudio será posible gracias a un convenio de colaboración
entre el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y el Colectivo
Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.) por un lado, y las
universidades de Valencia y Alicante, por otro. Así, el geólogo Álvaro Simarro
Cano desarrollará un primer estudio en el marco de un Trabajo Fin de Master
sobre Paleontología Aplicada dirigido por los doctores Carlos Martínez Pérez
(Universidad de Valencia) y Fidel Torcida Fernández-Baldor (Museo de
Dinosaurios de Salas de los Infantes).
No hay comentarios:
Publicar un comentario