- El pasado día 24 de abril, la Capa Negra de Agost (Alicante) se convertía en Monumento Natural límite geológico K/T
- Tras la innegable alegría del Colegio de Geólogos por la noticia, el sabor que ha dejado en ellos su exclusión del Consejo de Participación de la gestión de la Capa Negra la convierte en agridulce y piden la inclusión de un geólogo en el comité científico
https://play.cadenaser.com/audio/1588706197_185618/ (Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos de España, en Hoy por Hoy Alicante)
El pasado día 24 de abril, la Capa Negra de Agost (Alicante) se convertía en Monumento Natural del límite geológico K/T (del alemán Kreide
Tertiär o cretáceo terciario), según un decreto de la Generalitat Valenciana.
La Capa Negra es la huella de hace 66 millones de años, un
afloramiento estratigráfico de relevancia internacional de algo más de 150
hectáreas de superficie formado por una secuencia de margas y arcillas en cuyo
interior se encuentra registrado el tránsito entre la Era Secundaria
(cretácico) y la Era Terciaria (paleógeno o terciario).
Esa frontera cronológica entre ambas eras vino determinada
por los efectos del impacto de un gran meteorito al noroeste de la península de
Yucatán (Chicxulub, México) que dio lugar a una de las extinciones en masa más
severas de la historia de la Tierra.
“Es una historia realmente bonita” cuenta Manuel Regueiro, presidente nacional del Colegio de Geólogos, “no hace tanto, esto era tan solo
una hipótesis, hasta que tras una serie de sondeos en la península de Yucatán
aparecieron los primeros fragmentos pulverizados de aquel meteorito”.
El impacto del aerolito fue tal que depositó por todo el
planeta una nube de polvo que formó una fina capa compuesta por microesferas de
goethita originadas por las elevadas temperaturas y la presión de los grandes
impactos meteoríticos. Pero, además, con ella ‘viajaron’ una concentración
anormalmente elevada de iridio y otros elementos químicos de procedencia
extraterrestre.
Antes de desaparecer, pasto de la erosión, esa capa bloqueó
la penetración de la luz solar en la superficie terrestre, haciendo inviable la
fotosíntesis y, como consecuencia, provocando la extinción masiva de especies
marinas y terrestres, entre ellas, los dinosaurios. “A partir de límite K/T
comienzan a faltar fósiles de animales que sí han aparecido antes, lo que data
una extinción no solo masiva sino muy repentina. Normalmente, en geología, los
procesos son largos y este, en cambio, es un instante, la caída de un meteorito
es siempre un instante”, relata Regueiro mientras nosotros contenemos la
respiración.
Sin embargo, cuando esa nube de polvo de material
interestelar se depositó en lugares donde se estaba produciendo un fenómeno de
sedimentación, logró fijarse en la tierra y escapar de la erosión. “En Agost
esa ‘capa negra’ alcanzó diez centímetros de espesor, es increíble, diez
centímetros que han marcado un hito en la historia de la geología moderna”.
Sin duda, si alguien conoce bien uno de los enclaves del
límite K/T más estudiados del mundo son los geólogos, científicos que, desde hace años, han trabajado sobre el terreno para revelar la trascendencia de este yacimiento y que han hecho posible con su trabajo la designación del primer
monumento natural protegido la Comunitat Valenciana.
Pero, paradójicamente, aunque el Consejo de Participación de
la gestión de la Capa Negra de Agost incluye a los propietarios de los
terrenos, a representantes de cazadores, escaladores, de excursionistas o a
académicos, no cuenta con ningún profesional de la geología entre sus miembros.
En una carta dirigida a la consellera de Agricultura,
Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà,
Manuel Regueiro ha agradecido el esfuerzo y el apoyo de la Comunitat Valenciana
a la geología y en particular a “un lugar de interés geológico de relevancia
mundial”.
Sin embargo, tras la innegable alegría de los geólogos por
este decreto, el sabor que ha dejado en ellos su exclusión de este Consejo la
convierte en agridulce: “Si en la propia introducción al decreto se dejan
claras las razones geológicas de la declaración del monumento natural y la
Generalitat ha creado una comisión para su gestión, pediríamos que en este
grupo esté representado oficialmente el Colegio o que cuente con algún geólogo
de los muchos que hay en la Comunitat que pueda asesorar en el comité
científico”.
“Antiguamente, la gente no creía en la caída de un meteorito
y su relación con la extinción de los dinosaurios; fue a base de ciencia, ciencia,
ciencia como finalmente se demostró. No es tan fácil decir «ha llegado un
meteorito y se ha cargado los dinosaurios», tuvimos que demostrarlo”, cuenta
Regueiro con una sonrisa antes de despedirse en una conversación que pueden
escuchar íntegra en la parte superior de este artículo.
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