Estudio explica cómo
un asteroide provocó la desaparición de los dinosaurios
Estudio plantea cómo desaparecieron los dinosaurios 0:36
El asteroide del tamaño de una ciudad que golpeó la Tierra
hace 66 millones de años, y condenó a los dinosaurios a la extinción, llegó
desde el noreste con un ángulo muy pronunciado, maximizando así la cantidad de
gases causante del cambio climático que fueron liberados en la atmósfera, según
reveló un nuevo estudio.
El hecho de que el cráter Chicxulub de 200 kilómetros de
ancho, ubicado en lo que hoy es México, se formó cuando el asteroide impactó y
mató tres cuartas partes de la vida en el planeta, es algo en lo que la mayoría
de científicos concuerdan. Pero la trayectoria y dirección de esa colisión
sigue siendo un tema de debate.
En un nuevo estudio, un equipo internacional de
investigadores señaló que sus simulaciones en 3D revelaron que el asteroide
golpeó la Tierra con un ángulo entre 40 y 60 grados. Lo que Gareth Collins,
profesor de ciencias planetarias en el Departamento de Ciencias de la Tierra e
Ingeniería del Imperial College de Londres, describió como el peor de los casos
para los dinosaurios.
“El impacto del asteroide desencadenó una cantidad increíble
de gases causantes del cambio climático en la atmósfera, desatando una cadena
de eventos que condujeron a la extinción de los dinosaurios. Esto probablemente
empeoró por el hecho de que golpeó en uno de los ángulos más letales posibles”,
explicó Collins, autor principal del estudio que fue publicado este martes en la revista Nature Communications, a través un comunicado.
Un cataclismo
Asteroide que aniquiló a los dinosaurios formó estos fósiles
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“Sabemos que este fue uno de los peores escenarios en cuanto
a la letalidad del impacto, porque dejó escombros peligrosos en la atmósfera
superior y los dispersó por todas partes, todo lo que llevó a un invierno
nuclear”, agregó el científico.
Tal colisión probablemente desencadenó millones de toneladas
de azufre y otros gases en la atmósfera, bloqueando el Sol y provocando un
enfriamiento drástico del clima en la Tierra.
Estudios anteriores habían encontrado que el asteroide
golpeó el planeta en un ángulo menos inclinado y vino del sureste, señaló
Collins.
“Estos (hallazgos previos) se basaron en una interpretación
diferente de los datos geofísicos que nuestro trabajo anula, y en observaciones
en ese momento que sugirieron que la eyección del cráter era asimétrica, con
más eyección en América del Norte (al noroeste) que en otros lugares”, explicó
Collins en referencia al material que fue expulsado como resultado del impacto.
“Observaciones más
recientes han demostrado que la distribución de eyección es más o menos
simétrica”, añadió a través de un correo electrónico.
El equipo de investigadores del Imperial College London, la
Universidad de Freiburg en Alemania y la Universidad de Texas en Austin examinó
la forma y la estructura del cráter, así como las rocas extraídas al perforar el
cráter, que contenían evidencia de las fuerzas extremas generadas por el
impacto.
“A pesar de estar enterrados bajo casi un kilómetro de rocas
sedimentarias, es notable que los datos geofísicos revelen tanto sobre la
estructura del cráter, lo suficiente para describir la dirección y el ángulo
del impacto”, señaló Auriol Rae, investigador posdoctoral en la Universidad de
Freiburg y coautor del estudio.
El asteroide letal que no pudo con las bacterias 0:34
Esta información y otros datos se utilizaron para construir
un modelo que simuló cómo se formó el cráter Chicxulub, determinando la
dirección del asteroide y su ángulo. El equipo consideró cuatro ángulos
diferentes: 90, 60, 45 y 30 grados.
Los autores explicaron que consideraban el ángulo de 60
grados como el más probable por la relación entre tres puntos del cráter: su
centro, un anillo de montaña hecho de roca muy fracturada dentro del borde del
cráter y el centro de rocas de manto elevadas y densas, a unos 30 kilómetros
debajo del cráter.
En el cráter Chicxulub, estas características están
alineadas en una dirección suroeste-noreste, indicó el estudio, y las
simulaciones 3D del equipo en un ángulo de 60 grados reprodujeron las
observaciones casi de manera exacta.
Los autores señalaron que ese ángulo de impacto habría
producido más gases causante de cambio climático, como el azufre y el dióxido
de carbono, que una colisión muy superficial o casi vertical.
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